
Infraestructuras
Sin luz y sin agua: apagón total en Almería
El paro de las desaladoras altera el suministro en la provincia y pone en evidencia la falta de mantenimiento de estas instalaciones

El fallo masivo en la distribución de energía eléctrica que afectó a toda la Península Ibérica el pasado lunes también puso en riesgo significativo el suministro de agua corriente y para regadío en prácticamente toda la provincia de Almería, al dejar paradas las desaladoras que producen más de 60 millones de metros cúbicos anualmente. Así, el apagón provocó pérdidas de presión, cortes totales y diversas incidencias con el agua en decenas de municipios almerienses, complicaciones que oscilaron según la capacidad de los depósitos municipales y las
reservas con las que contaba cada localidad.
Si bien la comarca del Poniente, con ciudades como El Ejido y Roquetas de Mar, restableció la normalidad en los grifos tras la reactivación eléctrica y el encendido de la desaladora del Campo de Dalías, la tranquilidad hídrica se dilató mucho más en las comarcas del Levante y Almanzora, ante la avería en las instalaciones de la planta de producción de Carboneras.
«Trabajamos con los organismos de cuenca, confederaciones hidrográficas y con la autoridad competente en materia de agua de la Junta de Andalucía, para implementar las acciones necesarias para garantizar la continuidad del servicio municipal de aguas», informó mediante misiva la empresa de gestión del Levante almeriense (Galasa), después de que municipios como Garrucha dieran cuenta del vaciado de los depósitos. Algunas horas más pudieron mantener el suministro en localidades como Vera y Mojácar, al contar con mayor volumen de almacenamiento, pero también se agotaron.
«Afortunadamente se ha resuelto un problema de suministro que nos preocupaba y que afectaba a 140.000 usuarios de consumo de agua potable», confirmó el delegado de Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ya el miércoles, asegurando que el incidente había «quedado totalmente resuelto después de un esfuerzo importante que se ha llevado a cabo por parte de Acuamed, a instancias del Ministerio de Transición y la empresa concesionaria de la gestión». Durante las reparaciones, el Ejecutivo llegó a estudiar «alternativas» basadas en la depuración mediante una estación de tratamiento en Cuevas del Almanzora, hacer uso del trasvase del Negratín e, incluso, la entrada de la Unidad Militar de Emergencias.
Finalmente, no fueron necesarias esas medidas tras el encendido de una «desaladora que, no olvidemos, es de las más antiguas de España y una de las más grandes de Europa», como señaló Pedro Fernández, precisando que su capacidad de suministro es de «42 hectómetros cúbicos» y asegurando que «a partir de este momento ya está sirviendo 50.000 metros cúbicos que garantizan el consumo y el abastecimiento en torno a 25 municipios».
Aunque el subdelegado de Gobierno en la provincia, José María Martín, insistió en el «enorme esfuerzo» realizado por los trabajadores de las plantas desaladoras de Campo de Dalías y Carboneras para que «en un tiempo récord estemos ya disfrutando nuevamente del agua desalada fundamental», estos nuevos fallos en el arranque han llevado a la Junta de Andalucía a pedir un «mejor mantenimiento» para «evitar otro caos» como el de esta semana.
El consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco, recordó que «esta desaladora ya se estropeó varias veces el verano del año pasado y dejó sin agua a todos los regantes del campo de Níjar», así como que la Junta de Andalucía «pidió al Ministerio de Transición Ecológica que corrigiera esa situación». Además, Pacheco llegó a referir la existencia de un «conflicto laboral» entre los trabajadores y Acuamed vinculada a las «condiciones de seguridad» en estas instalaciones. «Después de una negociación entre el operador, Acuamed y los trabajadores, alcanzaron un principio de acuerdo que va a permitir, no la puesta en marcha del 100% de la desaladora, pero sí garantizar el abastecimiento», reveló el consejero, ofreciendo «la colaboración de la Junta", porque «inversiones multimillonarias como estas requieren de un mantenimiento acorde».
En este sentido, el PP denunció que «el Gobierno de Sánchez no ha puesto a disposición de los regantes almerienses ni un metro cúbico más de agua desalada en siete años». La vicesecretaria de Agricultura del PP de Almería y delegada del Gobierno regional en Almería, Aránzazu Martín, lamentó «el lamentable estado en el que se encuentra la desaladora de Carboneras, porque a pesar de las promesas por parte del PSOE, no se acometen las ansiadas obras de mejora". Por otro lado, «también es necesario que de una vez por todas el Gobierno impulse las obras de la desaladora del Bajo Almanzora I», exigió Martín.
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