Cataluña

Los Roca: legado de Gerona desde la cima gastronómica

El universo de los hermanos Joan, Josep y Jordi. También el hotel Casa Cacao de Anna Payet para completar la experiencia. Y voces de la ciudad hablan

Gerona vista desde hotel boutique Casa Cacao
Gerona vista desde hotel boutique Casa Cacao La Razón

Calles empedradas, arquitectura emblemática, crisol de cultura milenaria y, a la vez, un centro neurálgico de vida contemporánea. Nos adentramos en Gerona, a orillas del río Onyar donde, además, se encuentra el imperio de los hermanos Roca. Ellos nunca se reconocerán como héroes, pero lo cierto es que han conquistado toda una región. Los hermanos –triestrellados de éxito– han apostado por sus raíces, la comunidad local, contribuyendo al desarrollo cultural y económico de Gerona. Así, la conexión entre Gerona y los hermanos, Joan, Josep y Jordi, va más allá de la excelencia culinaria; es un vínculo que refleja el espíritu innovador y la pasión por la gastronomía.

Trayectoria incansable

El universo que han construido no es pequeño. Pero el punto de partida no podía ser otro que sus orígenes. El restaurante Can Roca, el que los vio crecer, regentado por sus padres, Montserrat Fontané y Josep Roca, fue mucho más que un simple negocio: era el hogar, el lugar donde las raíces se afianzaron entre el bullicio del bar de barrio y los aromas reconfortantes de la cocina de su madre. Era el epicentro de la infancia, el origen de todo lo que hoy se puedan sentir orgullosos, cuentan. «En aquel espacio, aprendimos valores fundamentales como la autenticidad, la generosidad, la hospitalidad y el esfuerzo, enseñanzas que se imbuyeron en nosotros de manera natural mientras jugábamos entre las mesas. La experiencia de crecer en este entorno nos brindó una perspectiva única sobre el oficio y un enfoque de vida que busca la felicidad tanto para nosotros como para quienes nos rodean».

Por otro lado, «una propuesta bien normal», el restaurante de cocina directa, espontánea, pero que no renuncia al fuego vivo y a las pausas de la cazuela. Eso es Normal. También Más Marroch, un espacio natural pensado para eventos privados y de empresa. Y como la creatividad no cesa, a pie de calle está Rocambolesc, a los mandos de Jordi, los helados más creativos elevando este dulce a lo sofisticado en mayúscula. Empezaron con un carrito en la calle y alcanzaron las máximas calidades organolépticas, mucho más claras que otros helados porque no llegan a ese nivel de frío; razón por la que también funciona en invierno. Y apto para «la panet», como dicen los niños catalanes a la hora de la merienda. Rocambolesc es para niños y adultos, para ver la parte más divertida del pequeño de los hermanos. Y ojo, que muy cerquita está la confitería de chuches donde se venden todos los toppings propios de Rocamobolesc. Por si fuera poco, el pasado año abrieron el mix entre alta y baja gastronomía con una bikinería, también en el centro de la ciudad. Cuatro sabores: clásico, pastrami, vegetal e ibérico.

El Celler de Can Roca
El Celler de Can RocaCeller de Can Roca

La historia de que Joan, a los 11 años, le pidiese a su madre una chaqueta de chef desde luego que ha cobrado sentido. Quizás por las tablas de constancia, sacrificio y pasión por la labor heredadas de Montse, que hasta hace dos años seguía cocinando como una jabata. Así son los hermanos, incansables. La Masía es su proyecto de inversión y desarrollo, el cerebro de lo que ocurre en el que fue –y para muchos sigue siendo– el mejor restaurante del mundo, en constante evolución: El Celler de Can Roca. Y aquí las palabras pierden sentido y solo lo cobra la experiencia: más de 85.000 referencias de vinos, una cocina que emociona y sorprende y la hospitalidad de un trabajo en sala indiscutible. En cada mesa tres piedras que simbolizan a los responsables. Y que comience el viaje.

Casa Cacao

Ubicado en un emblemático edificio histórico en la Plaza Catalunya de Gerona, catalogado de interés histórico, el Hotel Boutique Casa Cacao ofrece 15 habitaciones acogedoras y espaciosas, junto con una magnífica terraza que brinda vistas panorámicas del encantador casco antiguo. Anna Payet, directora y perteneciente a la familia Roca, no ha escapado de un solo detalle y se encarga de que la experiencia no baje del sobresaliente.

Su mobiliario y textil son diseñados meticulosamente, reflejando un compromiso con la calidad. Con una oferta gastronómica basada en productos locales, promueve la proximidad y la colaboración con pequeños productores. Este enfoque se extiende a su relación con El Celler de Can Roca, adoptando prácticas sostenibles como ser Pastric-Free y seguir la filosofía de Roca Recicla. Además, Casa Cacao alberga un obrador de chocolate visible en el lobby, demostrando su dedicación a la transparencia y la excelencia artesanal.

Por las mañanas brunch gastronómico y exclusivo; por las tardes cocktails en la terraza. Otro caso más que culmina con la economía circular del Celler y se abre a Gerona. «Los hermanos son gente de verdad y quieren a su tierra», dicen los vecinos mientras paseamos.

Vinoteca Brots de Vi.
Vinoteca Brots de Vi.La Razón

Y hablando de vecinos, LA RAZÓN ha podido hablar con una de las aprendices de Josep, declarada amante de los vinos naturales y que, además, nos enseña su gran universo. Clara Isamat y la vinoteca «Brots de Vi (C. Cort Reial, 1)». Una propuesta en el barrio viejo que quiere mostrar las realidades artesanas y personales de viticultores elaboradores. «Personas que trabajan la viña con máxima observación, cuidando el entorno y que están en bodegas para expresar su territorio desde una mirada libre y con conocimiento», explica Clara. Son historias líquidas que comparten la filosofía del respeto al productor. «Fue Josep Roca quien me abrió esa puerta a la curiosidad por las historias detrás de botellas». De esto hace 20 años y refleja la pasión de la que hablábamos al principio.