
Biología
Descubren segunda función del polen además de alimentar: sirve de escudo bacteriano contra enfermedades
El polen que las abejas transportan a la colmena es mucho más que alimento: es una farmacia natural cargada de bacterias que producen antimicrobianos para proteger la colonia de graves enfermedades

Las abejas, sin saberlo, transportan una farmacia ambulante en el polen que recogen. Un estudio reciente ha desvelado que muchos de los microorganismos que viajan con ellas pertenecen al género Streptomyces, la misma familia bacteriana de la que la medicina humana ha extraído tradicionalmente muchos de sus antibióticos. Este hallazgo arroja una nueva luz sobre la compleja biología de estos insectos, cruciales para la polinización.
Sin embargo, el principal beneficiario de este tesoro microbiano no es el ser humano, sino la propia colmena. Las bacterias que las abejas transportan desde las flores hasta su hogar constituyen un auténtico arsenal microbiano que las protege de forma natural contra enfermedades y patógenos, garantizando así la supervivencia de toda la colonia.
En este sentido, la investigación ha confirmado que las abejas actúan como vectores clave de estos microorganismos, trasladando estas bacterias beneficiosas, conocidas como endófitas por habitar en los tejidos internos de las plantas. Los análisis demuestran que las mismas especies bacterianas se encuentran tanto en las flores como en el polen ya procesado y almacenado en las celdillas, una idea que comparten desde Animals News -- ScienceDaily.
Un escudo protector contra patógenos concretos
Así pues, los experimentos en laboratorio han confirmado la eficacia de este sistema de defensa. Los microorganismos aislados del polen demostraron una notable capacidad para inhibir el crecimiento de patógenos que amenazan seriamente a las abejas, como el moho Aspergillus niger, causante de la enfermedad del pollo escayolado, o las bacterias Paenibacillus larvae y Serratia marcescens.
Además, la acción protectora de estas bacterias va más allá de la propia salud de los insectos. Los microbios también se mostraron activos contra tres patógenos de gran relevancia para los cultivos agrícolas, lo que sugiere un beneficio ecológico de mayor envergadura y subraya la profunda interdependencia que existe en la naturaleza entre plantas, insectos y microorganismos.
En definitiva, este descubrimiento abre la puerta a nuevas estrategias para reforzar la salud de las poblaciones de abejas, cada vez más debilitadas a nivel global. Los expertos ya barajan la posibilidad de introducir estas bacterias beneficiosas en las colmenas como una suerte de probiótico natural, una solución eficaz para protegerlas de diversas afecciones.
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