Elecciones andaluzas

Moreno y la mayoría «que no chilla» para evitar «coaliciones de líos»

Planteó integrar a los consejeros de Cs en las listas del PP, lo que suponía la desaparición del partido naranja

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, está empeñado en ensanchar las costuras del PP andaluz para lograr una mayoría amplia que le permita gobernar en solitario. Para ello, no solo tendrá que recabar el apoyo de sectores conservadores tradicionalmente vinculados al partido, sino que deberá abrirse a colectivos más progresistas e incluso a votantes habituales del PSOE, desencantados con la gestión de Pedro Sánchez. En un encuentro informativo organizado por Europa Press, apeló a los andaluces «serenos, tolerantes, abiertos, plurales y diversos», a una «mayoría que no chilla y no es radical» para evitar, a su juicio, «coaliciones de líos».

Moreno dibujó ese gran espacio político de centro que desea liderar, integrador y con posturas moderadas. Y volvió a dirigirse a los votantes del PSOE, consciente de que esta apelación enfada a los dirigentes socialistas. Un partido que, en su opinión, «no tiene autonomía», sobre todo desde que el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, ganara las primarias del partido hace ahora un año. Por ello, defendió que el único partido que afronta con autonomía estas elecciones es el PP. «Curioso, quién me lo iba a decir a mí hace años», reconoció Moreno.

«Apelo a que se sumen a este gran proyecto amplio, transformador y de una mayoría constructiva y serena», señaló el presidente andaluz, apuntando que va a trabajar todos los días de la campaña para conseguir la mayoría «más amplia posible que me permita gobernar y tomar decisiones en solitario en beneficio de todos los andaluces».

El presidente andaluz entiende que parte del éxito del PP el próximo 19-J vendrá del voto prestado. «Hay muchos votantes de centro izquierda y progresistas que han entendido que su opción política no es viable en estas elecciones», indicó. En cambio, sí ven en él la única opción de gobierno y por eso quieren «prestarle» su voto para «reforzar su opción».

Las encuestas sonríen a los populares. La última del Centro de Estudios Andaluces (Centra) otorga la victoria al PP-A con el 39,2% de los votos, lo que se traduciría entre 47 y 49 diputados. Un escenario similar al de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, aunque la mayoría absoluta está fijada en 55 diputados y tendría que apoyarse en otra formación de cara a la investidura. Moreno admitió que lograr la mayoría absoluta es un «sueño imposible», aunque dio por bueno acercarse a los 50 diputados para gobernar en solitario. Esta cifra fue la que consiguió Javier Arenas en las elecciones de 2012, con un 40,61% de los votos, pero no le permitió gobernar ya que pactaron PSOE e IU.

Una posible repetición electoral es un escenario que sobrevuela el tablero andaluz, si finalmente Moreno no logra pactar un gobierno estable. En su opinión, esta opción «no es deseable porque no nos daría tiempo a hacer los presupuestos en tiempo y forma». Además, supondría más gasto para el erario público y un «fracaso» en sí de los comicios de junio. Por ello, recalcó que del 19 de junio tiene que salir un «gobierno viable», pero advirtió de que él no se va a prestar nunca a una «componenda» y que sus límites están en el Estatuto de Autonomía. «Si todo va bien», según sus cálculos, el nuevo gobierno podría estar constituido en la «tercera semana julio» y a partir de agosto se empezaría a trabajar desde todas las consejerías en los presupuestos para 2023.

La coalición PP-Cs ha funcionado y los dirigentes populares y del partido naranja han exhibido plena sintonía. Llegado el caso, Moreno reconoció que no tendría ningún problema «en contar con alguna persona de Ciudadanos en el primer, segundo y tercer nivel de la administración andaluza», puesto que «las hay muy capacitadas y el talento nunca se debe desaprovechar». En este punto, confesó que hizo un ofrecimiento al partido de Arrimadas para integrar a sus consejeros en las listas populares. Una propuesta que realizó «con la máxima honestidad», pero fue rechazada porque implicaba, en la práctica, la desaparición de este partido. La integración «hubiera sido una buena opción para Andalucía», señaló.