Elecciones generales

Miedo a Vox

Llega la recta final de la campaña y la inseguridad se instala en los cuarteles generales de los cuatro grandes partidos. Todos, en máxima alerta por el «enigma Vox». Prohibidas las encuestas, circulan de mano en mano entre dirigentes y gurús tanto de PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos sondeos oficiosos internos de última hora sobre cómo respiran los electores en las circunscripciones donde el baile de escaños puedan dar un vuelco a las previsiones.

Vox da miedo. Los espectaculares actos en Las Rozas y en Sevilla, ayer mismo en Valencia, y varios informes de actividad en las redes sociales dan a los de Santiago Abascal la etiqueta de «enemigo a batir». Y, todo apunta, en los citados cuarteles generales, por unas u otras razones, que se va a acelerar la «estrategia del miedo» contra la formación verde.

El PP teme que el pánico a Vox lleve a los votantes de Podemos a la «casa común» del PSOE. El PSOE que más allá de dividir al centro derecha, Abascal entre en el Congreso con una potencia inusitada. Cs, que también reciba el mordisco verde y Podemos, que sus fieles corran a reforzar a Pedro Sánchez. En eso que se llama acumulación de fuerzas.

Mientras, Pablo Casado cruza los dedos. Espera que el «tropiezo» de Sánchez con los debates televisivos haya marcado un final de la campaña que le permita la remontada. Génova todavía confía poder dar la vuelta a las encuestas. Desde luego, dos debates seguidos, tan cristalinos, no es asunto baladí con tantísimo indeciso como apuntan los sondeos. Y eso que, a estas alturas, las dudas sobre a quién votar, más que ideológicas –el trasvase entre derecha e izquierda–, sean las de quienes decidirán en el último suspiro si se van a vivir con mamá o con papá tras la separación. Voto a PSOE, Podemos o ERC, unos; o a PP, Cs o Vox, los otros.

Y en este aspecto, lo que sí cambia las cosas ha sido la ausencia del partido verde en los debates, tras una controvertida decisión de la Junta Electoral. Este hecho sí va a tener trascendencia, así lo apuntan los expertos, aunque su sentido está por ver.

Lo que parece indudable es que quien más está esgrimiendo el voto del miedo son los socialistas. La cruzada del PSOE contra Abascal le da juego. De hecho, Sánchez confía totalmente en ella y estira de esa cuerda para «robar» todavía votos a Cs y a los nacionalistas. En este sentido, la ausencia de Vox en los platós ha sido un inconveniente para el candidato-presidente del Gobierno. Porque ha evitado que se visualicen las «tres derechas contra Sánchez» tan celebradas por la izquierda. Así que seguirá invocando hasta el último suspiro a esos políticos «sin escrúpulos» que «normalizan» las ideas «homófobas», «machistas» y «xenófobas» de Vox con tal de llegar al poder.