Cultura
Pasión Vega: “El público tiene aún mucho miedo para asistir a conciertos”
La cantante regresa a Sevilla el 23 de junio con su gira “Todo lo que tengo” tras “un año muy duro” para la música
Pasión Vega (Madrid, 1976) comenzó a explorar el sonido que salía de su garganta siendo niña, espoleada por las reacciones que aquella potente voz causaba a su alrededor. “Una empieza a cantar por vanidad, porque te dicen ‘¡qué bien cantas!’ y después te das cuenta de que es una vocación en la que puedes contar mucho. La música te permite hablar de todo y expresar algo que parece que ya está dicho”. Lo sabe bien porque ha hecho suyas canciones que empezaron siendo de otros, dejando su impronta y viajando de las primeras coplas a la tradición latinoamericana que recoge “Todo lo que tengo” (Concert Music). “No puedo cantar algo que no me gusta y que no va con mi tesitura. Es verdad que hay veces que la vida se complica y un proyecto no vende. Entonces te planteas cambiar”, confiesa, una duda circunstancial que siempre la ha llevado a la misma conclusión: “Quiero hacer música que conmueva y emocione. A veces pienso, podría vender más... o podría haber más público, pero me quedo con una frase de mi amigo ‘Chipi’, de ‘La Canalla’, que dice que lo difícil en un escenario no es estar, sino ser», reflexiona.
Desde esa atalaya privilegiada, mientras canta, encuentra tiempo para detenerse en los detalles: una pareja que se agarra de la mano, alguien a quien le brillan los ojos al escuchar esa canción cargada de memoria. “Soy mucho de mirar al público, percibo esa energía especial cuando se produce la conexión con la gente”, un poco más difícil cuando están separados por la distancia de seguridad que impone la covid-19 y con la cara tapada con mascarillas. Será así como verá a quienes acudan a la Plaza de España de Sevilla el próximo martes, en el Singular Fest. Cuando su voz empiece a sonar, se olvidará de todo lo vivido en este año especialmente para la cultura y la música en directo, con un verano pasado casi en blanco del que espera resarcirse incorporando nuevas fechas a su gira, que anunciará conforme la incertidumbre de la desescalada por el coronavirus y las limitaciones de aforo se disipen. De momento, julio la llevará a Algeciras (3 de julio) dentro del VII Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía, y a Vejer de la Frontera (24 de julio); y en agosto, estará en el SOM de Mar Festival de Lloret. “Ha sido un año muy duro. El tejido técnico y de producción necesario para un concierto ha sido muy dañado y esperemos que todas esas personas anónimas que hay detrás de cada evento puedan salir a flote”, reflexiona. Como a otros artistas, las redes sociales han sido el asidero en estos meses para mantener el contacto con sus seguidores, “una manera de estar abrazándonos los unos a los otros”.
“Vamos volviendo a la vida poquito a poco, aún el público tiene muchos miedos para asistir a conciertos”, reconoce, pero confía en que esas reticencias se vayan disipando por las ganas que acumulan artistas y seguidores de reencontrarse. “A todos se nos ha tambaleado nuestro mundo, nos hemos vuelto más frágiles”, dice sobre la experiencia global de la pandemia, a la que trata de buscar un aprendizaje positivo, aunque reconoce que “el ser humano olvida rápido”. “Se ha demostrado que el gran problema de este planeta somos los seres humanos” y ella cree que “va a haber un antes y un después” de 2020. “Me niego a pensar que nuestros hijos vayan a actuar igual que nosotros con el planeta”.
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