Cultura

La Fundación Cajasol acoge la exposición ‘Etiopía, ortodoxia inmóvil’, de Manuel Viola

La muestra estará abierta hasta el 23 de mayo de 2021

Exposición 'Etiopía, ortodoxia inmóvil', de Manuel Viola
Exposición 'Etiopía, ortodoxia inmóvil', de Manuel ViolaFUNDACIÓN CAJASOL

Dentro de la 17ª Bienal de Fotografía de Córdoba, la Fundación Cajasol -ubicada en Ronda de los Tejares, 32- presenta la exposición ‘Etiopía, ortodoxia inmóvil’, del médico y fotógrafo Manuel Viola, un proyecto realizado en diferentes viajes de 2013 a 2018 a la zona norte de Etopía, la conocida como la Jerusalén negra, que muestra, a través de una selección de 50 imágenes, cómo cada uno de los actos en la vida de los protagonistas tiene una dimensión religiosa, cada instante de su día a día es un rezo, en una existencia convertida en un acto de fe.

Según ha indicado el Ayuntamiento de Córdoba en un comunicado, la exposición, que está organizada por la Fundación Cajasol, estará abierta hasta el día 23 de mayo, en horario de 11,00 a 14,00 y de 17,00 a 19,00 horas, mientras que los domingos y festivos permanecerá cerrada.

“Un pueblo que mezcla en las mismas proporciones ayuno y pobreza --señala Manuel Viola-- se hace inaccesible a su conquista y ellos lo saben, nadie nunca los invadió”. A lo largo de estos viajes a Etiopía, añade Viola, “hemos procurado explorar y conocer de la forma más cercana y desde la convivencia posible qué sentido dan a sus vidas, cuál es la idea que domina sus pensamientos y los empuja hacia adelante en una supervivencia imposible sin los mínimos medios materiales que ya impulsa al tercer mundo”.

“Solo hemos podido encontrar un hilo de conexión entre tanta miseria y tanta aceptación, una religiosidad que impregna cada acto, cada pensamiento, que los impulsa a esa tenaz resistencia”, manifiesta el autor.

Médico y fotógrafo, nacido en Sevilla y malagueño de adopción, Manuel Viola se inició en la fotografía en torno a los 12 años de forma autodidacta, ganando a los 17 su primer concurso en Alcalá de Guadaira, Sevilla.

Viola ha sido fundador y presidente de la Sociedad Fotográfica Malagueña, Premio Nacional 2019 de la Confederación Española de Fotografía (CEF), presidente de la Sociedad Fotográfica de Málaga desde su fundación, vicepresidente de la Federación Andaluza de Fotografía (desde 26-10-2015 a 23-09-2017) y vocal de relaciones institucionales de la misma.

Además, fue moderador en una mesa redonda sobre la obra de Josep María Ribas i Prous en el Ateneo de Málaga en noviembre de 2016; coordinador de fotografía de la revista Compartir, desde 2014; director del Certamen Fotográfico Internacional Fundación Asisa, en sus ediciones I a la X, y jurado en diversos certámenes. Ha realizado múltiples exposiciones individuales y colectivas entre 2009 y 2017, con numerosos premios fotográficos en el mismo periodo.

“Nunca sabremos -escribe Victoria Abón, comisaria de la exposición ‘Etiopía, ortodoxia inmóvil’- si Manuel Viola se inició en la fotografía con una cámara en la mano o en un cuarto oscuro, pero lo que sabemos con seguridad es que su inquietud por las imágenes le llevó a formarse de manera autodidacta aun en edad escolar, y la búsqueda de la perfección le motivó a seguir aprendiendo de manera constante a lo largo de su vida, evolucionando desde lo analógico al digital con los más grandes maestros de la fotografía española”.

A lo largo de todo este tiempo ha cosechado muchos éxitos y más de 40 premios nacionales e internacionales, destacando el conseguido en 2019: el Premio Nacional de Fotografía de la Confederación Española de Fotografía. Más de 45 exposiciones individuales desde 2009 hasta la actualidad y a lo largo del territorio nacional componen su extenso curriculum.

“Seguramente podríamos calificar a Manuel Viola y su trabajo de muchas maneras, pero sin lugar a dudas la más acertada es la de ‘fotógrafo humanista’, con toda la carga que semejante título descarga sobre los hombros de quién lo posee. Y es que con sus imágenes Viola desgrana la cotidianidad de personas que, aunque pertenecientes a mundos muy lejanos a los nuestros, en su mirada se nos antojan cercanas y casi familiares”, afirma Abón.

Todo ello “sin artificios, sin poses forzadas, con absoluto respeto hacia los retratado”, una “lección de humanidad que se vuelve a dar con ‘Etiopia, Ortodoxia inmóvil’ realizado a lo largo de varios viajes entre 2013 y 2018 al norte de este país, en la conocida como Jerusalén negra”.

A través de una selección de 50 imágenes se va descubriendo como cada uno de los actos en la vida de los protagonistas tiene una dimensión religiosa, cada instante de su día a día es un rezo, convirtiendo su existencia en un acto de fe. El respeto, la emoción y la humanidad “es la base esencial de su ‘modus operandi’, consiguiendo la naturalidad y la complicidad que llega directa al espectador”, concluye.