Según los historiadores

Trampantojo en Zaragoza: al descubierto un edificio 'renacentista' que se reconstruyó hace tan solo unas décadas

"Todo respira una fidelidad absoluta al estilo renacentista aragonés", cuando su fachada es realmente de la década de 1920

Fachada edificio histórico
Fachada edificio históricoCreative Commons Google-https://clamosinosexpropiados.blogspot.com/

Ubicado en la céntrica calle de Felipe San Clemente de Zaragoza, este majestuoso monumento arquitectónico de ladrillo con arcos de medio punto, arquillos en su último piso y un alero de madera que parece extraído directamente de la época renacentista sorprende a residentes y turistas. Porque no es lo que parece ser.

La Casa Moneva es un edificio que engaña según algunos historiadores. Aparentemente su estética arquitectónica corresponde a la de un sobrio palacio aragonés del siglo XVI, pero realmente no es así. "No se conocen muchos detalles de ese edificio primitivo, salvo que estaba ya en pie antes de la Guerra de la Independencia", explica en ‘El Español’ el reconocido historiador Jesús Martínez, quien solo se atreve a aventurar que Casa Moneva se asienta sobre una arcaica vivienda que pudo haber sido propiedad de un carpintero del siglo XVII llamado José de Lahera.

1920, año del drástico giro en la historia de Casa Moneva

Poco más se sabe de su historia, pero alguna pista se tiene. Tras el maestro del artesanal oficio, y con el paso del tiempo, las evidencias históricas dictan que la imponente vivienda pasó a manos de Juan Moneva, catedrático de Derecho Canónico en la Universidad de Zaragoza, escritor e icono en la Zaragoza de principios del siglo XX. No fue hasta los años 20 cuando su historia arquitectónica da un completo giro.

A razón de la reordenación urbana prevista para las calles que conectan el Paseo de la Independencia con la Plaza de los Sitios, parte del monumental edificio fue expropiado y derruido para adaptarse al nuevo diseño urbanístico. Por tanto, era necesaria una nueva fachada.

Así se teje el engaño por parte de su propietario, Juan Moneva

Aquí comienza el engaño, literalmente. Y no casual, sino deliberado y con contundente mensaje. Juan Moneva, defensor del patrimonio de Aragón, vio en la reforma una excelente oportunidad para reivindicar la arquitectura renacentista de la región. "Encargó el nuevo diseño a su hijo, Jaime Moneva, recién titulado en arquitectura, con una consigna clara: levantar una fachada como si fuera del siglo XVI", explica Martínez en el diario local mencionado.

Y así se hizo. Ladrillo visto, arquerías superiores, alero de madera profundamente volado... "Todo respira una fidelidad absoluta al estilo renacentista aragonés", asevera el historiador entrevistado.

Una gran mentira solo desde fuera, porque el engaño continúa también en su interior. Sus estancias están cuidadosamente trabajadas con símbolos regionalistas y aragonesistas, siguiendo la estética renacentista de su fachada, en una casa que también sorprende por su enorme tamaño. Pese a que su fachada es relativamente estrecha, en interior incluso se esconde un pequeño patio con jardín.

"Lo que hace especial a la Casa Moneva es que está donde no debería estar", termina Martínez. Un enigma más sobre la enigmática vivienda, pues no se emplaza en el casco histórico de Zaragoza, sino en una calle de edificios de principios del siglo XX. Por eso llama la atención, porque parece haber sobrevivido desde el Renacimiento, cuando en realidad es del siglo pasado.