Asia
Expositores latinoamericanos ofrecen más opciones para mejorar la vida cotidiana de los chinos
El 5 noviembre, primer día de celebración de la Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE, siglas en inglés), Garces Fruit firmó un acuerdo con Eastern Air Logistics a partir del cual se facilitará la entrega de frutas chilenas a la mesa de los consumidores chinos.
“Es una tremenda oportunidad ya que nuestras primeras cerezas comienzan a llegar entre fines de octubre e inicio de noviembre, un tiempo perfecto para mostrar nuestras frutas a los nuevos clientes”, expresó Hernán Garcés, que añadió: “China es nuestro principal mercado”.
Según explicó Garcés, parte de la tercera generación de Garces Fruit, la empresa chilena proporciona frutas frescas a consumidores chinos casi todo el año. Tiene nectarinas disponibles en enero junto con las cerezas. Luego también posee ciruelas en febrero y en marzo está la uva y en mayo se está cosechando el kiwi.
De acuerdo con el empresario chileno, la producción de cerezas de ese país sudamericano ha ido creciendo un 30 por ciento anual durante los últimos cinco años, pero para este año se espera un crecimiento aproximado del 10 por ciento.
“Principalmente porque la industria está trabajando muy fuerte en seguir aumentando la calidad. El consumidor chino ha ido evolucionando con el tiempo y ya no quiere solo la cereza, quiere la mejor, la más grande y más fresca, y eso requiere mucho trabajo en los campos a nivel de producción. Admito que a veces los rendimientos por hectárea de estas frutas son un poco más bajos”, explicó.
Grabar vídeos mostrando los altos estándares de inocuidad y trazabilidad, organizar actividades de sorteo, abrir tiendas en plataformas de comercio electrónico... Para “estar cada vez más cerca del consumidor chino”, esta compañía de frutas desarrolló una marca china el año pasado.
“Cada año hemos trabajado con nuestro compromiso de llevar las mejores frutas de nuestra tierra a China. Queremos llegar cada día a más ciudades y siempre con la mejor calidad, porque es la única manera de ser exitoso en este gran mercado que nos ha dado mucho”, aseguró Garcés.
Miguel Zuccardi es la tercera generación de Familia Zuccardi, empresa fundada por su abuelo, quien desarrolló un sistema de riego y luego descubrió su pasión por la vitivinicultura.
Con formación de ingeniero agrónomo, Miguel empezó su proyecto de aceites varietales para desarrollar el potencial cualitativo de la región, y logró la primera cosecha en 2004. Después de una exitosa exploración del vino en el mercado chino por su hermano, Miguel decidió en 2020 exportar aceite de oliva al país asiático.
Ese mismo año, el aceite de oliva de Familia Zuccardi se presentó por primera vez en la CIIE. “Es un buen marco de relacionamiento para encontrar oportunidades comerciales y, además, es bastante específica. En el mundo de los negocios es una feria importante”, explicó Miguel, director de la empresa.
Según explicó el director, el olivar de la compañía se cultiva al pie de la cordillera de Los Andes. La cadena montañosa determina en gran medida que el clima sea desértico y provee de agua para la agricultura a través del hielo de su nieve. En tal clima, la diferencia de temperatura entre el día y la noche es muy marcada y esto intensifica los sabores y aromas de la fruta.
“Al estar en el hemisferio sur, tenemos la cosecha en abril. Podemos llegar al segundo semestre del año con aceites más frescos. Mientras más fresco, mejor”, detalló el director.
El aceite de oliva virgen extra es un alimento saludable y natural. Al separarlo en baja temperatura, tiene un elevado nivel de antioxidantes y aromas propios de frutos recién cosechados.
“El aceite va muy bien usándolo con carnes rojas”, precisó Miguel, que añadió: “Cuando uno compra un producto de otro país, es como si viajara. Es la experiencia que buscamos”.
La marca Del Sur pertenece a una empresa argentina fabricante de carteras y ha traído varios de sus productos a la CIIE. “En general, hoy en día las mujeres chinas no llevan consigo ni siquiera billetera o llaves, simplemente el celular y algún maquillaje, por lo que tuvimos que adaptarnos para ofrecer también modelos más pequeños”, explicó la fundadora y diseñadora de la marca, Inés María Grau.
“Al principio, el gran tamaño del país es lo que más nos llamaba la atención”, expresó Grau, quien agregó: “Vamos descubriendo que los consumidores chinos han avanzado mucho últimamente en sofisticación y exigencia de calidad”.
Según la diseñadora, al trabajar con cuero vegetal natural y teñido, 100 por ciento curtido y teñido con productos vegetales, la paleta de colores está limitada a los colores “tierra”, por lo tanto, los diseños deben ser más bien clásicos, con productos destinados a una moda de carácter más duradero.
“El posible consumidor chino está representado por mujeres elegantes que gustan de productos de calidad y perdurables, lo cual está en línea con nuestra filosofía”, concluyó Grau.
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