
Política
Un año de legislatura: Montero «a fuego lento» y en su propia «fragua»
Juanma Moreno buscar agotar el mandato fortalecido por los sondeos mientras el PSOE se aferra al aumento de la intención de voto

El 26 de abril de 2022 el BOJA publicó el decreto del presidente, Juanma Moreno, por el que disolvía el Parlamento elegido el 2 de diciembre de 2018 y convocaba elecciones autonómicas el domingo 19 de junio. El resto es historia: mayoría absoluta del PP-A y el PSOE-A en sus peores registros; con Vox, que partía reclamando la vicepresidencia, anulado y Cs fagocitado. Tres años después, Moreno afronta el último año de legislatura sin visos de adelanto electoral. El camino, con una oposición en «sede vacante», está expedito. Tras el nombramiento de la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, como secretaria general del PSOE-A hubo cierto «runrún electoral» y aires de precampaña, sobre todo en las sesiones parlamentarias y con el incremento de la agenda regional de la también ministra de Hacienda. La última encuesta del Centra desinfla el «efecto Montero», empeorando incluso los números de Juan Espadas en cuanto a diputados. En este escenario, la estrategia pasa por dejar a Montero «a fuego lento», en su propia «fragua». El PP-A acusa a la vicepresidenta de restar 1.500 millones de financiación a Andalucía: «Nadie ha maltratado tanto a esta tierra». El pasado y el presente juegan contra Montero. Recientemente, se puso delante de la pancarta para defender la sanidad cuando estando al frente de la misma se vio obligada a acometer los mayores recortes. Por otro lado, las decisiones de Pedro Sánchez y los acuerdos con los independentistas enlazan con el aplauso enfervorizado de su vicepresidenta. El PP de Juanma Moreno ganaría las próximas elecciones andaluzas con el 42,2% de los votos y una ventaja de 19,2 puntos sobre el PSOE-A. Este resultado arrojaría entre 57 y 59 escaños para el PP-A en el Parlamento, frente a los 58 actuales. El PSOE-A bajaría de 30 diputados a 25 a 28.
Los socialistas señalan que Moreno «ha puesto en marcha maquinarias electorales y de encuestas» por sus «nervios» ante Montero. El PSOE-A se aferra a una de las máximas de otro Juanma –Lillo: «Las estadísticas son como los tangas, muestran mucho pero tapan lo más importante»– y al clavo ardiendo de que el Centra aumenta en cuatro puntos la intención directa de voto en relación al sondeo de diciembre pasado. El ministro Planas defendió ayer que Montero es una «excelente» candidata y los andaluces valorarán «su compromiso y capacidad».
Juan Manuel Moreno, como Manuel Pellegrini, se viene caracterizando por cumplir los contratos. En este caso, una legislatura de cuatro años. Salvo causa de fuerza mayor, la legislatura se extenderá un año. El Estatuto recoge la necesidad de que pasen 54 días desde la disolución del Parlamento para las elecciones y no se puede convocar en junio o agosto. En el último adelanto técnico, el presidente podría haber aguardado a la resolución del Pleno al que iba el dictamen de la Faffe, la fundación investigada por el enchufismo y el gasto en prostíbulos en la etapa socialista. Moreno estuvo semanas deshojando la margarita electoral y ya en la Semana Santa anunció que se daría dos semanas de «reflexión». En un acto en un complejo hospitalario en Sevilla prácticamente se despidió hasta de la prensa y agradeció «si no el cariño, sí el respeto» sentido. Moreno se comprometió a anunciar la fecha primero a su entonces vicepresidente, Juan Marín, contrario al adelanto; y después a los miembros de su Gobierno. El argumento de Moreno para el adelanto, después de defender contra viento y marea y contra la antigua dirección popular el agotamiento de la legislatura, fue el momento económico, con la recesión en dos dígitos, y la necesidad de contar con un Presupuesto para final de año. Estas circunstancias actualmente, pese al contexto de incertidumbre internacional con los aranceles, no se dan, con Andalucía creciendo por encima de la media y España haciendo lo propio respecto a Europa. De hecho, la Consejería de Hacienda ya ha encargado los preparativos, según anunció la propia portavoz y consejera del ramo, Carolina España, para el Presupuesto de 2026.
Hace tres años, todas las encuestas daban una victoria holgada a Moreno pero recogían la necesidad de pactar con Vox y Cs. En la actualidad, los sondeos no recogen que la mayoría absoluta peligre. La principal oposición de Moreno llega desde Madrid, con la vicepresidenta Montero y el ministro de Transportes, Óscar Puente. Moreno siempre ha insistido en adelantar las elecciones si el Parlamento se convierte en una «encerrona» y actualmente es una balsa de aceite. «Es una decisión muy complicada y lo hago pensando en el interés de Andalucía», señaló Moreno en 2022. El presidente ya disipó las dudas sobre una tercera legislatura, «por responsabilidad» y descartó el adelanto electoral.
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