Sociedad
“Caso Marta del Castillo”: 14 años de condena perpetua para la familia
Una marcha en el aniversario de su desaparición reclama la reapertura del caso y la repetición del juicio
La sentencia dice, literalmente, que Carcaño mató a Marta del Castillo «de una hipérbole», en referencia «al golpe sorpresivo propinado con la mano derecha» y a la trayectoria de la agresión «de atrás hacia delante y de arriba y abajo» que «impactó en la sien izquierda de la menor», según la primera reconstrucción de los hechos. Hiperbólico es también el sufrimiento para la familia de la víctima, catorce años después de la desaparición. En las primeras semanas de la búsqueda, Antonio del Castillo –preclaro en su dolor– manifestó que su principal temor era que el cuerpo de su hija no apareciera y «dentro de muchos años sea hallado por una viejecita paseando a su perro». La familia, hasta la fecha, ha vivido una pesadilla continua.
Hoy se cumplen 14 años de la desaparición y el asesinato de Marta del Castillo. Aunque los investigadores y las autoridades trataron de vender que el caso estaba cerrado tras la detención de los sospechosos, primero, y tras los dos juicios –con sentencias en parte contradictorias, principalmente en los tramos horarios y en lo que a autores se refiere–, después, el hecho de que continúen abiertas piezas separadas y el cuerpo siga sin aparecer conlleva que la fractura (también social) siga abierta. La familia ha convocado una concentración y una marcha hasta los juzgados de Sevilla para reclamar la reapertura del caso y la repetición del juicio.
Catorce años después de la lluviosa y tormentosa noche en que desapareció la joven sevillana Marta del Castillo, la familia continúa buscando el cuerpo de forma particular y la Justicia y la Policía, después de centenares de búsquedas, siguen con una pieza separada para el rastreo. Las últimas esperanzas estaban puestas en el análisis, con una tecnología que no existía hace más de una década, de los movimientos del autor confeso del crimen, Miguel Carcaño, la noche de autos. Un Motorola U9, un viejo teléfono de los que se abrían a modo de concha o polvera, puede guardar las claves del asesinato pero se sigue a la espera de los resultados un año después de que la Justicia solo autorizara el análisis del celular del principal implicado pero no del resto de acusados. El objetivo era reconstruir los movimientos de Carcaño y los otros implicados a través de sus teléfonos. En cualquier caso, Miguel no tenía menos de tres móviles en aquella fecha. El denominado en la sentencia –de la jurisdicción de adultos– como «apagón de los móviles» supuso uno de los principales escollos de la investigación. A determinadas horas, los implicados tenían sus teléfonos apagados. El juez de Instrucción 4 de Sevilla solicitó a la Policía Nacional que aclarara si hay posibilidad técnica de clonar el teléfono de Miguel Carcaño, intervenido durante la investigación. Hasta la fecha, no ha habido éxito en esta estrategia.
El «apagón» de los móviles se produjo entre las 21:30 y las 23:30 horas del 24 de enero y, posteriormente, entre las 1:30 y las 4:00 de la madrugada del día 25. En las diligencias de 2009, se utilizaron las antenas de los móviles para localizar las llamadas efectuadas por los implicados, lo que, unido al «apagón» de los teléfonos, dificultó el conocimiento de la ubicación exacta de los acusados. En el juicio, sólo fue condenado Miguel Carcaño y, anteriormente, por la vía de menores, «El Cuco». Quedaron absueltos el hermano de Carcaño, Francisco Javier Delgado; su entonces pareja, María García; y el amigo de Miguel Samuel Benítez. La familia de Marta habla abiertamente de «una mano negra» relacionada con la entonces pareja del hermano de Carcaño para explicar las lagunas del caso.
«A nosotros sí nos han condenado a una pena perpetua», preludiaba Antonio del Castillo a los pocos meses de la desaparición de su hija mayor. La habitación de Marta –refugio para su madre, Eva Casanueva, durante meses– se ha mantenido intacta, como la dejó la joven de, entonces, 17 años el 24 de enero de 2009, el día que quedó con Miguel para «aclarar unas cosas». La familia deja cada noche la luz de la cocina encendida, como si fuera un faro de esperanza. Marta ahora tendría 31 años.
En la calle Tartessos el vacío que deja la pena huele a vainilla. «Es dolorosa su ausencia, el día a día… Todavía huele a Marta en la casa». «Marta era muy infantil y hasta casi los 14 años jugaba a las barbies con sus hermanas y, bueno, ahí están», comentaba Eva Casanueva a LA RAZÓN tras el crimen. «Su olor preferido era el vainilla».
El primer día del padre, la primera Semana Santa, la Feria , el verano –cuando solían ir a Chipiona–, la Navidad… El primer año sin Marta ha dado paso a catorce años sin la joven sevillana, que ya sería incluso tía de una sobrina que lleva su nombre. «Un día tendremos que hacer nuestra vida normal», contaba Antonio un día de San José mientras intentaban «retomar el pulso» de los días. ¿Cómo se «celebra» nada sin una hija? «Nos han destrozado la vida para siempre. Tenemos una cadena perpetua. Mi hija, también. Pero ellos no», lamentó.
La desesperación de los padres y la familia de Marta ha llegado al extremo de adquirir el piso en que se produjo el asesinato para ofrecérselo al propio Carcaño si colabora. Finalmente, el pasado año lo vendieron. En 2022 se abrió también otra veta de esperanza con el juicio por falso testimonio a «El Cuco» y su madre. Carcaño estaba citado como testigo, por tanto, con la obligación de decir la verdad, aunque los jueces no venían atendiendo sus versiones al considerarlo un «mentiroso compulsivo». Finalmente, ni siquiera testificó al reconocer «El Cuco» los hechos. Este «palo», al no producirse un careo, ha sido definitivo para la familia.
Carcaño ha ofrecido siete versiones judiciales y algunas más no oficializadas ante el magistrado. En su último relato, Carcaño culpó a su hermano del asesinato de Marta. La familia de la víctima se aferra a esta séptima versión del crimen en la que Delgado habría matado a Marta con la culata de una pistola al mediar ésta en una pelea entre los hermanos por los impagos de la hipoteca. «No sé dónde está el cuerpo. Pregúntale a mi hermano», le dijo también el condenado a 21 años de prisión al padre de la joven, según adelantó LA RAZÓN tras la visita de Antonio de Castillo a la cárcel de Herrera de La Mancha. Carcaño insistió en que el responsable de todo es su hermano, que pudo volver a mover el cadáver a otro sitio y que «El Cuco» estuvo con ellos. Marta ahora tendría 31 años y a Miguel Carcaño le quedan siete años de condena.
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