Opinión|"Méritos e infamias"

Turista piara

El turismo y el ocio mal entendido son el huevo de la serpiente que arrasa con todo lo que sea cultura y afición popular

SEVILLA, 06/04/2024.- Aficionados del Athletic en las horas previas a la final de la Copa del Rey de fútbol que Athletic de Bilbao y Mallorca disputan este sábado en el estadio de la Cartuja de Sevilla. EFE/ David Arjona
Previa final Copa del ReyDavid ArjonaAgencia EFE

El fútbol se ha convertido en un espectáculo global que supera lo deportivo. Casi nadie conoce más de cinco de los jugadores que anoche se enfrentaron en Sevilla en la final copera. Ni falta que hace, porque esto ha ido de otra cosa. El turismo y el ocio mal entendido son el huevo de la serpiente que arrasa con todo lo que sea cultura y afición popular. La capital andaluza, ya prostituida y despersonalizada, rendida a los pies de hordas que durante varios días arrasan la tranquilidad y el ritmo urbano de la ciudad por unas monedas como contraprestación. Si el resto del año es un decorado para hacerse fotos y subirlas en Instagram, estos días se amplió el servicio o espacio para el desparrame total y la juerga sin límite a lo Magaluf. Qué tristeza, por Dios, ver el mismo ambiente que en Semana Santa, pero ahora bajo la religión del fútbol. Seguramente, al volver a sus casas los hinchas se convertirán en pacíficos ciudadanos que trabajan sus ocho horas y tributan servilmente. Con la camiseta de su equipo, en piaras aliñadas con cerveza y haciendo el ganso, se emparentan con la mejor colección de hooligans europeos. Nos quedamos con lo mejor de nuestros vecinos. Ha sido lamentable el reguero de mal gusto y la toma de una ciudad y su casco histórico por más de 50.000 personas que además no contaban con entradas para asistir al evento deportivo. Como tantas ocurrencias, da exactamente igual a qué se venga a un lugar y qué hacer, al final se trata de consumir, fotografiarse, hacer el cafre y colgarlo en las redes. Este fenómeno ya se ha cargado la Navidad y la Semana Santa. La feria en Sevilla afortunadamente lo mantiene a raya por su carácter privado, pero irá a más. En las redes sociales nunca se agota el discurso, siempre se puede seguir, no hay un techo al que tocar. Con el turismo masivo y de borrachera igual, jamás la piara saciará su hambre.