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Alfonso XIII, el hotel monumento, esencia de Sevilla

Este icónico cinco estrellas cumple 95 años manteniendo intacto su fascinante encanto. Un «must» de la capital hispalense

Alfonso XIII, hotel monumento en Sevilla
Alfonso XIII, hotel monumento en SevillaLa Razón

Hace 95 años, en abril de 1928, se inauguraba en Sevilla uno de los hoteles más emblemáticos de Europa: el Alfonso XIII, cuyo impulsor fue el monarca que le dio nombre. Como hizo en otras ciudades, puso en marcha un gran proyecto, doce años de trabajos de construcción con el fin de crear un hotel grandioso en el que hospedar a dignatarios internacionales y a miembros de la realeza. Con la Exposición Iberoamericana de 1929 el hotel cumplía con el objetivo del rey.

El hotel Alfonso XIII le hace un homenaje a la ciudad de Sevilla en su estructura, decoración, referencias de arte, etc., quizás por ello, los sevillanos lo han hecho suyo y es un icónico punto de encuentro. No hace falta estar hospedado para disfrutar de él y es en sí un monumento por lo que la visita resulta obligada.

Dentro del hotel hay grandes escenarios. El primero de ellos, nada más entrar, su hall, de una riqueza ornamental impresionante, donde conviven lámparas de cristal de bohemia, artesonados, azulejos del barrio de Triana y de Mensaque con sus característicos brillos metálicos, flores, mármol... es difícil verlo de un solo tirón, hay que detenerse y observar. De ahí pasamos a su patio azulejado de naranjos, con la fuente en el centro, y representaciones de personas ilustres vinculadas a Sevilla como el emperador Trajano, Cristóbal Colón o Cervantes. También en la planta baja, se encuentra el Salón Real, de 350 metros cuadrados, que lleva casi 100 años siendo el lugar más representativo de Sevilla para celebrar un evento; su entrada realizada en hierro fundido recuerda a los pórticos de catedral, sus once lámparas de araña, sus tapices y frescos restaurados y las grandes puertas de caoba que dan a la gran terraza nos transportan casi un siglo atrás a los grandes bailes de la alta sociedad sevillana.

Hotel Alfonso XIII, esencia de Sevilla
Hotel Alfonso XIII, esencia de SevillaLa Razón

Con entrada exterior, su bar-terraza y abacería ENA Sevilla, que hace homenaje a la reina Victoria Eugenia Julia Ena de Battengberg, esposa del rey Alfonso XIII, es también lugar de reunión en la ciudad. Desde el interior se accede a través del que fue el despacho del monarca, una estancia más recogida, con una preciosa chimenea, uno de los rincones favoritos del rey. Aquí, los clientes y los sevillanos se mezclan en un ambiente distendido entre chacinas ibéricas, raciones clásicas, vinos de Jerez y cervecitas. Y, por supuesto, están las habitaciones, 148, divididas en tres estilos: castellano, andaluz y árabe. Hospedarse en una de ellas es descansar en un edificio-museo, un lugar que forma parte de la historia, además de que todo está cuidado al detalle, con la mayor parte de su estructura original, pero con todas las comodidades.

Y a más a más, detalles que me han encantado: desayunos en la galería, abiertos al público, a 31€, con una oferta espectacular, incluyendo una estación de huevos con todas sus preparaciones; claveles en el hotel, a veces una denostada flor pero representativa y muy española; la visita histórica guiada para los clientes cada día a las 17h; y un servicio de conserjería que incorpora el espíritu de la cadena Marriott de dar servicio y asesorar al cliente dándole las mejores recomendaciones para disfrutar de la ciudad.

Desde aquí, visitar Sevilla es un privilegio. Como llegar al barrio de Triana y acercarse al Museo de Cerámica, pasear entre los talleres-tiendas y entender la tradición alfarera de la ciudad; comer o cenar en restaurantes como María Trifulca o Petit Comité; visitar el Museo de Bellas Artes y todos los monumentos que hay a su alrededor; y utilizar el Hotel Alfonso XIII como lugar de reunión distendida, en mi caso, con dos grandes artistas a los que admiro: Cristina Vázquez, del Gabinete de las Maravillas, que pinta instantes de felicidad plasmados para siempre; y Salustiano, cuya obra combina la belleza y delicadeza de épocas pasadas con la fuerza y reivindicación del presente... igual que el Alfonso XIII, hotel al que volveré. Recomendación de corazón.