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Palma, unas pinceladas de su encanto

Panorámica desde las terrazas de la Catedral
Panorámica desde las terrazas de la Catedrallarazon

Palma tiene un encanto imprevisto y sorpresivo

Palma tiene un encanto imprevisto y sorpresivo. El pintor y escritor Santiago Rusiñol bautizó en 1922 a Mallorca como “la isla de la calma”, y su capital ofrece sin exigir nada esa calma que ha sido musa de artistas y viajeros.

Si algo caracteriza a Palma, es una arquitectura antigua en completa armonía con otra más actual, que va desde el palacio de la Almudaina a hermosos edificios modernistas. El sosiego de su laberíntico casco histórico, unido a la belleza de sus escondidos patios cautiva al que la visita. Como la suave brisa que nace en su bahía. O como el aroma de su gastronomía, que basada en productos de cercanía, es parte importante de la identidad mallorquina.

La nombre con la que antaño se la conocía, evoca al recorrerla sus orígenes romanos, así como su época musulmana, pero sin duda es el estilo gótico de la Edad Media el que impera entre los demás. El centro histórico constituye un mosaico urbano donde el patrimonio se encuentra no solo en sus edificios, sino en las gentes que regentan algunos comercios que por antigüedad y el valor que transmiten han sido reconocidos como emblemáticos.

Singulares, diferentes y diversos, algunos de estos negocios catalogados por el ayuntamiento como “Establecimientos emblemáticos”, llevan más de tres siglos de apertura y son en sí mismos un atractivo turístico. Bombonerías, mercerías, paragüerías, jugueterías, imprentas, bares..., el único requisito es llevar abierto sin interrupciones 50 años. Ofrecen una atención tan cercana y personal que el cliente vislumbra a través de ellos la esencia de Palma, pues esta, nace de la autenticidad de sus gentes.

La Seu

No se puede describir la capital balear sin nombrar su catedral, La Seu. La Catedral-Basílica de Santa María de Palma, como también se conoce, es una de las edificaciones góticas más relevantes de Europa. Cuentan que cuando en el siglo XIII comenzó su construcción parecía que el templo emergía de las propias aguas, ya que se alzó sobre un acantilado. Fue posterior que el hombre ganó terreno al mar construyendo el lago artificial que ahora se encuentra frente a ella. Sea como sea, el edificio se construyó para ser admirado desde el Mediterráneo, como si quisiera advertir con su grandeza –cuando solo se podía acceder a la isla en barco– que Palma es especial.

Su interior es un espacio con profundas huellas de épocas, reconstrucciones, y estilos. Fue Gaudí con su arquitectura quien la dotó de luminosidad. Desprende el sello de pintores, escultores..., y a través de ellos parece como si su piedra, de tonalidad miel intensa, estuviera “viva”, algo que se percibe aún más en la experiencia de visitar sus azoteas, tour que es un inolvidable paseo. Solo puede realizarse desde el 1 de abril hasta el 31 de octubre, pues allí arriba la brisa se convierte en peligroso viento.

Más de doscientos escalones para subir al campanario, poder caminar entre sus arbotantes, contemplar en proximidad las inquietantes gárgolas, deleitarse con la grandiosidad del “Ojo del Gótico” ..., sin olvidar las vistas indescriptibles: agua mediterránea que rompe en olas, puerto que late con yates, trasatlánticos, y cruceros, barrios, iglesias, mercados... Todo ello, mientras la mente presiente que la ciudad nos está enamorando, y que una parte de ella, siempre quedará en nosotros.

Viaje organizado por Passion for Palma

Agradecimientos: Hotel Nakar, Mallorca Private Tour Guides, Restaurante Es Rebost, Mercat de L´Olivar, Gastroteca Mauricio, Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca