
Mascotas
¿Debes dejar a tu perro subirse en el sofá? Un experto en perros lo aclara, y es muy importante
La convivencia con mascotas plantea dilemas cotidianos, y uno de los más arraigados es si el perro debe subir al sofá

El debate sobre si los perros deben compartir el sofá o la cama con sus dueños es una cuestión que ha generado división entre los amantes de los animales durante años. Más allá de las preferencias personales, la discusión a menudo se centra en aspectos relacionados con la disciplina, la jerarquía en el hogar y la higiene.
Recientemente, un especialista en comportamiento canino ha abordado esta controversia, ofreciendo una perspectiva que busca orientar a los propietarios. Este experto, conocido por sus métodos de adiestramiento, ha compartido su visión sobre la idoneidad de permitir el acceso de las mascotas a los muebles domésticos.
Will Atherton, un reconocido entrenador canino, ha compartido su criterio al respecto en un reciente vídeo. Este especialista en comportamiento animal sostiene que la decisión final recae totalmente en el dueño, pero enfatiza que existen ciertas directrices a considerar antes de permitir a las mascotas el acceso a estas zonas del hogar.
Las condiciones del adiestrador para el mobiliario
Atherton recomienda a los propietarios reflexionar sobre el comportamiento general de su mascota. Si el perro presenta problemas de conducta recurrentes, como tendencias agresivas, nerviosismo exacerbado o un carácter excesivamente travieso, el experto sugiere que la restricción del acceso al mobiliario podría ser una medida beneficiosa.
Por el contrario, si el animal es habitualmente educado y no muestra señales de comportamientos indeseados, el entrenador considera que no habría inconveniente en permitirle subir al sofá. No obstante, insiste en que, incluso en estos casos, es fundamental establecer límites claros para la mascota desde el principio.
El adiestrador subraya que el acceso al sofá no debe ser libre para el perro. Debe aprender a esperar pacientemente y pedir permiso para subir. Atherton explica que el animal debe sentarse, mirar a su dueño y aguardar una indicación verbal o gestual que le autorice a acomodarse en el mueble, demostrando disciplina.
Además de la habilidad para pedir acceso, el especialista enfatiza la importancia de que el perro pueda ser bajado sin resistencia del mobiliario. Si un animal no obedece la orden de descender, esto podría ser un indicio de un problema de control más amplio, el cual debería abordarse de forma prioritaria.
En resumen, si el perro no exhibe problemas de comportamiento de calado y es capaz de seguir las normas de educación establecidas, el adiestrador concluye que la decisión de permitirle o no el acceso al sofá o la cama depende enteramente del propietario. La clave radica en un entrenamiento consistente y en la ausencia de otros conflictos conductuales.
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