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Cáncer

«Existe retraso entre la aprobación de fármacos y su aplicación al paciente»

María Victoria Mateos, coordinadora de la Unidad de Mieloma del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca

María Victoria Mateos, coordinadora de la Unidad de Mieloma del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca / Foto: Gonzalo Pérez
María Victoria Mateos, coordinadora de la Unidad de Mieloma del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca / Foto: Gonzalo Pérezlarazon

El mieloma múltiple supone la segunda enfermedad hematológica más frecuente

- En el campo de los tumores hematológicos, ¿cuál es la situación del mieloma múltiple?

-Supone la segunda enfermedad hematológica más frecuente; aunque su incidencia sigue siendo la misma, unos cuatro o cinco casos por cada 100.000 habitantes al año, lo que significa que en España tenemos unos 2.000, la prevalencia (es decir el número total de casos) va aumentando y eso es debido claramente a que los pacientes con mieloma cada vez viven más. Y es gracias al conocimiento de la biología de la enfermedad, lo que provoca el que se desarrollen nuevas formas de tratamiento, cada vez más específicas, con mejores resultados. Y esto se resume en que ahora los pacientes viven más porque reciben terapias más adecuadas.

-En la actualidad, los avances han dado un vuelco al pronóstico a favor de la superviviencia de los pacientes. ¿Cómo se incorpora esa innovación en la práctica clínica?

-La investigación en este tumor, igual que ocurre en el cáncer en general y todas las enfermedades, resulta importante y, realmente, la innovación y los desarollos son tan rápidos y tan relevantes que hace que se genere mucha información nueva en un corto periodo de tiempo. Esto provoca que los pacientes tengan la necesidad de ir recibiendo cada vez antes los nuevos fármacos que van llegando al mercado.Y, por otro lado, esto ha de compaginarse y convivir con la situación de cada gobierno y país, con los presupuestos que cada uno maneja, tanto para innovación como para desarrollo de las novedades. En ese sentido, desde el punto de vista de la administración, debería haber un cambio para que la innovación llegue de forma más rápida, acelerada; por tanto, para que un mayor número de pacientes se beneficie sería interesante que se acelerasen lo más posible. Cada vez estamos sufriendo un mayor retraso entre las aprobaciones oficiales por parte de las autoridades sanitarias europeas, la EMA, y cuando realmente nosotros podemos administrar el tratamiento con los pacientes. Lo ideal sería que, tras la aprobación oficial, los tratamientos se pudieran prescribir a los enfermos casi de manera inmediata.

-¿Cuáles son los avances claves que se podrían resumir en mieloma?

-En el mieloma múltiple en particular uno de los primeros avances fue la incorporación de fármacos nuevos. Hasta aproximadamente finales del siglo pasado, década de los 90, pues tratábamos a los pacientes con quimioterapia convencional. Realmente ha sido a finales del siglo pasado y en la entrada de éste cuando empiezan a aparecer moléculas nuevas y eficaces. Así, los hitos importantes son la introducción, en primer lugar, de los inhibidores de proteasoma, bortezomib fue el primero; prácticamente todos los pacientes con mieloma reciben este fármaco como parte de la primera línea de tratamiento y como sabíamos que al final los enfermos generan resistencias, surgen las familias de segunda generación, como es carfilzomib o ixazomib, que son muy eficaces por servir para rescatar a aquellos que habían recibido el anterior. El segundo hito es la llegada de los inmonumoduladores que son otro tipo de medicamentos, como talidomida y lenalidomida, pomalidomida, que al ser de diferentes generaciones unos van rescatando a los otros y, además, son fármacos que combinan muy bien, con los inhibidores de proteasoma; de tal manera que hoy por hoy forman parte del estándar de tratamiento en mieloma múltiple, como en el momento de la recaída. El tercero es la llegada de la inmunoterapia, al igual que en otros tumores, primero a través de los anticuerpos monoclonales dirigidos contra el CD-38 y, posteriormente, otra cantidad de moléculas de esta clase que están en fase de desarrollo y que van llegando. Y, por supuesto, los linfocitos CAR-T que están aún en ensayo clínico para el mieloma.

-¿Qué necesidades clínicas hay que cubrir en este tumor hematológico?

-Se intenta que se puedan cubrir las situaciones de los diferentes espectros de los pacientes y tenemos una gran cantidad de nuevos fármacos que, de forma ideal, estaría bien que cubriesen todas sus necesidades. En un extremo, tenemos pacientes de unos 40-50 años en los cuáles debemos de intentar poner tratamientos lo más eficaz posible e intentar curarlos. En el otro, contemplamos un grupo de pacientes mayores en los que el soporte familiar no es el más adecuado o, aunque lo sea, los cuidadores no tienen tiempo para acompañar a sus seres queridos al hospital dos veces por semana o más. Por eso, sería necesario que fueran asequibles en su presentación, es decir, que su toma fuera simple, en forma de pastillas, en casa... Serían dos ejemplos de pacientes a tener en cuenta, aunque sean opuestos. Pero junto con ello, hay enfermos con características de mal pronóstico y necesitamos cubrir con tratamientos más intensivos y con presentaciones más novedosas, con el fin de ponerlos en remisión lo antes posible. Mientras que hay otros enfermos en los que es más indolente el proceso y debemos buscar terapias menos agresivas. Hay un gran abanico de tratamientos disponibles.

-Con esto, ¿se consigue humanizar la terapia?

-Todo esto nos sirve para certificar aún más la expresión de que tratamos pacientes y no enfermedades. Debemos poner al servicio del individuo todas las posibilidades que se ajusten a sus características y así podremos hablar de tratamiento personalizado en todos los sentidos.

PERFIL

-Nace en Zamora en 1969.

-Lleva 20 trabajando en el Complejo de Salamanca y desarrollando investigaciones para elevar la superviviencia de los pacientes con cáncer.

-Ha sido la primera mujer que presidió el comité científico de un congreso nacional de la Sociedad Española de Hematología, en 2017 en Málaga.

-Es miembro del International Myeloma Working Group y de la International Myeloma Society; pertenece al comité asesor de la Sociedad Europea de Hematología y ha publicado unos 200 artículos.