Educación
Bajar tasas para que estudiar Medicina cueste tan barato como Humanidades
La Junta estudia homogeneizar a la baja el precio de los créditos en los grados que suponen más desembolso para los alumnos
En las universidades públicas andaluzas, el precio del crédito en Filología, Humanidades, Historia, Jurídicas, Económico-Empresariales cuesta 48,13 euros. En Bellas Artes, Geografía, Matemáticas y Ciencias de la Educación, 50,84 euros. Y en las Ingenierías, Ciencias Experimentales y Ciencias de la Salud, el precio del crédito está fijado en 54,71 euros. Para acabar con esa diferencia, la Consejería de Universidades está estudiando homogeneizar a la baja las tasas de los créditos en las convocatorias que suponen mayor desembolso para los alumnos.
El objetivo, según el director general de Coordinación Universitaria, Lorenzo Salas, es «garantizar el acceso a la enseñanza superior y la igualdad de oportunidades».
Salas destacó que «esta iniciativa permitiría aliviar el desembolso que tienen que afrontar las familias andaluzas para abonar los créditos que sus hijos han de superar a partir de la segunda matrícula, que son las que más encarecen los estudios».
No obstante, el Ejecutivo autonómico aplica desde hace años un paquete de actuaciones de carácter social que posibilita, entre otros aspectos, mantener congelados los precios públicos de los servicios académicos y administrativos. «Gracias a ello, Andalucía se incluye entre las tres regiones más asequibles del sistema universitario nacional, junto a Galicia y Canarias», apostilló el director de Coordinación Universitaria.
Por otro lado, la Junta mantiene la bonificación del 99% del coste de los créditos aprobados en primera matrícula, tanto en grados como en másteres, a todos los estudiantes que no sean becarios del Ministerio y a los becados en el porcentaje no cubierto por esa ayuda. Para dar cobertura a este programa, se ha reservado una partida de 47 millones.
Al margen de la congelación de tasas y la bonificación, dirigidas a que ningún alumno se vea obligado a abandonar sus estudios por razones económicas, Salas subrayó que existen otras acciones. Entre ellas, la posibilidad de abonar el importe de las enseñanzas que se cursan de manera fraccionada hasta en ocho plazos.
Además, con carácter excepcional, la Consejería de Universidad también autoriza un procedimiento de pago diferente, para que el impago no implique el desistimiento automático de la matrícula. En el caso de las familias perceptoras del Ingreso Mínimo Vital y de la Renta Mínima de Inserción Social, se las exime.
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