Descubrimiento

Takahē, el "ave fénix" que ha sido redescubierto 50 años después de darse por extinguido

Durante aproximadamente medio siglo, los expertos dieron por perdida esta ave nativa de la Isla Sur de Nueva Zelanda

 Takahē, el "ave fénix" que ha sido redescubierto 50 años después de darlo por extinguido
Takahē, el "ave fénix" que ha sido redescubierto 50 años después de darlo por extinguido La RazónLa Razón

La historia del takahē es un relato de altibajos que, hasta el momento, tiene un final feliz. Durante aproximadamente medio siglo, los expertos creyeron que esta ave nativa de la Isla Sur de Nueva Zelanda estaba extinta, pero demostró ser mucho más resistente de lo que se pensaba.

El takahē, también conocido como calamón takahe o Porphyrio hochstetteri, es un ave endémica de Nueva Zelanda y está lejanamente relacionada con las grullas, ya que ambas pertenecen al orden de los gruiformes. Se caracteriza por ser un ave no voladora, al igual que el kiwi, el ave nacional del país, aunque no comparten una relación taxonómica cercana.

Los ejemplares adultos de takahē tienen un tamaño de alrededor de 50 centímetros y su población es extremadamente reducida, con aproximadamente 500 individuos, cada uno de los cuales tiene un nombre propio. Esto la convierte en una especie en peligro de extinción, aunque esta situación representa un avance en comparación con su estado hace décadas, cuando los expertos la daban por extinta.

La historia de resurgimiento del takahē comenzó hace 125 años, en 1898, cuando los exploradores europeos lo descubrieron en Nueva Zelanda. Aunque la población maorí ya lo conocía, fue descubierta por los exploradores a mediados del siglo XIX y descrita hacia finales de siglo, pocos años antes de que se diera por perdida.

Sin embargo, en 1948, ocurrió lo inesperado: este "ave fénix" fue redescubierto en su hábitat original en Nueva Zelanda. La historia de la recuperación del takahē ilustra la delicada situación de las poblaciones reducidas: aunque la población crece a un ritmo del 8% anual, su número sigue siendo pequeño, y parte de esta recuperación se debe a la intervención humana, por lo que se requiere precaución.

¿Cuál es esta intervención humana?

En los últimos años, el Departamento de Conservación (DOC) de Nueva Zelanda ha llevado a cabo diversas acciones para mejorar el entorno de los takahē. Esto incluye la creación de santuarios para la reintroducción de estas aves.

Para proteger los huevos y las crías de takahē, los conservacionistas han recolectado huevos y los han incubado en entornos controlados. Las crías se han mantenido en cautividad hasta que han alcanzado la capacidad de valerse por sí mismas. Actualmente, se lleva a cabo la cría en cautiverio y la liberación periódica de estas aves, la más reciente ocurrió en agosto de este año, según cuenta Xataka.

Otra medida destacada ha sido la eliminación de plagas y especies invasoras que representan una amenaza para la fauna local, incluyendo armiños, hurones y gatos comunes. Durante años, los conservacionistas han estado atrapando a estos depredadores para reducir su impacto en la fauna local.

A pesar de que estas estrategias parecen estar funcionando, los responsables de las campañas son conscientes de la necesidad de actuar con precaución, ya que la población de takahē sigue siendo pequeña, con alrededor de medio millar de individuos distribuidos en su hábitat.