La Organización Mundial del Turismo lo tiene claro: Este es el pueblo más bonito de España

En la comarca del Maestrazgo, en la provincia de Teruel, se encuentra un pequeño pueblo que ha sido reconocido por su belleza y valor patrimonial, llegando a ser considerado uno de los más bonitos de España por la Organización Mundial del Turismo (OMT). El pueblo, rodeado de montañas y paisajes imponentes, ha conseguido destacarse no solo por su arquitectura medieval, sino también por las historias que encierran sus calles empedradas, haciéndolo un sitio imperdible para los amantes del turismo cultural y de naturaleza.

Se trata de Cantavieja, un pueblo que desde su fundación, se ha convertido en un símbolo de resistencia y fortaleza, especialmente durante las Guerras Carlistas, en las que desempeñó un papel crucial como sede de la Comandancia General del Maestrazgo. A lo largo de sus siglos de existencia, Cantavieja ha sido un testigo silencioso de las diferentes culturas que han pasado por Aragón, desde los templarios hasta épocas más modernas con los ya mencionados carlistas.

¿Qué ver en Cantavieja?

Uno de los puntos más emblemáticos de Cantavieja es su Plaza Porticada, un espacio que refleja el encanto de la arquitectura medieval aragonesa y que el centro de la vida social del pueblo. En la plaza se encuentra la imponente Iglesia de la Asunción, un edificio de estilo barroco que domina el paisaje y cuya torre es uno de los puntos de mayor interés histórico. La torre alberga algunos de los objetos más antiguos de la región, incluyendo un reloj de pesos y una vajilla utilizada por los peregrinos de San Juan del Barranco.

Cantavieja, sin embargo, no solo se destaca por su arquitectura. Los alrededores del pueblo tienen un gran atractivo natural, con diversas rutas de senderismo que permiten a los visitantes descubrir Maestrazgo. Uno de los recorridos más populares es el que sigue el curso del río Cantavieja, un paisaje fluvial por la zona montañosa. Además, el Mirador de la Tarayuela ofrece unas vistas panorámicas para disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión.

El castillo de Cantavieja, aunque hoy en día en ruinas, sigue siendo uno de los lugares más emblemáticos del pueblo. Desde lo alto de sus murallas, se pueden contemplar las vistas de la Vega de San Antonio y el Rebollar, mientras se aprecia la construcción medieval. Las ruinas del castillo, junto con las cinco ermitas que se encuentran en las cercanías, son testigos del pasado militar de la región, y representan la resistencia que esta localidad ofreció durante las Guerras Carlistas.

Historia de Cantavieja

La historia de Cantavieja comienza en la Edad Media, cuando formaba parte de los territorios dominados por los templarios, quienes construyeron algunas de sus primeras estructuras defensivas, incluyendo el castillo y parte de las murallas. Durante este periodo, el pueblo creció como un centro de poder religioso y militar en la región del Maestrazgo.

Durante el siglo XIX, el pueblo se convirtió en un bastión carlista, especialmente durante la Primera Guerra Carlista (1833-1840). Ramón Cabrera, conocido como "El Tigre del Maestrazgo", utilizó Cantavieja como base principal de operaciones militares y como capital de la Comandancia General del Maestrazgo.

El castillo de Cantavieja, junto con sus murallas, fue reforzado durante este periodo para resistir los ataques, pero finalmente, en 1840, tras un prolongado asedio, las tropas del gobierno lograron tomar el control de la ciudad. Las secuelas de las guerras dejaron muchas de sus infraestructuras dañadas, incluyendo el castillo, que hoy se encuentra en ruinas.