Coronavirus

El vía crucis de los cofrades ante una Semana Santa incierta

Las administraciones confían en que el calor espante al coronavirus. La suspensión de las procesiones sería «letal»

Tras la suspensión de las Fallas de Valencia, la Semana Santa es el próximo evento multitudinario que está en el punto de mira ante la expansión del coronavirus. En Andalucía, donde se vive con especial intensidad la celebración, los cofrades están con las carnes abiertas, ya que una hipotética ausencia de procesiones no solo tendría un gran impacto en lo devocional, sino también en lo económico. De momento, la incertidumbre reina en las calles de las principales ciudades andaluzas, que se preparan para acoger a las largas filas de nazarenos acompañando a los pasos y tronos. El trajín es el habitual, aunque los dirigentes de las cofradías admiten que, si el Covid-19 sigue propagándose con virulencia, las autoridades sanitarias podrían tomar medidas drásticas y no quedaría más remedio que acatar la decisión. En estos términos se expresa José Antonio Fernández Cabrero, hermano mayor de la Macarena de Sevilla, quien asegura que una hipotética suspensión de las procesiones «vendrá determinada por la evolución del virus». «Cualquier medida que tengamos que tomar debe venir arbitrada por el Ministerio de Sanidad o por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía», apunta, además de señalar que «no es bueno sembrar ninguna alarma social sin que tengamos una justificación médica». Con más de 15.000 hermanos, la Macarena es la cofradía más numerosa de la Semana Santa sevillana. Su máximo dirigente afirma que, «en cuanto a las alarmas sociales, hay que ser muy cuidadosos. Hasta que no tengamos las recomendaciones explícitas de las autoridades sanitarias no debemos adelantarnos», insiste, además de reconocer que, «a veces, un exceso de prevención puede ser causa de alarma social».

Sin embargo, el temor a los contagios se extiende y, por prevención, algunas cofradías ya han tomado medidas. La de los Estudiantes y San Esteban, en Sevilla, suspendieron los ensayos de costaleros. El contacto cuerpo a cuerpo y el sudor no aconsejan estas pruebas, sobre todo cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a las personas mantener una distancia de seguridad de al menos un metro. Los bulos también se han disparado. En las redes sociales vienen circulando mensajes sobre supuestas reuniones de urgencia para cancelar las procesiones. El Consejo de Hermandades de Sevilla se vio en la obligación de desmentir estas informaciones. «Seguimos trabajando con total normalidad y manteniendo encuentros para preparar el desarrollo de la Semana Santa». Las restricciones se acatarían «si fueran comunicadas por las autoridades competentes».

Muchos ya tienen el cuerpo hecho a las prohibiciones y asumen que la Semana Santa pende de un hilo. El pasado fin de semana se suspendieron los besapiés y besamanos de las imágenes, un rito habitual de la cuaresma. Las tallas permanecieron muy cerca de los fieles, pero las distintas diócesis aconsejaron no besarlas como medida de precaución. Esta práctica comporta un riesgo importante de contagio. Está por ver qué pasará con los pregones, justo a las puertas del Domingo de Ramos.

El turismo es el principal motor económico de Andalucía y la Semana Santa es una fiesta muy atractiva para los visitantes, por lo que el temor al Covid-19 augura una bajada significativa en todos los registros turísticos y pérdidas para el sector. Una primera estimación lleva a cifrar en más de 500 millones de euros las pérdidas si se suspende la Semana Santa en Sevilla y Málaga, las más masivas y populares. En Sevilla, según los cálculos del Ayuntamiento, la celebración tiene un impacto de 400 millones de euros, lo que equivale al 1,3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) local. Estas cifras contrastan con el escaso coste que supone para las arcas municipales la organización de la fiesta a nivel operativo, de limpieza y de seguridad, ascendiendo solo a 9 millones de euros.

En el caso de Málaga, el impacto total de gasto generado por los espectadores de la Semana Santa es de 102,7 millones de euros, según un informe de la Cátedra de Estudios Cofrades de la Universidad de Málaga. El estudio subraya que, del gasto global, 53,7 millones se corresponden con el impacto económico directo, mientras que el 48,9 por ciento es un efecto inducido en la producción de bienes y servicios. El efecto económico es aún mayor si se tiene en cuenta que estos datos se circunscriben a los siete días de la Semana Santa, dado que se siguen produciendo beneficios económicos en el resto del año. Además, otros datos del informe se refieren al número de empleos directos que genera (1.258) o el gasto medio por visita, siendo el del residente de 45,7 euros por día y el de los turistas de 90,43 euros.