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La energía del suelo tiene potencial para evitar un 35% de emisiones en Madrid

Microturbina instalada en la madrileña plaza de Castilla
Microturbina instalada en la madrileña plaza de Castillalarazon

Mirar el subsuelo como fuente de energía renovable es el objetivo de Madrid Subterra, una asociación público privada que desde 2014 está en activo promoviendo la exploración y explotación de los recursos enterrados bajo tierra. La entidad acaba de celebrar su II Congreso Internacional en el que se han destacado el potencial de estas energías y algunos de los proyectos más ambiciosos que se están llevando a cabo en la capital española y en otros puntos del planeta.

En este sentido, se destaca lanueva instalación que se abrirá en 2018 en el polideportivo de Moratalaz. Aquí se obtendrá energía térmica de la red de aguas residuales para climatizar la piscina y agua caliente sanitaria para el resto del complejo. Según los cálculos del Ayuntamiento, el potencial de ahorro económico respecto a soluciones de climatización estándar ronda el 39%. Las emisiones de CO2 se reducirán un 37%. Y es que las fuentes de energía subterránea son capaces de ahorrar más de un 35% en costes y emisiones.

En la madrileña plaza de Castilla existe ya una instalación de microturbina del Canal de Isabel II (no es la única instalada en la red), que se utiliza para autoconsumo. Según las estimaciones realizadas por Marta Castillo, responsable de ingeniería de Canal, su utilización en condiciones de funcionamiento estándar podría cubrir las necesidades de consumo eléctrico de 115 viviendas.

Existen más ejemplos de aprovechamiento de la energía, aunque los profesionales del sector creen que es necesario simplificar los trámites administrativos para explotar al máximo las enormes posibilidades geotérmicas del acuífero detrítico de la ciudad de Madrid.

Un caso arquetípico sobre uso de este recurso es el del norte de Europa. Durante el Congreso se presentó la experiencia llevada a cabo en la ciudad de Helsinki, en donde se genera el 100% de la energía que se consume, aprovechando, por ejemplo, las aguas residuales. Así funciona el «district heating» de Katri Vala, una de las mayores bombas de calor del mundo con 1.300 kilómetros de redes que, según explicó su responsable, Irma Karjalainen, se utiliza para calefactar y climatizar este barrio de la capital finlandesa en red. Entre los objetivos más importantes de Helsinki, Karjalainen ha destacado la reducción de sus emisiones en un 60% antes de 2030 o que la ciudad sea «carbono neutral» en 2035.