Lifestyle

Cristales preciosos

Y que sean de Murano

Que no son todas tan caras

La copa

Copa de Murano en cristal rojo
Copa de Murano en cristal rojoAlicia Romay

Cada 23 de diciembre, María colocaba los manteles blancos, la vajilla buena y las copas de Murano de color rojo en el comedor de casa, era la señal para recordar el aniversario de boda de mis padres, siempre fue un día de fiesta en nuestras vidas. Esas preciosas copas rojas, sólo salían de la vitrina ese día, el mueble estaba en un pasillo de la casa de mis papás, la belleza de las copas rojas de cristal de Murano significó para mi desde siempre, un símbolo de festejo y felicidad. En la mudanza que portó mis enseres de México a Madrid, viajaron 4 de esas 6 copas de Murano y llegaron intactas sólo 3, fue una pérdida grande, en mi casa eramos 4, mi mamá, mi papá, mi hermano y yo. Ellos ya no están, pero me acompaña la única copa que ha sobrevivido como yo, de nuestra familia. Es un tesoro y un símbolo, en casa, en la sierra de Madrid, “está prohibido” tocarla.

Escuchar Murano evoca deseo y cuando no se ha visitado, se siente que es una isla que está lejana, que es una isla cerca de Venecia pero entre una cosa u otra siempre se deja para después. Ese después para mí ya no existe, a pesar de que en Venecia se está de cine al no haber esas terribles aglomeraciones pre Covid y con la Bienal de Arquitectura 2021 abierta entre otros tantos atractivos, no obstante, quise por fin acercarme a Murano, tenía verdadera curiosidad de descubrir cómo ir, por dónde hacerlo sin acudir a ningún guía y pisar la tierra del mundo del vidrio más famoso. Me llevé una muy agradable sorpresa al descubrir que ir a Murano desde Venecia es super sencillo, en tiempo son 60 minutos que no es nada y además el recorrido es precioso. Si vas a la Plaza de San Marcos (por poner un ejemplo de ubicación ya que se puede salir desde otros puntos de Venecia) te compras el ticket del Vaporetto (15€ ida y vuelta) y buscas una de las líneas que van a la isla (ver aquí), arranca el “autobús acuático” y te das el paseo navegando, llegas a Murano y a 3 minutos andando desde el muelle te encuentras de frente la Fondamenta Vetrai, la calle principal en donde están los negocios del cristal de Murano. Más sencillo imposible.

Entré en uno de los más históricos de la isla y tuve la suerte de conocer al propietario y a su esposa, Stefano Sent y Nika Irlandi, un matrimonio encantador que ha aceptado contar para La Razón su historia.

Stefano Sent y Nika Irlandi.Propietarios de la Vetrería ColonnaMurano, Italia
Stefano Sent y Nika Irlandi.Propietarios de la Vetrería ColonnaMurano, ItaliaAlicia Romay

Negocio centenario

Cuando el padre de Stefano era joven, no quiso dedicarse a la creación y fabricación del cristal de Murano, él prefirió dedicarse al mundo del embalaje y así lo hizo. Sus primos los maestros Alfredo Barbini y Livio Seguso, se convirtieron en los artistas más famosos de Murano y así comenzó la andadura de esta impresionante tienda de cristal de Murano con más de mil metros cuadrados ubicada en la calle principal de la isla.

La Vetreria Colonna tiene una especialidad que son las lámparas venecianas del ‘700 y ‘800 pero cuenta con una característica única según lo cuenta su propietario Stefano Sent: “Además de producir y vender el cristal de Murano, tenemos la capacidad de embalar de manera perfecta” y otra de las características de su negocio según su esposa Nika IrlandiNosotros trabajamos sólo con la gente que nos visitan por su propia cuenta y no con los guías turísticos, trabajamos para los que nos conocen por referencias de amigos y de parientes, porque no queremos pagar comisiones que arrancan desde el hotel en donde se hospedan los turistas, el transporte, etc. preferimos tener precios más accesibles, ésta es nuestra política” a la pregunta sobre cuál es el precio más bajo de sus piezas “Si usted quiere comprar seis copas o vasos de Murano aquí, hechos a mano y que se pueden usar a diario, los puede encontrar desde sesenta euros por seis vasos. El precio siempre dependerá del trabajo realizado de los maestros en cada pieza hecha siempre a mano” sobre los gustos de los clientes “los españoles todavía hacen muchos regalos de cristal de Murano para celebrar matrimonios, lo que suelen comprar son servicios de vasos que comprenden 36 copas, 12 para vino, 12 para espumante, 12 para agua y una jarra, a los españoles les gusta hacer este tipo de regalos para los recién casados” Los italo americanos suelen llevarse para sus casas lámparas venecianas o cristales denominados tres fuegos, que son muy decorados, a los franceses les gustan los espejos porque tienen estilo francés pero también comprar juegos de copas de vino y de champagne”. afirma Nika.

Al entrar a su negocio, cuelga una pieza fascinante: Una lámpara que cuenta la historia antigua de la vida en Venecia.

Esta es la pieza más costosa que se puede encontrar en esta tienda y posiblemente en Murano, para realizarla tuvieron que trabajar en ella tres personas durante tres meses, el maestro primero, el maestro segundo y el servente- “En esta lámpara se rinde honor a los africanos que servían en las casas venecianas” explica Nika “en cada “taza” - en donde se colocaba la vela y actualmente la bombilla, aparece la figura de un africano. Las tazas representan las redes de los pescadores y las bombillas que parpadean, representan las velas de cera que se usaban antiguamente, en aquella época, el trabajo de los sirvientes africanos era mantener iluminado el palacio, no hablaban la lengua y no habían sido educados, su trabajo era ir cambiando las velas de las lámparas venecianas. Las flores son muy importantes porque Venecia era una ciudad que no tenía jardines públicos, y los venecianos querían tener dentro de sus casas flores aunque fueran representadas en sus lámparas de cristal de Murano” - “los comerciantes venecianos eran hombres muy ricos, viajaban por el mundo y querían tener en sus casas lámparas muy aparentes y es por eso que las mandaban hacer de cristal con oro de 24 kt. como esta lámpara. El precio de una lámpara de este estilo va desde los cuarenta mil euros hasta los cien mil euros”

Merece la pena tomar el vaporetto, navegar dando la vuelta a Venecia que siempre es precioso y visitar Murano. Entrar en los negocios clásicos y aprender de ellos su pasión por este arte.