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Manuel Alejandro: “Estoy en mi cuarta juventud”

Hijo Predilecto de Andalucía, en la misma semana en la que recoge las distinciones de Hijo Predilecto de Jerez y de Cádiz

El compositor Manuel Alejandro (d) posa tras ser nombrado Hijo Predilecto de la ciudad de Jerez. EFE/ Román Ríos
El compositor Manuel Alejandro (d) posa tras ser nombrado Hijo Predilecto de la ciudad de Jerez. EFE/ Román RíosRomán RíosAgencia EFE

Manuel Alejandro, compositor de más de 500 himnos al amor que han marcado la historia de la música en español, asegura, en una entrevista telefónica con EFE, que vive, a sus 90 años, “su cuarta juventud”, en la que continúa estudiando, formándose y creando canciones.

El día en el que el Gobierno andaluz le ha nombrado Hijo Predilecto de Andalucía, y en la misma semana en la que recoge las distinciones de Hijo Predilecto de Jerez y de Cádiz, Manuel Alejando asegura que estos reconocimientos le siguen dando “una satisfacción enorme”.

“Estoy muy agradecido, pero también me da mucha vergüenza. Con esta edad y ser nombrado Hijo Predilecto. No puedo dejar de acordarme de que yo no fui ni siquiera un hijo ejemplar. Fui mal estudiante, horrible. Todavía me acuerdo de escenas como cuando mi padre me pilló jugando a la pelota junto a la iglesia del Carmen después de haberme escapado del instituto”.

Aquel hijo poco ejemplar cree que haber crecido “en casa de un gran músico”, junto a su padre, Germán Alvarez-Beigbeder, compositor de obra sinfónica y de la mayor parte de las marchas sacras de Semana Santa, fue “un regalo de la providencia” porque formarse “escuchando a todos los clásicos” le dio “facilidades” para convertirse en quien es.

“Nadie inventa nada”, dice mientras cuenta que “leer mucho, meterse en los poetas”, también le ha ayudado.

Pero el ingrediente principal es que toda la formación y el estudio pase “por el tamiz de la sensibilidad” que uno tiene dentro y que da “la divina providencia”.

Tener esa sensibilidad es, dice, el gran secreto para crear canciones, “dejándolas fluir hasta que te hacen estremecer”.

“Yo, sabiduría, poquísima. Siempre digo que los que escribimos canciones no somos escritores, somos escribores. Hacemos palitos con los cuadernos y con las hojas”, dice.

A pesar de que ha pasado, y sigue pasando, “millones y millones de estudio”, considera que nunca ha trabajado: “siempre he hecho lo que me gustaba, para lo único que servía”.

Un trabajo que continúa realizando, como demuestra el hecho de que hace unos meses escribió una canción que forma parte del último disco de su ahijado, Alejandro Sanz, que también ha sido nombrado hoy por el Gobierno andaluz Hijo Predilecto de Andalucía.

“Ahora somos además hermanos”, bromea Manuel Alejandro.

Asegura que hoy está disfrutando “del primer día de mi década de los 90, de una cuarta juventud” a la que sólo pide “mucha salud para disfrutar de mis hijas, de mi tiempo, de mi gente”.

Le falta desde marzo del año pasado, su musa, compañera y esposa, Purificación Casas, que falleció a consecuencia de la covid.

“Yo antes le tenía pánico a la muerte y ahora no”, dice sobre cómo le ha cambiado el fallecimiento de su compañera durante seis décadas.

Pero mientras, se propone disfrutar de su cuarta juventud y de su tierra natal, de la “satisfacción enorme” que le produce que su tierra le reconozca.