Entrevista
Arturo Bernal: "He de pedir que no se demonice a los campos de golf"
El consejero cree que 2023 será «el mejor» para el turismo andaluz, aunque admite que trabajan en un «plan B» para 2024, como recuperar los bonos turísticos, por si hiciera falta estimular la demanda
La Consejería de Turismo, Cultura y Deporte estima que entre julio y septiembre de 2023 se superen por primera vez los 11,5 millones de turistas, un 5 por ciento más que el año pasado. Estos datos superarían incluso en un punto los de 2019, ejercicio ya de por sí de récord a nivel turístico en el que la región recibió 32,5 millones de visitantes
¿Cómo discurre este verano, en el que se espera igualar o incluso superar los indicadores de 2019, considerado el mejor año de la historia de Andalucía a nivel turístico?
Pues con esas sensaciones y esos primeros datos que nos llevan a presagiar que además de que está siendo un año buenísimo en cuanto a turistas e ingresos, será un año histórico, el mejor.
Uno de los caballos de batalla del sector es la rentabilidad dado el incremento de costes unido al episodio hiperinflacionista iniciado hace más de un año, que ha lastrado las expectativas de hoteles, touroperadores, agencias de viajes o aerolíneas…
Es cierto que se han producido notables incrementos como consecuencia de la inflación que ha motivado ese encarecimiento de los costes, de las materias primas, y que ha provocado que los rendimientos no sean los esperados en todas y cada una de las actividades vinculadas al sector. Nos ocupa, y nos preocupa que se hayan producido importantes reducciones en los márgenes de los fondos de maniobra de las empresas, porque una vez que se constatan, las empresas comienzan a descapitalizarse como ya ocurriera en los inicios de la pandemia, aunque pudieron recuperarse esos márgenes. Ahora, la idea que tiene el gobierno andaluz es mantener esos niveles en toda la industria para que no haga falta tener que inyectar liquidez.
Llegado el momento, ¿qué planes tiene al respecto?
Estamos ya ideando diferentes criterios como el establecimiento de incentivos a la explotación o propiciando que se incremente la demanda, atrayendo público con estímulos como por ejemplo los bonos de turismo que avaló la Junta de Andalucía y que tan bien funcionaron cuando estaba latente la crisis sanitaria. Con todo, estamos trabajando en diferentes líneas y preparando ese plan «b» por si hiciera falta ponerlo en marcha a principios del año 2024.
Pese a esas amenazas, ¿qué fortalezas tiene el destino andaluz a día de hoy?
Andalucía está muy de moda. Nuestra temporada ya no es la que tradicionalmente era oficial entre los meses de junio a septiembre, sino que hemos sabido mantener y consolidar el verano desde finales de abril-principios de mayo a octubre, constatando además un interés inusitado por la región, gracias a eventos de primer nivel en ámbito cultural o deportivo que nos permiten incluso ampliar la estación veraniega prácticamente hasta final de año. Hemos de felicitarnos porque la estacionalidad que siempre se vinculó al turismo de sol y playa se rompió hace ya tiempo y seguimos teniendo constantes crecimientos más allá del mes de septiembre. En definitiva, Andalucía está en el escaparate, lo que nos hace esponjar grandes acontecimientos que despiertan el interés del turista prácticamente los 365 días del año.
¿En qué segmentos o mercados hay que hacer hincapié?
El turismo americano está arrojando importantes resultados con un incremento del 58 por ciento en los últimos meses, gracias entre otros a la conexión Málaga- Nueva York que opera en el aeródromo de la Costa del Sol desde el pasado 1 de junio, lo que nos hace vaticinar que la segunda mitad del año esos indicadores seguirán creciendo.
¿En qué línea avanzan las necesidades y exigencias que plantea en este sentido el turista de hoy en día?
Hemos de hablar de la llamada «generación Z», que representan los jóvenes nacidos entre 1995-2005 y que están siendo auténticos prescriptores de primer orden que han de servir de guía y de punta de lanza. No hay que olvidar que los públicos de hoy no nos valen para dentro de diez-veinte años.
¿Qué papel juega Málaga a nivel turístico, cultural y deportivo en el contexto regional?
Málaga tiene una gran reputación en el contexto internacional. No en vano, en los últimos diez años se ha incorporado a ese escenario gracias a una oferta que no se limita a atraer gente para pasar sus vacaciones: va mucho más allá. Es, a día de hoy, el lugar en el que hay que estar, invertir, trabajar, y vivir. Es el epicentro de un nuevo concepto de turismo de «nómada digital» que encuentra, especialmente en esta provincia, el ecosistema perfecto para instalarse. Málaga tiene sin duda una posición envidiable y parte con una gran ventaja en ámbitos como el tecnológico o el energético.
La Feria de Málaga es uno de los grandes atractivos del verano en Andalucía, ¿qué se espera de esta edición?
Es un argumento de primer orden en una provincia completa en todos los segmentos y con gran proyección en materia cultural, gastronómica y en otras tantas aristas. Un referente que proyecta a nivel nacional e internacional nuestra imagen, no sólo la de la capital malagueña, sino la de toda Andalucía.
¿Qué otros grandes eventos que están por llegar?
Bueno, a la vuelta de la esquina, tenemos la celebración aquí en la Costa del Sol de la Solheim Cup de golf, el torneo femenino más importante del calendario internacional que enfrenta a los equipos de Europa y Estados Unidos cada dos años y que ha elegido un lugar extraordinario e inigualable como Finca Cortesín en la localidad de Casares. A falta aún de un mes de la cita, se han vendido más de 82.000 entradas. De hecho, la organización augura un lleno histórico, con un impacto económico estimado de 500 millones de euros.
¿Qué le diría a los detractores de un deporte considerado por muchos «elitista»?
He de pedir en este punto que no se demonice a los campos de golf, porque es un deporte que genera mucha riqueza y que está, no sólo en estos momentos de seria amenaza por la sequía sino históricamente comprometido con la sostenibilidad a partir del usos de agua reciclada para el riego de sus campos. Hay que desmitificar al turista de golf, que además es de un alto poder adquisitivo con un gasto muy superior al de la media.
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