Alimentación
¿Qué le sucede a tu cuerpo cuando comes cebollas a diario?
Este ingrediente básico de la cocina no solo aporta sabor, también puede influir en tu salud de formas sorprendentes
La cebolla es uno de esos alimentos presentes en prácticamente cualquier cocina del mundo. Ya sea cruda en ensaladas, caramelizada sobre una hamburguesa o como base de sopas y guisos, su versatilidad es indiscutible. Pero más allá del sabor, la ciencia ha comprobado que incluir cebolla en la dieta habitual puede tener efectos muy positivos -y otros no tanto- en el organismo.
Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), la cebolla aporta principalmente agua, pero también contiene fibra, potasio, vitamina C y compuestos antioxidantes como la quercetina, responsables de muchos de sus beneficios para la salud.
Beneficios de comer cebolla a diario
1. Refuerza las defensas
La cebolla contiene compuestos sulfurosos y antioxidantes que contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmunitario. Según FEN, la quercetina ayuda a reducir la inflamación y protege frente a infecciones respiratorias.
2. Aliada del corazón
Incluir cebolla en las comidas puede ayudar a controlar la presión arterial y mejorar la circulación sanguínea, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Así lo recoge un análisis publicado en la revista Biomolecules, que destaca su efecto vasodilatador y anticoagulante leve.
3. Propiedades diuréticas y depurativas
Gracias a su contenido en potasio y bajo sodio, la cebolla favorece la eliminación de líquidos y toxinas, lo que resulta útil en dietas para controlar la retención de líquidos o mejorar la función renal.
4. Potencial preventivo frente a ciertos tipos de cáncer
Aunque la investigación sigue en marcha, un estudio publicado en Asia Pacific Journal of Clinical Oncology sugiere que el consumo frecuente de cebolla y otros vegetales de la familia Allium podría estar relacionado con un menor riesgo de cáncer gástrico y colorrectal.
¿Comer demasiada cebolla puede ser perjudicial?
Como ocurre con casi cualquier alimento, el exceso no es recomendable. En personas sensibles o con problemas digestivos como síndrome de intestino irritable o acidez estomacal, la cebolla -especialmente cruda- puede provocar molestias, hinchazón o gases.
Además, sus compuestos sulfurosos pueden potenciar el efecto de ciertos medicamentos anticoagulantes, como advierte el portal especializado Healthline. Por ello, quienes toman este tipo de fármacos deben consultar al médico antes de aumentar su ingesta de cebolla de forma significativa.
¿Cómo consumirla para aprovechar mejor sus beneficios?
La forma de preparación influye en los nutrientes que conserva la cebolla. Según los expertos de la Universidad de Harvard:
- Cruda: es la opción que más antioxidantes mantiene, ideal para ensaladas y bocadillos.
- Cocinada a fuego lento: en sofritos o guisos, libera su dulzor natural sin perder tantas propiedades.
- Evitar frituras intensas: las altas temperaturas destruyen parte de sus compuestos beneficiosos.
También es importante no pelar en exceso la cebolla, ya que las capas externas concentran más quercetina. En algunas culturas, incluso se preparan infusiones con cebolla para aliviar la tos o la congestión nasal, aunque no existen suficientes estudios científicos que respalden estos usos tradicionales.