Entrevista

"En materia de vivienda turística, el camino no es prohibir, si no consensuar"

El presidente de la Asociación de profesionales de viviendas y apartamentos turísticos de Andalucía analiza el fuerte impulso del "flex living", las soluciones alojativas de corta y media estancia, y su impacto

Juan Cubo, presidente de la Asociación de profesionales de viviendas y apartamentos turísticos de Andalucía
Juan Cubo, presidente de la Asociación de profesionales de viviendas y apartamentos turísticos de Andalucía LR

Esta semana se ha celebrado en Málaga Vitur Summit 2005, encuentro europeo de referencia que ha reunido a más de 700 profesionales del sector de las viviendas turísticas. Un encuentro en el que se ha analizado demanda de «soluciones alojativas» de corta y media estancia, englobadas bajo el concepto de alojamiento flexible o «flex living» y en el que se ha constatado un fuerte crecimiento en esta modalidad de alojamiento que no sólo impulsa este sector económico, sino que lo consolida, según sus responsables. A finales del mes de abril, el registro turístico de Andalucía, reconocía en la provincia de Málaga un total de 84.218 viviendas inscritas que ofrecen 446.487 plazas.

¿Cuál es la salud del sector de viviendas turísticas?

Parece ser que no podemos presumir de buenos datos porque parece que es malo crear riqueza, y que los negocios puedan funcionar e incluso ir bien. Pero, lo cierto, es que año tras año el sector mejora las cifras de ocupación y los índices de satisfacción de los clientes, lo que nos hace pensar que somos una opción que siguen eligiendo los turistas. Pese a lo que se tiende a pensar, nosotros no competimos con el alojamiento tradicional hotelero, sino que venimos a cubrir una demanda que no estaba cubierta. Damos servicio a un perfil de cliente que generalmente responde a familias o profesionales que se desplazan por cuestiones laborales y precisan de alojamientos que, por ejemplo, dispongan de una cocina, porque además su estancia suele ser más larga.

¿Cómo han recibido la moratoria que aprobó Málaga ?

La moratoria es una herramienta que tienen los ayuntamientos para planificar de manera adecuada sus planes urbanísticos y, de facto, en Málaga hace ya muchos meses que es difícil que se concedan licencias para uso turístico por las limitaciones que anteriormente se habían impuesto. Se hizo una modificación puntual al PGOU que señaló 43 barrios en los que no se podía conceder nuevos permisos. Ahora, la moratoria simplemente va a dar ese tiempo al Ayuntamiento para reflexionar que es lo que nosotros venimos pidiendo a las administraciones: que se analicen las métricas y los análisis para constatar no sólo el impacto negativo, sino el positivo que puedan tener las viviendas turísticas. Y que lo hagan antes de tomar medidas apresuradas de las que más adelante podamos arrepentirnos no solo nosotros como sector, sino toda la ciudadanía en su conjunto como sociedad. No hay que olvidar lo esencial que es para la ciudad y la economía el turismo, y hay que adaptarse a sus necesidades.

¿Reconoce algún aspecto negativo de esta modalidad de alojamiento?

Cualquier actividad humana y económica genera impactos positivos y negativos. Es como la Semana Santa, hay a quien le gusta pero también personas que rechazan que la ciudad sea «tomada» durante una semana por procesiones y nazarenos. Tampoco veo a nadie en Arabia Saudí manifestándose contra los combustibles fósiles porque entienden que la economía depende de ello. Lo que hay que hacer es que trabajar conjuntamente administración pública y sector privado para que las externalidades negativas sean las menos posibles. Hay herramientas para monitorizar aspectos que ocasionen molestias: usémoslas. Y, en vez de hacer prohibiciones, analicemos el problema y minimicemos el impacto.

Y del haber, qué destacaría…

Hay mucho y bueno gracias al uso turístico de multitud de viviendas derruidas, apuntaladas porque se caían sus fachadas. Cualquier persona que conociera la ciudad hace veinte años y venga ahora, reconocerá que la ciudad está totalmente renovada. emos ganado población y ahora que el centro está como está, hay interés por venir a vivir aquí. Ahora hay que adaptarse a las condiciones del mercado y a la falta de oferta que hay que atajar cuanto antes porque no se está construyendo lo suficiente. Las administraciones han de dar respuesta a esa demanda y ese talento, agilizar esa necesaria construcción. El camino no es prohibir, el camino es analizar y consensuar-

¿Es necesario actualizar la Ley de Vivienda?

Absolutamente. Es una urgente necesidad. A día de hoy, sigue habiendo y cada vez más muchos propietarios que huyen de la ley de arrendamiento urbano: se sienten profundamente inseguros y quieren alquilar sus viviendas de otra forma como la que ofrece el alquiler que debemos llamar flexible, y que genera mucha más seguridad jurídica. En el centro histórico, a día de hoy existen miles de otros usos diferentes a los que conocemos de una vivienda en numerosos inmuebles: despachos de abogados, estudios de arquitecturas, otras actividades económicas que también restan inmuebles del sector. Y nadie habla de esos usos, preguntémonos por qué. Sólo se pone el foco en las viviendas de uso turístico, cuando no han variado ese fin como residencia que se le presupone a toda vivienda que se precie. En cualquier caso, si no hubiera tanta demanda de vivienda, seguro que no se hablaba tanto de las de uso turístico.

¿Confía en que deje de demonizarse al sector?El mero hecho de interiorizar el hecho de que se trata de viviendas flexibles, será un síntoma de que habremos avanzado en el reconocimiento de la importancia que suponen y lo necesarias que son