Sesión de control
Petición de ayuda por la sequía a la UE sin esperar al nuevo Gobierno
Moreno reclama por carta una reunión a Von der Leyen, enviada antes de las elecciones
La sequía es una de las máximas preocupaciones del Gobierno andaluz. La falta de lluvias puede generar un problema económico grave que no solo afecte al sector agroindustrial y al turismo, sino que se frene el crecimiento económico de manera generalizada. Un reciente estudio de la Universidad Loyola pronosticó que de persistir la sequía el impacto negativo en el Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad podría superar el 7% y poner en riesgo 120.000 puestos de trabajo.
En el seno del Gobierno autonómico existía el convencimiento de que un Gobierno de Núñez Feijóo sería más sensible a este problema, ya que consideran que la agenda del Gobierno actual es contraria a medidas como trasvases o nuevas infraestructuras de almacenamiento de agua.
La sequía fue uno de los ejes de la reciente campaña. El presidente andaluz, Juanma Moreno, había obtenido el compromiso de Feijóo de apoyar en la Unión Europea la declaración de Andalucía como «región singular» al ser la zona más seca de Europa. El Ejecutivo andaluz, independientemente del resultado de las elecciones, había decidido que no iba a esperar a que comenzara la legislatura y quiere tratar este problema directamente esta cuestión con las autoridades europeas.
Así, Moreno, remitió el pasado 18 de julio una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para solicitarle que, coincidiendo con el Comité Europeo de las Regiones –al que asiste el presidente andaluz al ser vicepresidente de este organismo–, mantengan una reunión para exponerle la «especial singularidad» que tiene Andalucía como «región más seca de Europa» y la necesidad de fondos adicionales que permitan acometer las obras hidráulicas que precisa esta comunidad. Sobre la mesa, plantea dos alternativas: o fondos adicionales o que se permita «reprogramar» fondos europeos para obras hidráulicas que susciten el consenso de los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y de asociaciones de agricultores y ganaderos.
De manera general, uno de los problemas de la gestión de los fondos europeos es su elegibilidad, es decir, que solo se pueden destinar a unos fines previamente establecidos. La posibilidad de modificar esos requisitos existentes y ampliar el uso de ese dinero para la ejecución de obras que ayuden a combatir la sequía es una reivindicación recurrente de Andalucía, que ha pedido incluso un Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) para el agua.
El objetivo de los PERTE es impulsar grandes iniciativas que contribuyan claramente a la transformación de la economía española y garanticen su futuro. De momento, no hay uno específico sobre el agua, más allá de uno relacionado con la digitalización.
La situación de los embalses en Andalucía es cada vez peor. El último dato señala que ya están por debajo del 25 por ciento de su capacidad, siete puntos menos que el año pasado, según las estadísticas del Ministerio de Transición Ecológica. El agua almacenada en los embalses de la cuenca del Guadalquivir baja cinco décimas hasta el 23 por ciento, mientras que la de la Cuenca Mediterránea Andaluza baja siete hasta casi el 33%.
Actualmente, la Unión Europea tiene una consideración especial con el desarrollo de sus regiones más lejanas, conocidas como «regiones ultraperiféricas. Estas son: Guadalupe, la Guayana Francesa, la Reunión, Martinica, Mayotte y San Martín (Francia), las Azores y Madeira (Portugal) y las islas Canarias (España).
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