América Latina
Perú nombra a defensora ambientalista como primera ministra
Perú nombró como primera ministra a una abogada ambientalista que defendió a una campesina de los Andes en un caso contra la minera de oro más grande de Estados Unidos
(AP). Perú nombró el miércoles como primera ministra a una abogada ambientalista que defendió a una campesina de los Andes en un caso contra la minera de oro más grande de Estados Unidos.
El presidente Pedro Castillo juramentó a Mirtha Vásquez como jefa de su nuevo gabinete ministerial en reemplazo de Guido Bellido, un congresista de extrema izquierda que fue criticado por sus comentarios misóginos y homofóbicos, así como por su inexperiencia en cargos públicos.
Entre noviembre y julio, Vásquez también se desempeñó como presidenta del Parlamento anterior luego de un caótico mes en el que Perú tuvo tres presidentes. Antes, Vásquez alcanzó notoriedad nacional al fungir de abogada de Máxima Acuña, una campesina iletrada cuyas tierras rurales son disputadas por la compañía estadounidense Newmont, la minera de oro más grande del mundo.
“Por este país de mujeres y hombres que luchan por vivir con dignidad y sin discriminación sí juro”, dijo la abogada de 46 años y madre de una niña en el palacio presidencial.
Castillo mantuvo en el cargo a su canciller Óscar Maúrtua, quien ya había sido ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno del expresidente Alejandro Toledo (2001-2006) y quien lo acompañó en su reciente gira por México y Estados Unidos. También refrendó en el cargo a su ministro de Economía Pedro Francke, un izquierdista que trabajó en el Banco Mundial y quien juramentó por un “avance sostenible hacia el buen vivir sin distinción de género y orientación sexual”.
Castillo nombró como ministra de Cultura a Gisela Ortiz, activista por los derechos humanos y hermana de uno de los 25 asesinados en 1992 por un escuadrón de la muerte durante el gobierno del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), por cuyas desapariciones el exmandatario está sentenciado a 25 años de cárcel. “Por un Perú con memoria histórica sí juro”, dijo Ortiz, quien es miembro de una organización que busca a desaparecidos en ejecuciones extrajudiciales.
Horas antes, el mandatario pidió la dimisión de su anterior primer ministro Bellido y de otros ministros durante una reunión con ellos. Castillo no mencionó las razones, pero en un mensaje en la televisora pública dijo que había tomado una decisión en favor de la “gobernabilidad”.
Congresistas del partido oficialista marxista Perú Libre, con el que Castillo llegó al poder, protestaron contra el presidente y el nuevo gabinete frente al palacio presidencial.
“Es una traición a todas las mayorías que han esperado llegar al poder”, dijo Waldemar Cerrón, un legislador.
Bellido, un ingeniero de 42 años con poca experiencia en gestión pública, fue cuestionado desde el primer día de su nombramiento por sus añejos comentarios homofóbicos y misóginos realizados en redes sociales. Otros ministros también fueron criticados por su escasa experiencia.
El primer ministro que renunció había sido la primera autoridad de alto rango en usar el quechua, la lengua oficial indígena, en sus intervenciones en el Parlamento, incluso en conversaciones con la prensa. En su gestión, Bellido intentó solucionar una protesta campesina de larga data en los Andes contra la más importante mina china de cobre en Perú, sin lograrlo.
Pero sus discrepancias públicas con varios de sus ministros alimentaron las críticas en su contra, que alcanzaron un punto máximo cuando hace poco amenazó con nacionalizar un consorcio internacional que extrae gas natural del yacimiento más grande del país, en caso de que fracasen unas renegociaciones para otorgar más ingresos al Estado. Sus comentarios afectaron una gira internacional del presidente en Estados Unidos, en la que se reunió con inversionistas y banqueros.
Castillo tuvo que aclarar que su gobierno respetaba las inversiones. En su breve mensaje del miércoles por la televisión estatal en el que anunció el cambio ministerial, el mandatario dijo que ratificaba “el compromiso del Perú con la inversión privada, remarcando la necesidad de que ésta opere sin corrupción y con responsabilidad social, priorizando la diversificación productiva nacional”.
El cambio ministerial se llevó a cabo 71 días después del inicio del gobierno de Castillo, el primer presidente de origen campesino y el primer izquierdista en llegar al poder en Perú desde 1821.
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