"Caso ERE"

«Por lo legal o por ‘lo Vallejo’» en la «IDEA corrupta»

La agencia «era una caja pagadora a la que le succionaron el alma», según se señaló en el juicio

El ex alto cargo de la Junta de Andalucía, Francisco Vallejo sale de prisión, a 3 de julio de 2024, en Sevilla, Andalucía (España). La Sección Primera de la Audiencia de Sevilla ha ordenado "mandamiento de libertad" para el ex consejero socialista de Innovación Francisco Vallejo, condenado a siete años y un día de prisión y quien cumple su pena en la cárcel de Sevilla I,03 JULIO 2024Francisco J. Olmo / Europa Press03/07/2024
Vallejo saliendo de prisiónFrancisco J. OlmoEuropa Press

En los tiempos de los ERE, los pequeños empresarios que se acercaban para alguna gestión a la que era la agencia pagadora de las ayudas hablaban de «(la agencia) IDEA corrupta». Se hablaba dentro de la entidad de dos caminos para las gestiones: las cosas se hacían «por lo legal o por ‘lo Vallejo’». Francisco Vallejo era el consejero de Innovación, en la «pole» durante años para suceder a Chaves. Fue de los primeros en entrar en prisión, a las 18:01 del 2 de enero de 2023. Esta semana abandonó la cárcel, tras las resoluciones del Constitucional.

«El IFA/IDEA era una caja pagadora a la que Viera y Fernández –como consejeros de Empleo– le succionaron el alma», se dijo en el juicio. Griñán pudo parar el fraude «en cualquier momento» y «sin necesidad de informes», se relató en la Audiencia. Hubo más de una decena de avisos del interventor. No lo dice sólo la derecha. Las críticas también vienen de la izquierda sin ataduras con el Gobierno central. Desde Adelante Andalucía, su portavoz en el Parlamento, José Ignacio García señaló que «es verdad que los dirigentes socialistas no se han enriquecido, algo diferente a lo que hizo el PP en Valencia o Madrid, pero hay cosas peores que enriquecerse: el fraude político de comprar la paz social para mantenerse en el gobierno convirtiendo las esperanzas de un pueblo andaluz en papel mojado y poner los cimientos para que gobierne la Andalucía más conservadora». Se trató de una corrupción que impregnó tanto al que daba –comprando voluntades de paso– como al que recibía –«las criaturitas», en definición del ex director de Trabajo Javier Guerrero– siendo los mayores beneficiarios económicos los intermediarios. El «conseguidor» Lanzas, según las diferentes instancias judiciales, se llevaba una mordida del 5% por cada ERE en que intervenía y pudo cobrar más de 13 millones. Bajo un colchón, se hallaron más de 80.000 euros, en billetes de 100 y 500. Lo señalaron los jueces: los ERE se convirtieron en «el verdadero negocio», con 680 millones sin control.