Agricultura

Los agricultores exigen que se frenen las importaciones de fresas hasta saber cuál es el origen de la infeccion

Lamentan la falta de controles en los puertos: «Se analiza menos del 5% de lo que llega»

RECOGIDA FRESAS EN HUELVA
Un grupo de mujeres recoge fresas en una explotación agrícola de Cartaya, en la provincia de HuelvaJulián PérezAgencia EFE

«Lo que ha pasado es lo normal que ocurra cuando se traen productos de terceros países». Para el responsable de Frutas y Hortalizas de COAG, Andrés Góngora, la alerta sanitaria tras detectarse hepatitis A en unas fresas procedentes de Marruecos es consecuencia de que la Unión Europea no exija la homogeneización de la normativa para todos los productos importados. Desde COAG, además, critican que no se hayan tomado cartas en un asunto tan serio. «Hemos pedido que se frenen las importaciones de fresas hasta que Marruecos determine dónde se ha producido el foco de la infección, pero no se ha hecho nada», lamenta Góngora.

Los agricultores españoles aseguran que esta alerta es solo la punta del iceberg, porque «no se hacen controles». «¿Cuánto se analiza? No se sabe, porque no nos lo dicen», asegura Góngora. Desde COAG llevan más de una década preguntando sobre el asunto al Gobierno y a la Comisión Europea sin obtener respuesta: «Se habla de que en condiciones normales se analizan entre un 1% y un 5% de las partidas que entran», así que «si se analizara más, seguramente saltarían más alertas», advierte el secretario de COAG.

La cuestión fundamental para que no se lleguen a distribuir productos contaminados es reforzar los controles en los puestos fronterizos, sobre todo en los puertos de Algeciras y Valencia, que son los de mayor tráfico portuario en España. Pero no solo eso. Para el presidente de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Andalucía, Cristóbal Cano, «también es importante que a nivel europeo se establezcan cláusulas espejo y que el nivel de vigilancia aduanera sea el mismo también en el puerto de Rotterdam», la puerta de entrada al mercado único europeo.

Otras de las aristas del asunto son las malas prácticas en el proceso de etiquetado. En el caso de la reciente alerta por las fresas contaminadas por hepatitis A, el producto llegó al puerto de Algeciras proveniente de Marruecos, pero fueron importadas por una empresa de Huelva y compradas por un distribuidor de Sevilla, que al parecer no llegó a venderlas por su mal aspecto.

«Queremos que en las etiquetas se ponga nombre y apellido a las empresas encargadas de la importación, porque los agricultores no tenemos que ver nada con el proceso», denuncia el presidente de UPA, quien se queja de «prácticas poco responsables» en la industria de la distribución. «Tiene que quedar muy claro cuál es el origen del producto, porque se han visto muchos casos que en el etiquetado ponía que era de España, cuando en realidad lo que se hace aquí es la manipulación», sostiene.

«Es algo muy habitual», incide Luis Góngora de COAG, que critica la multitud de empresas europeas «que se van a Marruecos cambiando de nombre y de CIF para producir más barato a costa de saltarse las normas».

En todo caso, las organizaciones de agricultores recuerdan que España es una potencia en producción agroalimentaria y que «lo importante es seguir trabajando en la calidad y en la experiencia porque ahí no tenemos rival», señalan desde UPA, dejando claro que la idea a trasladar no es el cierre de fronteras «porque la vocación de España es la exportadora y el cierre sería la ruina para el campo español».

Además, quieren lanzar un mensaje de tranquilidad tras lo ocurrido con las fresas. Los agricultores saben que este tipo de alertas siempre generan desconfianza en el consumidor, lo que impacta en las ventas, pero recuerdan que la producción española está regida por los máximos estándares de calidad. De hecho, «cada vez la población es más consciente y hay una mayor sensibilidad a comprar producto nacional» aseguran desde UPA.

En el caso concreto de la fresa, desde Interfresa –Asociación Interprofesional de fresas y frutos rojos de Andalucía, conformada por 1.300 empresas del sector y más de 150.000 trabajadores– aseguran que las producciones de Huelva «cumplen con todos los controles sanitarios exigidos, tanto públicos como privados». De hecho, «la gran mayoría de las empresas realizan adicionalmente certificaciones europeas voluntarias privadas que reafirman la calidad de la fresa de Huelva», destaca el portavoz de Interfresa, Borja Ferrera.

Además, Ferrera quiere lanzar un mensaje de tranquilidad, teniendo en cuenta que el 95% de las fresas que se consumen en España provienen del campo onubense , que «cumple con todas las garantías fitosanitarias».