
4 de mayo
Las otras madres, así transforma la reproducción asistida el mapa de la natalidad
Mamás por ovodonación, doble maternidad, madres solas por elección las nuevas progenitoras de España

"Madre no hay más que una". Este dicho se usaba coloquialmente para referirse al dolor del parto y las dificultades del embarazo. Hoy apenas se escucha, y es que la natalidad en nuestro país ha vivido en la última década un cambio radical, por motivos sociales y médicos.
En el primero de estos ámbitos, el feminismo, las dificultades laborales y de acceso a la vivienda han venido limitando los nacimientos, así como la edad de la mujer en la llegada de los hijos. Frente a este freno, es la ciencia, con los avances en reproducción asistida, la que viene apuntalando las cada vez más reducidas cifras de niños nacidos, a la vez que ha dado lugar a un abanico de distintos perfiles de madres españolas.
Hablamos de madres gracias a los TRA, esto es, mediante Fecundación In Vitro e Inseminación Artificial, de madres solteras por elección y de doble maternidad mediante el método ROPA.
Estas son las cifras: según la Sociedad Española de Fertilidad, el 12% de los bebés que han llegado al mundo dentro de nuestras fronteras lo han hecho gracias a esta tipo de técnicas, es decir, 36.546 de 329.251.
Estas madres, explican desde Clínicas Eva, tienen que vencer inconvenientes de calado para lograr su objetivo -a veces el sueño- de tener descendencia. No es inusual que, tras buscar el embarazo sin éxito, lleguen, explica la psicóloga de estos centros María Aránzazu Yusti, con malestar emocional “y/o empobrecimiento de su calidad de vida, presentando a veces síntomas del tipo obsesiones, ideas entorno a la culpa, sentimiento de vacío y problemas con la pareja”. Atraviesan, explica la experta, una crisis-duelo a la que se puede sumar la ansiedad una vez iniciado el tratamiento de reproducción asistida, durante la realización de las pruebas y la espera de los resultados. Si el proceso finaliza con éxito reproductivo, estas mamás, pueden experimentar más preocupación, nervios e incluso ansiedad durante la crianza.
La reproducción asistida ofrece, por otro lado, la posibilidad de crear familias monomarentales, ya que la mujer que así lo desee puede recurrir al semen de donante. El dato habla de 250.000 hogares con madres que crían solas a sus hijos, según los datos que en 2020 ofrecía el Instituto Nacional de Estadística. Los de la Sociedad Española de Fertilidad nos dicen, por su parte, que, en consonancia con los países de nuestro entorno, en los últimos años se han doblado los tratamientos de fertilidad para mujeres sin pareja: del 4,4% del total en 2016 al 8% en 2020.
Son las llamadas masolas, madres solas y, según Ana de la Encarnación, asesora médica de Eva Fertility, “son personas que, al margen de los motivos, han tomado la decisión de manera consciente, sopesándola y meditándola cuidadosamente tras conocer la realidad médica, emocional y socioeconómica que hay tras el proceso”.
Llegar a casa sola con el bebé supone más dificultades. Los obstáculos, explica, tienen que ver con las exigencias de la crianza y con las dificultades para conciliar, pero también con la falta de tiempo libre, la responsabilidad y la economía familiar.
Otra tipología de mamá como consecuencia de la donación de material genético es la madre por ovodonación. Es decir, que, por problemas médicos, recurre a óvulos donados de otra mujer. Se emplea a una edad materna avanzada, cuando existe una alteración genética en los padres o cualquier otro problema con los gametos de ambos. En ese caso, el niño no llevará los genes de uno de sus progenitores. Surge entonces en denominado duelo genético, que funciona a la manera de una pérdida emocional. Para Massimiliano Saladino, director del laboratorio de Eva, “hay que concienciar cada vez más a las pacientes de que no es solo su genética la que interviene en el desarrollo del feto, sino que también lo hace la epigenética, donde el ambiente materno influye sobre el desarrollo completo del bebé”.
Por último, los avances en reproducción asistida han permitido que parejas de mujeres lesbianas compartan maternidad. En el proceso médico intervienen las dos madres, la que lo lleva en su vientre y la que aporta sus óvulos, y un varón, a través de la donación de semen. El tratamiento de fertilidad empleado es aquí una Fecundación In Vitro: los óvulos y el semen donados se fecundan en el laboratorio para ser después introducidos en el útero materno.
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