Medio Ambiente

¿Frenar el cambio climático en Andalucía?: la llave la tienen los municipios

La Junta se afana en poner una «alfombra roja» a los ayuntamientos para que empiecen por cumplir la ley que les obliga a aprobar planes municipales específicos y luego actúen

Los planes municipales de cambio climático permiten detectar las debilidades para tomar medidas
Los planes municipales de cambio climático permiten detectar las debilidades para tomar medidasEfeAgencia EFE

Andalucía, la comunidad más vulnerable climáticamente de Europa, reclama protagonismo en la lucha contra el cambio climático. El Gobierno andaluz, con Juanma Moreno a la cabeza, ha participado en la recién concluida Convención Marco de Cambio Climático de la ONU que se ha celebrado en Egipto. Allí, el también vicepresidente del Comité de las Regiones de Europa ha reivindicado el papel decisivo que juegan las regiones y entidades locales en la aplicación real de las medidas encaminadas a reducir las emisiones de CO2 como fórmula para frenar el deterioro del planeta.

Basta con mirar el móvil para constatar lo evidente. Cualquier terminal cuenta ya con un aplicación que adelanta el tiempo de los próximos diez días. No sólo es que apenas llueve, sino que las temperaturas máximas continúan por encima de los 20ºC cuando diciembre se acerca en el calendario y los andaluces apenas han sacado los abrigos de los armarios. El cambio climático es algo irrefutable ante lo que hay que actuar para frenar sus consecuencias en las esferas ambiental, económica y social, que la sociedad ya empieza a sufrir de forma severa.

El plazo terminaba en octubre, pero solo 87 ayuntamientos están elaborando su planificación, el 11%

La ley de medidas frente al cambio climático y para la transición hacia un nuevo modelo energético en Andalucía fue aprobada en octubre de 2018 por unanimidad de los grupos parlamentarios –aún sin el negacionismo de Vox–. Partiendo de la constatación de que el cambio climático es una materia de alcance transversal, el objetivo era establecer un marco normativo para estructurar y organizar dicha lucha para «avanzar con decisión hacia una economía baja en carbono, aprovechando más eficazmente los recursos, sustituyendo decididamente la energía fósil por la renovable y generalizando la aplicación de medidas de ahorro y eficiencia energética».

El Gobierno de Juanma Moreno inició en 2019 el desarrollo de la ley. La dirección general de Sostenibilidad Ambiental y Cambio Climático ha hecho los deberes, creando la Comisión Interdepartamental de Cambio Climático y la Oficina Andaluza de Cambio Climático, así como aprobando el Plan Andaluz de Acción por el Clima (PAAC), como instrumento general de planificación a nivel regional, dentro del cual se encuentran un programa de mitigación de emisiones, otro de adaptación y, por último, el de comunicación y participación.

Dentro de los instrumentos de planificación se encuentran los planes municipales contra el cambio climático que los ayuntamientos deberán elaborar y aprobar, cada dos años, un informe sobre el grado de cumplimiento, según dice la ley. La norma sitúa a los municipios en un «lugar central de su diseño estratégico de planificación» en materia de cambio climático. Así, establece la obligación por parte de los municipios andaluces de elaborar y aprobar sus planes dentro del año siguiente a la aprobación del PAAC, fecha que se cumplió el pasado mes de octubre. En el contenido de los mismos se deben «desgranar y concretar las líneas generales de la acción climática definidas a escala andaluza».

La realidad es que los ayuntamientos van muy tarde. Según la información que consta en la Consejeria de Sostenibilidad, solo 87 municipios andaluces están «trabajando en la planificación en materia climática». Es decir, que solo el 11% de los 785 ayuntamientos que componen la región cumplirá, aunque tarde, la ley a corto o medio plazo. El dato a la inversa es aterrador: el 89% ni siquiera ha empezado. De forma provincializada, Granada es la provincia en la que más municipios están elaborando sus planes (29) y le siguen Málaga (16), Sevilla (15), Cádiz y Huelva (7), Córdoba (6), Jaén (5) y Almería (2).

El objetivo es «ponérselo fácil a quienes deben sumarse al compromiso»

Desde la aprobación del PAAC en octubre de 2021, la dirección general de Sostenibilidad está facilitando las herramientas necesarias. Así, en primer lugar elaboró una guía para «apoyar a las entidades locales andaluzas mediante la definición de una secuencia metodológica clara y coherente que sirva de orientación»; en paralelo, puso a disposición el visor de escenarios climáticos, que permite la consulta sencilla de la información sobre la evolución actual y previsible del clima de Andalucía, ofreciendo multitud de datos para el conocimiento de los efectos del cambio climático en Andalucía; posteriormente, puso en marcha tres proyectos piloto en Almonaster (municipios afectados por el incendio de Almonaster la Real, Huelva), La Línea de la Concepción (por su elevada población y riesgo elevado de subida del nivel del mar) y en la comarca de Los Pedroches (poblaciones de Córdoba con actividad ganadera y elevado impacto de subida de temperatura media).

Además, recientemente se actualizó la herramienta de cálculo de la Huella de Carbono Municipal, una aplicación pionera (ninguna otra comunidad del país tiene una herramienta tan potente), que permite el cálculo a través de la suma de las emisiones difusas y de las emisiones debidas a la generación de la energía eléctrica consumida en el municipio».

Además, la Oficina de Cambio Climático ejecuta dos líneas de trabajo más: una de gobernanza, creando grupos de trabajo con diputaciones, Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y la Oficina Europea del Pacto de las Alcaldías, así como el impulso de protocolos de colaboración; y otra financiera, para definir instrumentos que permitan desarrollar proyectos que nazcan de las entidades locales (inicialmente se han anunciado 3,5 millones de euros de presupuesto).

En definitiva, «se trata de poner una alfombra roja para que todos los sectores se sumen a la lucha contra el cambio climático», como explica la directora de Sostenibilidad, María López Sanchís, consciente de que en esta batalla «todos tenemos un papel que jugar y nuestro objetivo es ponérselo fácil a quienes se deben sumar» para que se impliquen de lleno.