Entrevista

Inmaculada Nieto: «No veo a Macarena Olona en el Gobierno andaluz, veo a mi gente»

La portavoz parlamentaria de Adelante cree que Teresa Rodríguez no ha reflexionado sobre en quiénes se ha apoyado «la proyección pública de la que hoy disfruta» y la anima a entregar el acta

La portavoz del Grupo Parlamentario Adelante Andalucía y responsable de Política Institucional de IU en la comunidad, Inmaculada Nieto
La portavoz del Grupo Parlamentario Adelante Andalucía y responsable de Política Institucional de IU en la comunidad, Inmaculada NietoKiko Hurtado

Es política, pero para dar en el blanco cuando las palabras brotan de su boca, no necesita disparos estridentes. Inmaculada Nieto (Algeciras, 1971) es también la portavoz de un Grupo Parlamentario, el que aún se denomina Adelante Andalucía pero que podría acabar llamándose Unidas Podemos por Andalucía, que ha sufrido una fisura, convertida en un cráter por el que salieron Teresa Rodríguez y otros ocho diputados, todos ahora no adscritos.

–¿Se ha anticipado el Gobierno andaluz en la gestión de la pandemia, como repite?

–No. Los hechos desmienten esa afirmación. Hemos padecido las tres olas a consecuencia de decisiones políticas que se han tomado con poco talento y a que se han movilizado menos recursos de los que tenían a su disposición. Ha habido una conjunción de decisiones desafortunadas y están muy titubeantes entre mantener las medidas o no, porque han manejado muchas veces el binomio falaz de economía o salud, cuando, lamentablemente, la tercera ola vuelve a confirmar que hasta que no terminemos con la parte sanitaria de la pandemia, no podemos afrontar con garantías la recuperación económica. Si vuelven a precipitarse con la relajación de las restricciones, nos volveremos a ver abocados a otro momento de cierre y de ruina. Es preferible aguantar un poco para que finalmente cuando salgamos, salgamos, y no haya que dar pasos atrás y adelante, que es lo que está comprometiendo la viabilidad de la mayor parte de los negocios pequeños y de las familias. De los datos del paro no hace falta comentar nada.

El presidente Juanma Moreno le ha trasladado algunas veces en el Parlamento que estudiaría propuestas de su grupo, ¿se ha materializado alguna?

–Hemos sido tremendamente leales durante toda la pandemia y hemos tenido cientos de contactos informales con el Gobierno. Cada vez que ha habido algún problema que entendíamos que se podía resolver, no nos hemos ido a los medios. No queríamos una posición ventajista, lo estaba pasando todo el mundo tan mal... Hemos sido muy empáticos con la situación que estaba gestionando el Gobierno y que razonablemente lo tenía desbordado. Ellos no han hecho eso con el Gobierno central, con el que han sido muy críticos, para una cosa y para la contraria. Cuando había Estado de alarma porque no dejaba hacer a la comunidad y cuando se quitó, por que hubiera un criterio del Estado. Es verdad que, conforme se han reiterado errores que era evidente que no podían mantenerse, como el cierre de la Atención Primaria, sí que han saltado a lo público algunas de nuestras discrepancias, pero hemos sido leales. Tenemos muchas alcaldías y más de 1.000 concejales y hemos sabido de primera mano dificultades que había en algunos sitios. Todas las que hemos podido arreglar en un plano de discreción lo hemos hecho y sobre las que no, no hemos hecho sangre. Ha habido diálogo fluido, pero el Gobierno andaluz no ha tenido altura de miras para cerrar filas en torno a las decisiones de las autoridades sanitarias y no buscar culpables.

–Ha habido mucho ruido por un conflicto con banderas de la falange y otras, ¿en qué ha quedado? ¿Ese tipo de disputas contribuye a la desafección entre los ciudadanos y los políticos?

–Esta pregunta es casi imposible de contestar sin ser incorrecta en términos políticos. Los temas pesan de cara a la ciudadanía en función de la proyección pública que adquieren y eso lo deciden los medios. Se le pueden dedicar todas las tertulias o programas a hablar de si se va a poner en pie un plan de ayudas directas a los pequeños empresarios, de qué vamos a hacer con el superávit que dice la Junta que tiene de las cuentas de 2020; o de si hay una bandera puesta en un pasillo. Pero eso no lo decidimos nosotros, lo hacéis vosotros. Se fijó que en las zonas comunes no debe haber simbología de ningún tipo. Dicho eso, es preocupante que en un platillo de la balanza se ponga la bandera arco iris y en el otro la de falange, además en Sevilla y aquí –en el Parlamento– con un busto de Blas Infante, y que pesen lo mismo. Vox tiene las ventanas de las zonas comunes que aquello parece un camping, pero a nosotros nos requirió la Cámara que quitáramos la arco iris que teníamos y la retiramos. Cada cual hace lo que le parece y luego vosotros contáis también lo que os parece, hasta ahí podíamos llegar.

–Según los servicios jurídicos de la Cámara, la reforma del Reglamento ligada a la actualización del Pacto Nacional Antitransfuguismo genera «inseguridad jurídica», ¿teme que la tumben los tribunales?

–No, aunque eso siempre es una moneda que se tira al aire. Es un acuerdo razonable y se va a trasladar al Reglamento, la herramienta de autoorganización de la Cámara, porque es la voluntad política abrumadoramente mayoritaria de los partidos. Se van a respetar, por supuesto, los derechos de todos los diputados.

–Rodríguez afirma que es inconstitucional...

–Sí, ya, ya. Algo me ha llegado...

–¿Qué hubiera pasado si Antonio Maíllo no hubiera renunciado a competir en primarias contra ella para liderar Adelante?

–Que hubiera sido el candidato. Hubo generosidad política, para eso, como para otras muchas cosas, Antonio ha dejado el listón altísimo. Si hubiera querido ser candidato a la Presidencia de la Junta lo hubiera sido, sin ninguna duda, pero hizo una apuesta, porque tiene unas firmes convicciones feministas y estaba convencido de que tocaba que nuestro espacio presentara a una mujer. Fue la expresión de una convicción política por su parte, además de algo que en nuestra organización está muy asentado, por fortuna, no es un problema ser una mujer.

–¿Y Rodríguez ha sido generosa de vuelta o cree que se ha aprovechado de IU de algún modo?

–No fue un regalo hacia una persona, sino una decisión política de no plantar cara, sabedor –Maíllo– de que lideraba la organización más grande del espacio. Lo que sí creo que ella no ha asumido bien es que era un espacio compartido y se trabajó con mucho mimo para que siguiera siendo así, para que las relaciones fueran horizontales, fraternas, un espacio de todos. Los pasos que dio y todo lo que ha hecho ponen en evidencia que no ha reflexionado sobre eso, sobre a quiénes le debe su grado de conocimiento, en el trabajo militante de quiénes se ha apoyado la proyección pública de la que hoy disfruta. Esa reflexión, incluso desde un punto de vista ético, no la ha hecho, aparte de la de devolver el acta, que es lo que hay que hacer si el espacio en el que trabajas ya no entiendes que sea en el que tienes que estar.

–Han presentado la marca electoral Unidas Podemos por Andalucía, ¿se han barajado nombres del o la cabeza de cartel?

–Estamos muy contentos de mantener la alianza porque, con todo el ruido, parece que ha habido más cambios de los que en realidad ha habido. Se han marchado los Anticapitalistas y estamos muy ilusionados de tener la oportunidad ya de poder centrarnos en la política, de encarar el futuro y de hacernos merecedores de la confianza de la ciudadanía para ser una alternativa de gobierno a la derecha, porque tenemos ambición de gobernar. Lo del cabeza de cartel no ha tocado todavía.

La parlamentaria andaluza Inmaculada Nieto
La parlamentaria andaluza Inmaculada NietoKiko Hurtado

–¿Cómo es su relación con el PSOE-A de Susana Díaz ahora?

–Nuestra relación con el resto de organizaciones, con el PSOE incluido, está bien. Tenemos una interlocución fluida en la Cámara, tiene que ser así, más allá de los momentos que se salen de tono, que al final se magnifican mucho, la mayor parte del tiempo las relaciones entre los grupos son razonables y educadas. El PSOE es el PSOE y tiene unos interlocutores decididos por ellos, con los que tenemos una relación muy cordial, como con el resto de grupos.

–¿Qué piensa de las diferencias en el Gobierno central? ¿Corre peligro la coalición entre socialistas y Unidas Podemos?

–No está la política en este país para hacer muchas predicciones, pero creo que no corre peligro. Es verdad que hay una pulsión y organizaciones que se enfrentan por primera vez a trabajar juntas en el ámbito del Gobierno de un país con una pandemia mundial. Hay una crispación grande, una polarización social y todos acusamos el cansancio porque son muchos meses de malas noticias, de pérdidas, de penas, el roto económico... Gestionar todo eso tiene que generar tensiones a la fuerza, pero las van resolviendo y van quedando esos hitos que diferencian mucho el abordaje que de esta crisis demoledora, si se compara con el de la anterior. Ahí están la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o los ERTE para proteger lo que se pueda el empleo, que son decisiones inéditas y fruto de ese pacto, de esa coalición, de nuestra incorporación al Gobierno. Hay mucho que preservar y mejorar para poner por delante el bien común y las pulsiones, si se tienen en espacios más discretos, pues sería estupendo. Al final irá todo a su sitio.

–¿Ve a Macarena Olona (Vox) en el Gobierno andaluz?

–No, en el Gobierno veo a mi gente. He sabido que podría ser la candidata en una de esas autonomías que dicen que no deberían existir. Allá cada uno con sus contradicciones. Nuestro empeño es trabajar para que San Telmo no vuelva a quedar en manos de la derecha, porque objetivamente nos parece que para las condiciones de vida y de trabajo del pueblo andaluz no es la mejor opción. Hay un margen de mejora muy amplio, y una señora de Alicante, que es lo de menos, pero... es muy gráfico, muy ilustrativo...

–¿Se manifestará mañana, 8M?

–Evidentemente, movilizaciones como las que hemos hecho otros años no haremos, pero es nuestro día y sigue habiendo muchas cosas por reivindicar. Ahora hay quien lo niega, pero a las mujeres todavía nos queda mucho para poder decir que efectivamente somos iguales en deberes y en derechos que los hombres. Hemos tenido una movilización que ha dado la vuelta a muchas cosas y hemos metido en la agenda política temas que estaban ahí, pero no acababan de aterrizarse. Ha sido una conquista nuestra, tenemos que sentirnos orgullosas de ello. Este año no nos podemos movilizar, pero elegiré de todo lo que han propuesto y algo haré.