Informe

Aumentan los menores atendidos en salud mental en Andalucía

El porcentaje de niños es mayor que el de niñas en la mayoría de los tipos de diagnóstico

El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, en la presentación del informe sobre infancia y adolescencia 2021
El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, en la presentación del informe sobre infancia y adolescencia 2021EUROPA PRESSEUROPA PRESS

La preocupación por la salud mental ha aumentado en los últimos años. Una situación agravada por las medidas que se tomaron durante el Covid, tal y como detectó el Centro de Investigaciones Sociológicas en un estudio específico realizado en marzo de 2021. En cualquier caso, la necesidad de atención sanitaria en salud mental ya mostraba una tendencia al alza. Lo más llamativo es que también se ha trasladado a niños y jóvenes, tal y como ha puesto de manifiesto el Informe de la Defensoría de niños y jóvenes 2021 entregado ayer en el Parlamento de Andalucía.

El acceso a los servicios de salud mental en Andalucía está regulado por ley. En el caso de la población infantil y adolescente se realiza a través de la atención primaria –pediatría hasta los 14 años o medicina de familia-. Una vez la o el profesional elabora su diagnóstico, deriva a las Unidades de Salud Mental Comunitaria (USMC).

En esa fase, el especialista elaborará un plan de tratamiento y, si lo considera necesario, remitirá a la persona menor de 18 años a alguno de los dispositivos más especializados, como son las Unidades de Salud Mental Infanto-Juvenil (USMIJ).

Los datos del Informe arrojan una tendencia preocupante. A lo largo de 2019 se atendió en las Unidades de Salud Mental Comunitaria (USMC) –la primera puerta de entrada– a 26.044 personas menores de 18 años, lo que supone el 12% de las personas atendidas (217.037). Del total de menores de edad, el 60,8% son niños y el 39,2% niñas menores de 18 años. En el caso de la segunda puerta de entrada, las Unidades de Salud Mental Infanto-Juvenil, más especializadas, se atendieron a 21.164 personas menores de 18 años en Andalucía y a 17.538 se les creó una hoja de registro en la historia clínica de salud mental (el 82,9% de las mismas).

El estudio de la Defensoría ofrece más datos y apunta que en 2019, el 51,7% de los niños, niñas y adolescentes atendidos con historia clínica abierta no tenía un diagnóstico, mientras que el 45,5% presentaba algún trastorno mental. Una minoría, solo el 1,7% se diagnosticó sin patología psiquiátrica o con factores relacionados con el ambiente socio-familiar (acontecimientos vitales estresantes y problemas para manejar dificultades vitales) y el 1,1% tenía un diagnóstico de trastorno mental sin especificación.

Otro de los datos relevantes que se aportan es que las edades más frecuentes de las personas menores de 19 años atendidas son las comprendidas entre los 10 y los 14 años y las comprendidas entre los 5 y los 9 años.

Los diagnósticos más frecuentes son trastornos de comienzo habitual en la infancia y adolescencia (13,1%), trastornos de ansiedad (9,5%), diagnósticos sin patología psiquiátrica o los denominados «códigos Z» (8,4%) que se corresponden con problemas asociados al ambiente familiar, social y/o laboral, acontecimientos vitales estresantes o problemas para el manejo de las dificultades de la vida. Cierra el grupo de patologías los que se agrupan como «varios diagnósticos» (5,3%) y trastornos del desarrollo (5,2%).

En lo que respecta a los niños y niñas atendidas en las Unidades de Salud Mental Comunitaria, el porcentaje de niños es mayor que el de niñas en la mayoría de los tipos de diagnóstico. Especialmente llamativo resulta que el 82,2% de las personas menores de 19 años diagnosticadas con trastornos por consumo de sustancias psicotrópicas son chicos. También son mayoría los varones, el 77,3%, entre los menores que presentan trastornos del desarrollo y del 71% de las personas diagnosticadas con trastornos de comienzo habitual en la infancia y adolescencia. En cambio, son más elevados los porcentajes de chicas diagnosticadas con trastornos funcionales (79,9%), trastornos de ansiedad (59,3%) y trastornos del estado del ánimo (51,3%).

Con estos datos, el Defensor de la Infancia de Andalucía, Jesús Maeztu, tras entregar el informe en la Cámara andaluza, advirtió que «muchos problemas» de salud mental comienzan en la adolescencia, subrayando que el suicidio es una de las tres causas principales de muerte en este colectivo.

Según apuntó, «la demanda de atención a la salud mental de la población, singularmente la infantil y juvenil, se ha diversificado y ha crecido de manera notable, y hemos de lamentar que a un ritmo más acelerado que lo ha sido la dotación de nuevos recursos».

Migrantes no acompañados

El informe también apunta que a lo largo del año 2021 se registraron 1.267 nuevos ingresos de niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados en el Sistema de Protección de Menores (SPM) de Andalucía, lo que supone un incremento del 32,8% respecto a 2020 (954 nuevos ingresos).

De estos nuevos ingresos, el 66% tiene nacionalidad marroquí, el 14,1% argelina, el 4,7% de Gambia, el 3,3% de Mali, el 3,3% senegalesa, el 1,7% de Guinea y el 1,7% de Rumanía. Más de la mitad, el 56%, declara haber llegado en patera.