Economía

La mina del «oro verde» subtropical de Andalucía se seca

La sequía lastra la producción de aguacate y mango, hasta hace poco próspera, y presagia lo inevitable: más pérdidas y desempleo

Un agricultor trabaja en una finca ecológica de aguacates
Un agricultor trabaja en una finca ecológica de aguacatesEuropa Press

El año 2023 supondrá el definitivo fin de una etapa dorada para los productores de aguacate y mango en Andalucía. La comunidad contaba en 2020 con casi 12.500 hectáreas de aguacate, que representaban casi el 80% de la superficie nacional, capaces de producir más de 81.000 toneladas. La superficie se localiza principalmente en la Axarquía de Málaga y Granada. Algo parecido sucede con el mango: casi 5.000 has en 2020, el 90% del total nacional, y Málaga y Granada como grandes productores, por encima de las 28.000 toneladas. Tres años de sequía sitúan en una grave crisis al que era una sector económico emergente como el de las subtropicales. La temporada pasada la superficie de cultivo ya se redujo a 9.000 hectáreas. La falta de riego hace prever ahora que la producción de mango caerá un 85% y un 60% la de aguacate en la provincia malagueña. Sin duda, una drama para los más de 5.000 pequeños agricultores y para los puestos de trabajo indirectos que genera este motor de la región (el 89% de las explotaciones tienen menos de 5 has). La facturación, por tanto, caerá en picado, las pérdidas serán millonarias y el paro subirá en estas comarcas... si no llueve.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Málaga considera que son «cultivos sin presente ni futuro». «Los agricultores están siendo obligados a abandonar las explotaciones debido a la falta de rentabilidad de lo que, hace unos años, se veía como alternativa real al olivar y complemento económico para la renta agraria de los municipios del interior de la provincia», apunta la organización en un comunicado.

Sequía extrema, restricciones de agua para el regadío y, en esta campaña, «el problema añadido de que las aguas regeneradas no se encuentran en óptimas condiciones para el riego». A todo ello se suma otro hándicap: «la falta de un precio justo en origen, lo que hace que el mango y el aguacate hayan dejado de ser productos rentables para el agricultor».

El secretario general de UPA Málaga, Francisco Moscoso, reconoce que la situación es «muy preocupante». «Las cosechas en mango y aguacate serán muy cortas. El mayor problema que tenemos ahora mismo es que las aguas regeneradas que se están utilizando para regar los cultivos no salen con las condiciones más óptimas. Poco a poco van entrando más recursos procedentes de las depuradoras de Vélez-Málaga y Torrox, mientras que esperamos que las obras de la EDAR de Rincón de la Victoria terminen lo antes posible para su aprovechamiento».

«Y con estas depuradoras, que aportan algo más de 300.000 metros cúbicos al mes en verano desde Vélez y 65.000 desde Torrox, se riegan unas 3.500 hectáreas. Por lo tanto, las pérdidas que vamos a sufrir los agricultores serán millonarias, porque a pesar de que el producto, tanto el mango como el aguacate, tiene una magnífica calidad, cuando no hay está claro que vendrá de fuera y eso nos perjudica notablemente», detalla.

A principios de agosto, el mango llegó a pagarse sobre los dos euros, pero conforme se va acercando septiembre la media oscila entre 1,40 y 1,50 euros. La previsión es que el próximo mes el precio siga bajando. «En cambio, en el lineal te encuentras el mango a precios que casi cuadruplican lo que nos pagan a los agricultores», critica.

UPA Málaga se queja de que la Ley de la Cadena Alimentaria «no se cumple» en el sector de los productos subtropicales. «Tenemos que garantizar un precio digno porque, si no es así, el campo no será atractivo para los jóvenes y no se producirá el ansiado relevo generacional», señala. Los consumidores se encontrarán productos extranjeros en los lineales de los supermercados, procedentes de terceros países, con menos calidad y a un precio muy por encima del razonable. «Y nosotros veremos cómo se pierde el medio rural y nuestros pueblos se van despoblando poco a poco porque nos veremos obligados a cerrar las explotaciones», concluye Moscoso.

A la crisis de las subtropicales se suman otros sectores de la agricultura como el arrocero, en la provincia de Sevilla, y en el fresero de Huelva crece la incertidumbre sobre la disponibilidad de agua. Además, las altas temperaturas que se están registrando este verano, con importantes episodios de olas de calor, han provocado un retraso en el inicio de la vendimia de la Zalema, la variedad autóctona de uva del Condado de Huelva, que supone entorno al 90% de su producción.

Situación crítica: el agua embalsada próxima a bajar del 20% de capacidad

Los cortes en el suministro de agua y la aparición de camiones cisterna proliferarán en los municipios andaluces con el paso de las semanas si continúa sin llover en la región. Los embalses siguen perdiendo agua, situándose en la actualidad al 21,11% de su capacidad, en concreto tienen 51 hm3 menos que hace siete días hasta los 2.358. Esta cifra de reserva de agua es casi cinco puntos menor en comparación con el año anterior, cuando, con 2.912 hm3, los embalses andaluces estaban al 26,07%. Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en la última semana, el agua almacenada en los embalses de la cuenca del Guadalquivir baja cuatro décimas hasta el 20% con un total de 1.606 hm3, mientras que la de la Cuenca Mediterránea Andaluza baja 0,6 décimas hasta el 27,5%, con un total de 323 hm3. En el Tinto, Odiel y Piedras en Huelva, los embalses bajan 2 hm3 hasta los 141, encontrándose su reserva al 61,6%, y los de Cádiz pierden 9 hm3 hasta 288, y se sitúan al 17,4%. A nivel nacional, las lluvias durante la última semana en la vertiente Atlántica tampoco han aliviado la situación.