Economía

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La lenta agonía de Airbus en Puerto Real

La compañía aeronáutica retoma el diálogo sobre el futuro de la factoría gaditana, sobre la que pesa desde hace meses la amenaza de cierre

El Banco de España alerta de que las pymes aún no han recuperado sus beneficios prepandemia
El Banco de España alerta de que las pymes aún no han recuperado sus beneficios prepandemiaRomán RíosEFE

El futuro de la factoría de Airbus en Puerto Real (Cádiz) sigue siendo tan incierto hoy como lo era en febrero de 2020. El cataclismo que ha supuesto la covid-19 en todos los ámbitos ha tocado de lleno a la planta gaditana, hacia la que se dirigieron todas las miradas en febrero de 2020 cuando la compañía aeronáutica anunció un plan de reestructuración de Airbus Defence and Space. Fue revisado en junio del año pasado, para reducir su plantilla a nivel mundial en 2.665 personas. En España, las bajas finalmente se establecieron en 889, según han confirmado fuentes de Airbus a LA RAZÓN, todas de la división civil. Ese acuerdo determinaba que en Puerto Real la plantilla se redujera en 151 trabajadores, de los 350 que actualmente tiene, mediante diversas fórmulas planteadas que irían desde prejubilaciones, bajas incentivadas o cinco años sabáticos. traslados a otras factorías –en Getafe (Madrid)la reducción llegaría a 455 empleados y en Illescas (Toledo) a 283 personas–.

Según detalla la multinacional con sede en Toulouse (Francia), el plan voluntario expiró en diciembre: a él se acogieron 500 trabajadores y quedarían otros 460 personas cuyos puestos de trabajo peligran. Airbus justifica sus medidas de ajuste por la crisis derivada de la suspensión en 2019 del fin del modelo de avión A380, de cuya parte del montaje se encargaba y la bajada posterior de la cadencia de producción como consecuencia de la covid-19. Por este último motivo se inició un primer proceso de expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en mayo y un nuevo proceso «que se está aplicando desde el 23 de noviembre a todos los empleados de Airbus en la división comercial y que durará hasta el 31 de mayo 2021». «La naturaleza de los dos ERTE es convencional por causas productivas y organizativas. Airbus no se ha acogido a las exoneraciones de las cuotas de seguridad social» articuladas por el Gobierno, según mantiene la compañía. Queda, por tanto, un mes para que la medida de recorte temporal expire.

La plantilla afronta un recorte impuesto por la multinacional de 151 empleados sobre los 350 que actualmente hay

La incertidumbre que viven los 350 trabajadores puertorrealeños fue aumentando conforme se acercaba el comité europeo de Airbus, reunido el miércoles pasado. Todo apuntaba a que de esa cita saldría una decisión definitiva sobre la factoría gaditana: el temido cierre. No fue así, pero desde el comité de empresa de Puerto Real se hizo circular una versión de la reunión asegurando que Airbus había descartado la clausura de sus instalaciones. Esta afirmación fue negada por la propia compañía que insiste una y otra vez en que un mensaje único: «No hemos anunciado el cierre ni el no cierre». Desde el sindicato CGT coincidían en que la celebración del comité europeo no había modificado un ápice la situación crítica que vive la fábrica. De hecho, consideraron que había sido contraproducente al quedar en suspenso la convocatoria de huelga prevista para el viernes 23 de abril. También se desactivado en parte el apoyo social que estaba recabando la plantilla: las instituciones gaditanas en bloque emitieron un comunicado contra el cierre y artistas internacionales como Alejandro Sanz o Niña Pastori han hecho público su respaldo a los trabajadores.

El escenario que se presenta a partir de ahora es una negociación sobre la que no hay fechas puestas. Airbus solo asegura que «seguiremos discutiendo con los interlocutores sociales para encontrar una solución en el menor tiempo posible», sin avanzar nada más. Eso hace que todas las posibilidades permanezcan sobre la mesa, aunque la sombra del cierre pesa más que el resto. Eso ha provocado que parte de la plantilla continúe concentrándose a las puertas de la factoría de Puerto Real, y han contado con el apoyo del resto de plantas, incluidas las dos de Sevilla. La planta de San pablo es clave en este proceso porque la dirección de la multinacional está ofreciendo de manera individualizada y voluntaria traslados a los empleados gaditanos, bajo el argumento de «mitigar el impacto de los planes de adaptación en curso». «Los puestos abiertos en Sevilla se ajustan a sus competencias y experiencia y les permiten permanecer dentro de la compañía», explican las mismas fuentes, que admiten que no se ha alcanzado acuerdo en ese sentido los representantes de los trabajadores. Con esa situación de partida, la solución consensuada parece alejarse.