45 líneas

El prohibicionismo lastra el automóvil

La posición española no se entiende, salvo que queramos destruir la industria automovilística

Hay un verdadero caos en torno la industria del automóvil
Hay un verdadero caos en torno la industria del automóvilSEAT

No ha podido estar más acertado el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, al valorar negativamente la política del Gobierno sobre el automóvil. Imaz fue un político brillante y ahora es un CEO sobresaliente que ha lamentado que nuestro Ejecutivo no se opusiera, como Italia y Alemania, a la prohibición fijada por la UE de vender en Europa coches con motor de combustión a partir de 2035. Teniendo en cuenta que somos el segundo fabricante de coches de la Unión, la posición española no se entiende, salvo que queramos destruir la industria automovilística. Por fortuna ahora Bruselas ha permitido la comercialización de los futuros autos que usen combustibles sintéticos o ecocombustibles. Berlín y Roma han impulsado esta apuesta pero Madrid no, lastrados como estamos por una política meramente prohibicionista que lidera la vicepresidenta y ministra de ecología, Teresa Ribera. Imaz recuerda que el prohibicionismo está perjudicando al sector, generando tal incertidumbre que la gente no sabe ya si comprar un coche o ninguno, con lo que el parque español se está quedando obsoleto, lo que a su vez redunda en que no bajan las emisiones como se pretende.

El caos regulatorio es tal que los fabricantes dejan de invertir en mejorar la eficiencia del motor de combustión, mientras que los precios de los eléctricos siguen disparados y las baterías no garantizan una autonomía cien por cien eficaz. Recuerda también la hipocresía que supone impedir que se explore y produzca gas natural en España cuando lo traemos de Estados Unidos a un precio exagerado. Y lo seguimos comprando a los rusos en el mercado negro, habría que añadir.