Gastronomía
Así es Casa Inquieta: un nuevo restaurante en Sevilla que nace con vocación flamenca y tradicional
Ubicado en la calle Zaragoza, se encuentra en la antigua casa del poeta Juan Antonio Cavestany
En pleno corazón de Sevilla, Casa Inquieta abre sus puertas hoy, viernes 31 de octubre, rescatando la esencia de lo auténtico a través de la gastronomía, el ocio, la cultura y el flamenco. La emblemática casa del siglo XIX de la calle Zaragoza, la que fuera La Taberna del Alabardero, renace con un nuevo concepto: conservar la autenticidad de la sevillanía de antes, pero con una mirada contemporánea. Una propuesta pensada no sólo para el visitante, sino para el sevillano conocedor y amante de la cultura local más genuina.
Casa Inquieta aspira a celebrar la Sevilla con solera y arraigo; la del buen comer, la vida de barra, las charlas que se alargan y de las que surge el arte de la forma más natural. Una apuesta que va mucho más allá de lo gastronómico o lo turístico para convertirse en una experiencia inmersiva, con la vocación de hacer que el sevillano sienta esta casa como suya, que la recomiende y que la viva. Porque Sevilla no sería Sevilla sin quienes le dan vida cada día.
En esta casa palacio se ubicó la Taberna del Alabardero de la mano del sacerdote vasco, Luis de Lezama, promotor del Grupo Lezama y la Fundación Iruaritz Lezama. Este sacerdote, periodista, empresario y hostelero enamorado de Sevilla fue el encargado de gestionar los banquetes oficiales durante la Expo 92, un éxito y un reconocimiento que quiso devolver a la ciudad fundando al año siguiente la Escuela Superior de Hostería que ha formado a profesionales de prestigio internacional.
Esta fue también la casa donde nació y creció el poeta Juan Antonio Cavestany y que ahora, convertida en Casa Inquieta, busca ese homenaje a la Sevilla que se comparte, se conversa, se disfruta y se saborea, buscando recuperar la sevillanía de lo auténtico. La que no se imita, se vive.
En la propuesta de restauración prima el recetario tradicional andaluz. De la típica abacería y tapas del picoteo, a los guisos y frituras, para dar paso a una cocina de producto. Esto se combina con el "hospitality" de un espacio que respira historia, raíces y acento en los diferentes salones reservados, y que se une a la oferta gastronómica de menús diseñados para eventos privados y corporativos.
Respeto por el patrimonio
El proyecto de interiorismo de Casa Inquieta nace del respeto por la historia y la vocación de dar nueva vida a una vivienda sevillana cargada de memoria. La intervención parte de una premisa clara: conservar y poner en valor los elementos originales —puertas, zócalos, viguería, mesas y carpinterías— para que el alma de la casa siga presente. En planta baja, el diseño recupera el carácter castizo y clásico de los antiguos patios sevillanos, con una barra artesanal inspirada en la carpintería de época, mobiliario de anticuarios y tejidos tradicionales que evocan las lonetas rayadas de la ciudad.
El tablao, que antiguamente fue el patio principal, se reconstruye como homenaje a esos patios andaluces con su fuente, barriles y materiales nobles: maderas envejecidas, barros antiguos y azulejos artesanales dibujados a mano. En la planta superior, la propuesta evoluciona hacia una atmósfera más libre y contemporánea, donde cada salón adquiere identidad propia a través de textiles de Clarke & Clarke, Gastón y Daniela o William Morris, convirtiendo la casa en un espacio vivo, cambiante y abierto a la cultura, fiel a su nombre: una auténtica Casa Inquieta.
La nueva distribución conserva la típica barra Bistro sevillana en planta baja, el restaurante Alabardero Casa Inquieta, en la planta primera, además de una terraza en la planta alta que se suma a la oferta rooftop de la ciudad. En la planta baja, el patio Magnolio se convertirá en una taberna flamenca antigua, de la Sevilla más auténtica, que ofrecerá espectáculos en vivo con un cartel de primer nivel.
Del typical a lo auténtico. Del souvenir a la experiencia
"Queremos que sea el espacio que el sevillano recomendaría, el lugar donde podamos mostrar a los visitantes la ciudad y al propio público local unas vivencias flamencas auténticas. Sólo quien conoce y ama Sevilla puede ser anfitrión de quien viene a conocerla, por eso Casa Inquieta huye de lo 'typical' del souvenir, y busca lo real", aseguran los responsables.
Así, Casa Inquieta busca erigirse en referencia del flamenco en Sevilla, con una oferta de calidad para el visitante, y reconocible para el sevillano. No se trata de un atractivo turístico, sino de una inmersión auténtica en un enclave reconocido.
Artistas de primer nivel conformarán un cartel de excepción para generar un ambiente genuino, del flamenco de antes, donde la tradición y la expresión artística se mezclan con la emoción, buscando trasladar al público a las antiguas peñas flamencas, a los tablaos con historia, a vivirlo como se vive en la cultura local, de forma espontánea y profundamente nuestra.
El proyecto de Casa Inquieta tiene como socios principales a Rafael Cebolla, Ángela Barón, Raimundo Anido y Juan Manuel García - Genoveva Torres (Ovejas Negras Company), y Grupo Lezama. Además ha contado con el apoyo de la familia Barbadillo.
"Escuche usté amigo. Usté ha estao en Sevilla. (…) ¿Que no lo conoce? ¿Que no ha estao allí?", decía J.A. Cavestany.
 
	                 
	                