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Operación Triunfo

OT 2018, ocho semanas y ocho polémicas: «No nos toméis por gilipollas»

El programa no remonta su audiencia y, en parte, se debe a los continuos desplantes que provoca gala sí y gala también

Julia, durante su interpretación de «90 minutos» / RTVE
Julia, durante su interpretación de «90 minutos» / RTVElarazon

OT no remonta su audiencia y, en parte, se debe a los continuos desplantes que provoca gala sí y gala también.

Si por algo se caracteriza la décima edición de Operación Triunfo es por las polémicas que genera cada semana entre sus concursantes. Lo que surgió casi de imprevisto con la expulsión del aspirante “facha”, Luis Mas, se ha convertido en una constante en sus filas. En aquella gala cero, el joven de 19 años fue objeto de un escarnio bochornoso después de filtrarse una fotografía personal en la que aparecía acompañado por el Rey Emérito. Tras una actuación desacertada y la falta de apoyo, se quedó a las puertas de la Academia. Sin embargo, la burla alimentó la curiosidad de un público agotado tras el paso de Amaia y compañía por ese mismo escenario hace siete meses, pero también demostró que necesitaba nuevos debates para que el programa volviese a conectar con los más jóvenes. Y así ha sido. El último de ellos ha tenido lugar este mismo lunes: decidieron acostarse en el suelo en forma de protesta por el retraso en la hora de apertura del dormitorio, cuando el canal de YouTube aún seguía en directo y dejando a los espectadores sin ningún contenido.

Este desgaste al que tienen sometido a sus seguidores, al final, está pasando factura. El programa no remonta su audiencia y, en parte, se debe a los continuos desplantes que provoca gala sí y gala también. Ya casi nadie espera ansioso escucharles cantar, casi nadie vive pendiente del reloj para volver a votar, casi nadie siente la necesidad de compartir contenidos en las redes. Y todo ello por el ansia de recuperar a un público que no va a regresar. Recuerden aquel “me cago en la Falange” o aquel “OT no es odio”. También la controvertida “mariconez” de Mecano. Cada semana, hay algo nuevo que digerir, algo que supera lo estrictamente musical. Y eso está provocando que Miki, Julia, Natalia, María y los demás sean unos incomprendidos, dentro y fuera de las tablas.

Anoche lo volvieron a demostrar: ninguno brilló más de lo normal, ninguno despertó mayor interés que el habitual. Daba igual que se fuese Marilia o que lo hiciese Carlos. Sus interpretaciones de “Hasta la raíz” (de Natalia Lauforcade) y de “Everything” (de Michael Bublé) fueron anodinas e inestables. Impropias de una gala 8. Se quedó ella, aunque él lo mereciese un poco más ayer. Tanto los dos como el resto llegaron descolocados por una de las broncas más épicas de la historia del formato. ”Os recuerdo que habéis entrado aquí voluntariamente. Si alguno de vosotros no quiere permanecer, coge la puerta y se va», les espetó Noemí Galera por su conducta de hace un par de días. «La confianza que yo había puesto en vosotros se ha ido a la mierda”. Los diez planearon amontonarse frente al dormitorio desde las 22:00 hasta las 22:30, hora en la que la organización les abrió la puerta. Entre risas, entraron al único espacio de la Academia sin cámaras, ajenos al revuelo que comenzaba a producirse en Twitter. Muchos usuarios criticaron este comportamiento, catalogándolo incluso de “falta de respeto” al programa y a los seguidores.

«Las firmas [de discos] son un puto espejismo y, ahora, vais como si fuerais los Rolling o Lady Gaga. Esto no es un colegio. Sois mayores, haced lo que queráis. Quien queda como el ojete, sois vosotros”, continuó la directora, unos días después de que la profesora de técnica vocal, Mamen Márquez, también les recriminase su desgana al ir al estudio de grabación. «No nos toméis por gilipollas», señaló al recordarles que, a pesar de sus protestas por el retraso, se oían conversaciones nocturnas. «Dejaos de hostias y sed vosotros mismos. Esto es un programa de televisión. Si queréis estudiar música, iros a un conservatorio. Aquí hay un equipo que lo está dando todo y ama este programa. Y me da la sensación de que vosotros no lo amáis”. Lo que deja en evidencia que ninguno estaba preparado para entrar en Operación Triunfo. Ni mucho menos lo están para afrontar lo que hay fuera. Y lo peor de todo es que no entendieron absolutamente nada de las palabras de Noemí. Cero autocrítica.

Se le notó a Miki, mientras hacía lo que podía con “We can dance” (de The Vamps); se le notó a Natalia, mientras bordaba con intensidad “Aunque no sea conmigo” (de Celso Piña); se le notó a Alba, mientras despedazaba gustosamente “Je veux” (de Zaz). La necesidad de relanzar el programa a golpe de polémicas les ha quitado protagonismo musical y, sobre todo, les ha arrebatado la posibilidad de brillar como lo que quieren ser: cantantes profesionales. Es cierto que esta semana su primer disco conjunto ha conseguido la certificación de Disco de Oro, superando en ventas a Rosalía, Mago de Oz y Andrés Calamaro. Pero la realidad es que ese fenómeno fan desaparecerá tan rápido como termine la final. ¿Por qué? Porque no se busca el talento sin más, sino su explotación sin límites. A ello contribuyeron también el regreso de Los Javis tras varias discutibles clases, el despido de Itziar Castro por no llegar a un mínimo o las filtraciones del jurado después de publicarse una foto de Brisa Fenoy la semana pasada. Todo vale, si con ello se relanzan las galas y el público vuelve a responder. El resto, se echa a suertes.

Eso fue lo que hicieron los dos únicos dúos de la noche: por un lado, Marta y Famous versionaron con sumo acierto “September” (de Earth, Wind & Fire); por otro lado, María y Sabela no supieron hacer frente a “I wanna hold your hand” (de The Beatles). Los cuatro fueron el vivo reflejo de una hornada de artistas sobrepasada, repleta de miedos y acechados por la tensión. La única que hizo realmente una actuación digna de disfrutar fue Julia. Supo canalizar ese conglomerado de sentimientos en la canción de India Martínez. Su “90 minutos” fue lo mejor de la noche, calibrando en su justa medida emoción y técnica. Aún así, le falta algo para que pueda alcanzar los primeros puestos de la competición. Aunque, visto lo visto, es posible que el nivel se quede aquí. Lo que no quiere decir que, ya de por sí, sea bueno.

Sabela, favorita; Marta y Marilia nominadas

Una semana después de que se filtrasen las nominaciones de los concursantes, todos los ojos estuvieron puestos sobre las valoraciones de Manuel Martos, Ana Torroja, Joe Pérez-Orive y Ruth Lorenzo. Sabela se erigió como la favorita de la semana; eso sí, con una de sus actuaciones más olvidables. En cambio, María, Famous, Marilia y Marta se convirtieron en los cuatro nominados por esas pequeños “detalles” que ve el jurado y que al público interesan más bien poco. Los profesores salvaron a Famous por su potencial y los compañeros a María por su carisma, pero de lo que aún no se han dado cuenta es de que todos están nominados de cara al público y que todos pasan a diario un criba que cada vez es más pequeña.