Ciencia
Revelan el origen de la luz que sirve para detectar agujeros negros en la galaxia
Estas fuentes de energía, conocidas como 'blázeres', son chorros de luz que se alimentan de agujeros negros supermasivos
Un estudio liderado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) ha demostrado cómo se emiten los rayos X que permiten detectar los denominados 'agujeros negros supermasivos', masas millones de veces más grandes que el Sol que se sitúan en el centro de las galaxias.
Estas fuentes de energía, conocidas como 'blázeres', son chorros de luz que se alimentan de agujeros negros supermasivos, que expulsan materia a velocidades cercanas a la de la luz y, cuando se alinean con la visión desde la Tierra, amplifican su brillo, lo que permite detectar la masa de la que parten.
Un reciente estudio liderado por el IAA-CSIC, que tiene su sede en Granada, ha resuelto la incógnita sobre el origen de la emisión de estos rayos X.
"El trabajo resuelve, por primera vez sin ningún tipo de ambigüedad, uno de los problemas más antiguos y relevantes de la astrofísica de partículas", ha explicado el investigador del IAA-CSIC y autor principal del trabajo, Iván Agudo.
Los resultados, que publica 'The Astrophysical Journal Letters', han apuntado que la emisión de estos rayos X se debe a las interacciones entre electrones de alta energía y fotones -partículas de luz-, lo que provoca un aumento extremo en la energía de estos últimos.
Estos resultados se han obtenido con 'IXPE', una misión espacial de la NASA y de la Agencia Espacial Italiana diseñada específicamente para observar la radiación polarizada de rayos X que emiten diferentes objetos astronómicos.
El investigador del IAA-CSIC Jorge Otero, ahora en el INFN-Padova de Italia e inmerso en este estudio, ha añadido que la misión IXPE cuenta con el Observatorio de Sierra Nevada y ha aprovechado su potencial para resolver el origen de esta emisión de rayos.
Las observaciones han confirmado que estos rayos se originan por dispersión de electrones que viajan dentro del chorro y que son capaces de transformar fotones de luz infrarroja en fotones de rayos X.
El grupo VHEGA del IAA-CSIC ha liderado este trabajo, en el que han tenido un papel clave las observaciones de polarimetría óptica llevadas a cabo desde el Observatorio de Sierra Nevada.
"Este estudio subraya la importancia de combinar las observaciones en rayos X con medidas de polarización en el óptico y en longitudes de onda milimétricas, lo que permite aprovechar todo el potencial de IXPE y de futuras misiones similares", ha añadido Otero.