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Buenos Aires, una ciudad que adora celebrarlo todo, es perfecta para una escapada navideña

En diciembre, las principales avenidas de la capital argentina están iluminadas, su rica oferta cultural aumenta aún más y los menús de sus restaurantes en estas fechas son una deliciosa locura

Skyline Buenos Aires, Argentina
Panorámica del skyline de la capital argentina por la nocheDreamstime

Buenos Aires es de esos lugares que se añoran sin haber estado en ellos. Y es que la capital argentina ha viajado tanto a través de sus tangos, de sus escritores, de la belleza de sus barrios y de la pasión de sus gentes que se hace difícil no amarla y extrañarla aun sin conocerla. Y cuando ya se la conoce siempre se desea regresar a ella.

No hay una fecha ideal para visitar esta fascinante ciudad porque cualquier época o mes es un acierto, ya se sea de los que sueñan con recorrerla y aún no lo han hecho o de los que como Gardel mueren por volver una y otra vez. Sin embargo, es cierto que resulta absolutamente recomendable, al menos una vez en la vida, vivir las fiestas navideñas en esta ciudad que adora celebrarlo todo, aunque sea con un poquito de calor del verano austral.

En diciembre, las principales avenidas porteñas, como la Avenida 9 de Julio, Santa Fe y Corrientes, están iluminadas, sin olvidar que las icónicas letras BA del Obelisco se decoran con luces y gorro navideño, y que un espectacular mapping sobre este imponente monumento deja sin palabras. Además, bonitos árboles de Navidad como el inaugurado hace unos días de la reconocida marca Swarovski (con más de 8.000 cristales de la firma) en Galerías Pacífico o el gigantesco árbol de la Plaza de Mayo suman a la atmósfera festiva de estas fechas.

Destaca también que la oferta cultural porteña, de por sí rica y muy variada, aumenta para todos los gustos. Por ejemplo, el emblemático Teatro Colón, considerado uno de los mejores del mundo por su extraordinaria acústica y arquitectura, ofrece, entre otros clásicos, el tradicional ballet El cascanueces, mientras que teatros independientes acogen espectáculos innovadores que generan tendencias. Sin duda, la movida cultural se multiplica y se convierte en un poderoso atractivo más para visitar Buenos Aires en Navidad.

Una tradición argentina, y de otros muchos países, son las comidas y cenas navideñas con amigos o con la familia, algo que hace que la gastronomía se saboree en el aire. Las cocinas de los restaurantes porteños con sus deliciosos contrastes, que van desde restaurantes estrellas Michelin como Trescha (su fundador y chef, Tomás Treschanski, es uno de los más jóvenes en la guía Michelin) hasta bodegones centenarios, son una exquisita locura con sus menús navideños.

Más allá de las fiestas: la esencia atemporal de Buenos Aires

Navidad en Buenos Aires
Navidad en Buenos Aires Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires GCABA

Sí, Buenos Aires es una opción perfecta para una escapada navideña, pero más allá de eso, esta ciudad inmensa, diversa, extrema y acogedora seduce al viajero con su esencia atemporal. Su arquitectura ecléctica, sus históricos y vibrantes barrios, sus teatros y librerías independientes y, entre otras cosas, su extraordinaria gastronomía son su «alma».

El corazón de Buenos Aires se encuentra en la icónica Plaza de Mayo, escenario de importantes acontecimientos históricos y conocida mundialmente por ser el lugar de encuentro de las Madres de Mayo. Bordeando la plaza, se alzan varios edificios emblemáticos y gubernamentales de imprescindible visita: la Catedral Metropolitana, el Cabildo y, entre otros, la Casa de Gobierno, conocida como la Casa Rosada.

Uno de los puntos más importantes para conocer su citada esencia atemporal es el barrio de La Boca. Colorido, pintoresco y lleno de vida, su principal atractivo es la llamativa calle peatonal Caminito. Es un barrio cargado de pasiones con numerosos restaurantes, terrazas y puestos de pintores, además de bailarines de tango que cautivan con sus sensuales pasos.

Otro imperdible es San Telmo, uno de los barrios más antiguos, cuyas calles empedradas, casas bajitas y patios con aljibes sugieren una estampa detenida en el tiempo. Su mercadillo dominical es una cita obligada, aunque también es muy conocido por sus bares, tanguerías y, en especial, por la amplia variedad de anticuarios, así como por su circuito callejero del Paseo de la Historieta, donde las esculturas de Mafalda y sus amigos homenajean el humor argentino.

En contraste, y como barrio de relativa reciente existencia y muy exclusivo, hay que descubrir Puerto Madero. En él, imponentes rascacielos conviven con algunos tesoros históricos amarrados en sus diques, como es el caso de la fragata Sarmiento, sin olvidar su famoso Puente de la Mujer, obra del artista Santiago Calatrava.

Recoleta resulta otro obligado. Considerado el barrio más elegante de Buenos Aires, se caracteriza por sus opulentos edificios de estilo parisino y sus abundantes parques, así como por sus grandes espacios culturales, entre los que se encuentra el Museo Nacional de Bellas Artes, y, curiosamente, por su cementerio, declarado Museo Histórico Nacional en 1946.

Y el más extenso, el barrio de Palermo. Destaca por sus museos, parques y zonas de ocio, así como por sus restaurantes eclécticos, coctelerías, coquetas cafeterías y tiendas de moda. Sin duda, las dimensiones de Palermo atestiguan que Buenos Aires es mil ciudades en una sola, ¿no cree?

Entre otros sitios donde se respira su fascinante esencia atemporal, se posicionan sus edificios llenos de autenticidad, como el Palacio Barolo o el Palacio Paz, sus Bares Notables, sus mercadillos callejeros, sus tanguerías y por supuesto su río, el río de la Plata, navegar por él (existen varios tours que lo hacen) es toda una experiencia.

Ya lo dijo el poeta Federico García Lorca: «Buenos Aires tiene algo vivo y personal, algo lleno de dramático latido, algo inconfundible y original en medio de sus mil razas que atrae al viajero y lo fascina». Sí, así es Buenos Aires, uno de esos lugares que se añoran aun sin conocerlos.