Gastronomía

Stefano Pinna: un chef «on fire» en el hotel W Barcelona

En el espectacular hotel W Barcelona se puede disfrutar de una oferta gastronómica que cambia cada pocos meses

Xavier Pellicer y Stefanno Pinna. Hotel W Barcelona
Xavier Pellicer y Stefanno Pinna. Hotel W Barcelona Hotel W Barcelona

Se trata de uno de los edificios más alucinantes que puedan encontrarse: situado en el puerto de Barcelona, e inaugurado en el año 2009, el hotel W Barcelona tiene hasta un espacio subterráneo donde desayunar que da frontalmente a una cala de la playa. Allí, a ras de arena, al levantar la mirada se yergue un edificio sin igual, que regala vistas panorámicas sobre la ciudad y el Mediterráneo, y donde hay uno de los restaurantes más recomendables de toda la ciudad, FIRE, cuya especialidad es dar al comensal una experiencia culinaria de temporada, fundamentada en la brasa y el fuego, que es el elemento principal de sus cocinas, todo lo cual potencia los sabores naturales del producto local en un ambiente inigualable.

El lugar regala al visitante un ambiente íntimo, en la terraza junto al mar o dentro, donde llega de todas formas la magia del viento salobre. El servicio, impecable, hace posible que cada cena constituya un rato memorable por la sofisticación de unos platos deliciosos que cambian constantemente, pues el hotel recurre a un chef de reconocido prestigio para cada temporada. El coordinador es Stefano Pinna, que tras trabajar en restaurantes de Bolonia, Múnich, Londres y Sídney, aterrizó en 2019 al frente del restaurante y, tan pronto se enamoró de la cocina catalana, se especializó en elaborar reinterpretaciones de productos locales utilizando únicamente las brasas como método de cocción.

Xavier Pellicer y una colaboración que honra la brasa

La cocina a la brasa, cuando se entiende desde el respeto al producto y la técnica precisa, tiene algo de ritual. En FIRE, esa conexión con el fuego se vive con fuerza en cada temporada, con propuestas que evolucionan al ritmo del calendario y los ingredientes que este trae consigo. El pasado invierno, el restaurante inauguró su tercera colaboración «a cuatro manos» con un invitado de excepción: el chef Xavier Pellicer.

Colaboración «a cuatro manos» con el chef Xavier Pellicer.
Colaboración «a cuatro manos» con el chef Xavier Pellicer.Hotel W Barcelona

Referente absoluto en la cocina saludable de alto nivel y premiado en dos ocasiones como líder mundial en gastronomía vegetal, Pellicer aportó su mirada serena, respetuosa y profundamente técnica a una propuesta que ya de por sí destaca por su identidad clara: una cocina basada en el producto, cocinada sobre brasas y pensada para emocionar sin caer en estridencias. Junto a Pinna, compuso un menú de invierno que busca equilibrio, sabor y vínculo con la tierra.

La nueva entrega del ciclo continuó la senda marcada por anteriores colaboraciones con chefs como Iñaki Gorrotxategi o Carlota Claver, que aportaron su visión en clave de primavera y verano, respectivamente. Con la llegada del invierno, Pellicer se unía a FIRE para proponer una carta que respira cercanía, técnica y sensibilidad vegetal. Su cocina, basada en productos orgánicos y de temporada, se expresa aquí con una claridad que sorprende. Las brasas no solo aportan temperatura o textura, sino que actúan como catalizador de sabor y esencia. Esa filosofía la comparte plenamente con Pinna, quien ha consolidado la propuesta de FIRE como una de las más atractivas del panorama barcelonés, combinando la fuerza del fuego con una lectura actual del recetario mediterráneo.

Una propuesta insuperable

El menú de esta colaboración ofrecía al comensal una secuencia de platos coherente y sabrosa, donde cada elaboración reflejaba el compromiso con el producto de proximidad y el respeto por la estacionalidad. El inicio venía marcado por dos platos que ya muestran la personalidad de cada chef. Por un lado, Pellicer presentaba una tatin de puerros a la brasa, un plato vegetal que equilibra técnica y calidez. Los puerros ecológicos se trabajan con mimo, acompañados de un puré de tallos, raíces crujientes, patata y un toque elegante de trufa negra.

Tatin de puerros a la brasa
Tatin de puerros a la brasaHotel W Barcelona

Por otro, Pinna firmaba unas cocochas de bacalao al carbón, con chips de piel, pimientos del piquillo y una salsa pil-pil, que aportaban contraste y profundidad.

Cocochas de bacalao al carbón
Cocochas de bacalao al carbónHotel W Barcelona

Entre los principales, Pellicer sorprendió con su bistec de apio nabo, confitado y marcado en brasa, acompañado de un chimichurri mediterráneo que juega con la frescura y la acidez, sin ocultar el carácter del vegetal. Pinna, fiel a la potencia de los sabores invernales, proponía un arroz de pato cocido a la leña, acompañado de piezas de pato a la brasa, trompetas de la muerte, manzana de Girona, foie gras y una reducción de Pedro Ximénez que redondeaba un plato profundo y reconfortante. El postre, fiel al estilo del restaurante, no bajaba el listón. El cremoso de castaña, con marrón glacé, chocolate negro, avellana y galleta crujiente de cacao, cerraba el menú con equilibrio y elegancia, sin caer en excesos dulces. Cada temporada es así, con ideas absolutamente sublimes, con una personalidad propia más allá del entorno exclusivo que lo acoge. ¿Cuál será la siguiente colaboración y qué nuevas maravillas culinarias se materializarán con Pinna y su nuevo aliado? Este hotel al borde del mar y receptáculo de la mejor gastronomía día a día no dejará de sorprenderles.