Viajes de verano
Torremolinos: un destino con voz propia que no deja de avanzar
Este enclave andaluz ha construido un modelo de éxito basado en su patrimonio, la naturaleza, el deporte y la inclusión
En Torremolinos, todo empieza con el mar. Lo supo el artista francés Jean Cocteau cuando paseó por sus calles en los años cincuenta, lo intuyó Frank Sinatraen una visita discreta –que acabó siendo muy mediática– cuando se alojó en el Hotel Pez Espada a mediados de los sesenta o la actriz Ava Gardner, entre otros muchos. Lo conocieron bien aquellos primeros veraneantes que descubrieron este rincón malagueño antes de que el turismo como lo conocemos hoy cambiara la fisonomía del sur de España.
Torremolinos es uno de esos lugares que, sin renunciar a los inevitables avances de nuestro tiempo, ha sabido construir una personalidad propia. Tanto es así que en 1988 se convirtió en un municipio independiente, dejando atrás su condición de barrio malagueño. Sencillamente, Torremolinos no compite por parecerse a nadie. Se reconoce a sí mismo en cada terraza, en cada tramo de playa y en cada conversación que se cuela desde un restaurante, una plaza o a lo largo de su paseo marítimo.
Por supuesto, el litoral es su primera carta de presentación. Siete kilómetros de costa acogen sus cuatro playas principales: Los Álamos, Playamar, Bajondillo y La Carihuela. A lo largo de este trazado, el visitante encuentra espacios cuidados y accesibles, equipados con servicios actualizados y conectados. Este verano, por primera vez, todo el litoral del municipio ha sido distinguido con la bandera azul, un reconocimiento a su sostenibilidad y calidad ambiental. Frente a este, más de sesenta chiringuitos mantienen viva la gastronomía local. El «pescaíto» frito, los espetos, los mariscos y los arroces siguen presentes, a veces reinterpretados, pero sin perder la raíz andaluza.
Apuesta por la diversificación
Por otro lado, el deporte se ha convertido en parte de su cultura urbana. La Villa Deportiva cuenta con instalaciones de primer nivel como el Palacio San Miguel, las piscinas cubiertas Virgen del Carmen I y II y la piscina olímpica exterior Virgen del Carmen III. A ellas se suma el nuevo pabellón Javier Imbroda. Estas infraestructuras, todas de referencia, atraen a miles deportistas internacionales y consolidan a la ciudad como sede habitual de eventos deportivos.
Además, la naturaleza ofrece un segundo plano lleno de posibilidades. La sierra de Torremolinos es un enclave ideal para practicar senderismo, ciclismo de montaña o trail running. El municipio cuenta con un Circuito Permanente de Orientación en el Pinar de los Manantiales y un centro CXM con tres rutas certificadas por la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada, el primero en España con esta acreditación.
También hay memoria y patrimonio, aunque a veces se descubra sin pretensión. La Torre de Pimentel, construida en el siglo XV, recuerda el origen defensivo del territorio. La Casa de los Navajas, que data de 1925, es hoy uno de los espacios más visitados, junto al Mirador de Sansueña, un balcón en homenaje a la Generación del 27 y a la Revista Litoral. El Jardín Botánico Molino de Inca, con más de mil especies vegetales y un jardín zen de 500 metros cuadrados, nos recuerda que aquí hubo molinos harineros movidos por antiguos manantiales.
El Parque de la Batería es otro de los pulmones verdes del municipio. Con 74.000 metros cuadrados, un lago artificial, carril bici, pista de correr y torre mirador, es uno de los espacios más frecuentados. Desde hace poco cuenta con un ascensor panorámico que lo conecta con la avenida Carlota Alessandri y mejora la accesibilidad.
Por su parte, la calle San Miguel conserva su función de arteria comercial. Tiendas, bares y una gran afluencia de visitantes hacen de ella un termómetro del día a día local. Tampoco se puede dejar de hacer la ruta de los murales, una experiencia para reencontrarse con Picasso, Camarón o Dalí.
Y no se puede hablar del destino sin destacar que es un referente en diversidad e inclusión. Su historia con el colectivo LGTBI se remonta a décadas atrás, lo que le confirió el estatus de paraíso en épocas de represión. Ahora, el Pride convoca a miles de personas cada año, un evento que incluso llegó a presentar su candidatura para albergar el WorldPride 2027. Todo a la vez, Torremolinos es inclusión, mar, naturaleza y ciudad.