Ciencia

¿Por qué los neandertales iban a la playa?

Un estudio en el que participa la Universidad de Sevilla revela las primeras huellas de neandertales de adultos, niños y aves en el sur de Portugal

Escenario reconstruido de la pista de Monte Clérigo, generado mediante herramientas de IA
Escenario reconstruido de la pista de Monte Clérigo, generado mediante herramientas de IAUS

Un estudio internacional, publicado en la revista Scientific Reports de la editorial Nature, ha revelado un nuevo yacimiento neandertal en el sur de la Península Ibérica, en la costa algarvica de Portugal. En particular, según informa la Universidad de Sevilla, se trata de las primeras huellas de homínidos neandertales en Portugal, lo que supone un avance significativo en la comprensión de la presencia humana en la costa atlántica de la Península Ibérica durante el periodo conocido como Pleistoceno.

Este trabajo está dirigido por Carlos Neto de Carvalho, geólogo y paleontólogo del IDL-Universidad de Lisboa y coordinador científico del Geopark Naturtejo Mundial UNESCO, y en él participa Fernando Muñiz Guinea, profesor del departamento de Cristalografía, Mineralogía y Química Agrícola de la Universidad de Sevilla. El estudio también ha contado con las aportaciones de otras universidades y centros de investigación de Portugal, España, Gibraltar, Italia, Dinamarca y China. Es un “estudio interdisciplinario sobre el análisis ecológico y comportamental del registro de huellas fosilizadas al sur de Portugal”, comentan Neto de Carvalho y Fernando Muñiz.

Una ventana única al comportamiento cotidiano

El descubrimiento de las primeras huellas neandertales de Portugal se ha realizado en dos lugares diferentes del Algarve: Praia do Monte Clérigo, en rocas datadas en unos 78.000 años, y Praia do Telheiro, en 82.000 años. En Monte Clérigo, se han identificado cinco rastros y 26 huellas, dejadas por adultos y niños de poco más de un año en una empinada ladera de lo que fue una duna costera. En Praia do Telheiro, se ha descubierto una huella aislada atribuida a un adolescente o hembra adulta, asociada a otras huellas fosilizadas de aves típicas de entornos costeros y rocosos.

El estudio de las huellas neandertales ofrece varias ventajas únicas y complementarias sobre otros tipos de restos arqueológicos, como huesos o herramientas. Estas huellas, preservadas en sedimentos o rocas sedimentarias, constituyen un registro directo del comportamiento en un momento específico de los neandertales que las produjeron. Las huellas muestran la presencia física de un neandertal en un lugar determinado, a diferencia de los artefactos, que pueden haber sido transportados o abandonados.

“Las huellas registran un momento específico, casi instantáneamente, lo que nos permite reconstruir lo que estaba sucediendo; por ejemplo, una caminata en grupo, una persecución, una huida o la presencia en un paisaje determinado. Las huellas muestran cómo los neandertales utilizaban el espacio, cómo exploraban entornos costeros, bosques, dunas o riberas, algo difícil de inferir únicamente a partir de los artefactos”, argumentan Neto de Carvalho y Muñiz.

Mediante el número, el tamaño y la disposición de las huellas, es posible inferir el número mínimo de individuos presentes, el rango de edad (niños, adolescentes, adultos) o la posible división de tareas (por ejemplo, una partida de caza). Los niños y bebés, que rara vez dejan rastros arqueológicos pueden identificarse mediante huellas (de menor tamaño), lo que revela más sobre la estructura social: “las huellas ofrecen una ventana única y dinámica al comportamiento cotidiano: una instantánea de la vida hace decenas de miles de años”, explican los autores.

Las huellas estudiadas por el equipo de investigación indican estrategias de locomoción adaptadas al terreno, lo que sugiere planificación de rutas, proximidad al campamento, posible comportamiento de caza y coexistencia con otras especies. Uno de los rastros muestra, por ejemplo, la interacción entre huellas humanas y las de un ciervo producidas simultáneamente, lo que refuerza la hipótesis de prácticas de persecución o emboscada en un contexto dunar.

Dieta rica en ciervos, caballos y liebres

La investigación también emplea el análisis de redes ecológicas basadas en la teoría matemática de redes para relacionar datos de otros yacimientos arqueológicos costeros conocidos en la Península Ibérica, confirmando que la dieta neandertal en estas regiones era rica principalmente en ciervos, caballos y liebres, con una complementariedad de recursos marinos y costeros, lo que indica una estrategia dietética diversificada.

Estos nuevos hallazgos demuestran que los neandertales eran más versátiles y estaban más adaptados ecológica y cognitivamente a los entornos costeros de lo que se creía, lo que ofrece una perspectiva excepcional sobre su comportamiento, movilidad y organización social.