Historia

Así eran los primeros ibicencos: la civilización antigua que marcó el inicio de la historia de Ibiza

La isla fue, durante mucho tiempo, uno de los enclaves marítimos más importantes para el comercio del Mediterráneo

 Así eran los primeros ibicencos: esta es la antigua civilización marcó el inicio de la historia de Ibiza
Así eran los primeros ibicencos: esta es la antigua civilización marcó el inicio de la historia de IbizaGoogle Maps

Antes del turismo, los clubes nocturnos y los yates de lujo, Ibiza fue hogar de una civilización que marcó el inicio de su historia urbana: los púnicos, también conocidos como cartagineses.

Esta antigua cultura, originaria de Fenicia y asentada principalmente en Cartago (actual Túnez), llegó a la isla en el año 654 a.C., fundando la ciudad de Iboshim, nombre que derivaría en la actual Eivissa.

Un punto estratégico

Ibiza fue uno de los enclaves más importantes del Mediterráneo occidental para esta civilización. La isla, estratégicamente situada, les permitió controlar rutas comerciales marítimas y expandir su influencia desde el norte de África hasta la península Ibérica.

Los cartagineses trajeron consigo no solo productos y mercancías, sino también una cosmovisión religiosa, una arquitectura propia y un modelo social muy desarrollado.

Uno de los legados más significativos que los púnicos dejaron en la isla es la necrópolis del Puig des Molins, en las afueras de la ciudad de Eivissa. Este cementerio, que llegó a albergar más de 3.000 tumbas, es considerado uno de los más grandes y mejor conservados del mundo púnico.

En él se han encontrado objetos funerarios, joyas, figuras votivas y urnas que permiten comprender cómo era la vida (y la muerte) en aquella época.

El símbolo de la diosa Tanit

La religión desempeñaba un papel central en la sociedad cartaginesa, y en Ibiza esto se refleja en la abundancia de amuletos, estatuillas de dioses como Tanit y Baal, y espacios rituales. La diosa Tanit, protectora de la fertilidad y la vida, fue una de las figuras más veneradas por los púnicos, y su culto perduró incluso después de la romanización de la isla.

Además de la necrópolis, en diferentes puntos de Ibiza se han hallado restos arqueológicos que evidencian la actividad comercial y agrícola de los cartagineses, como ánforas, molinos de aceite y estructuras de almacenamiento. Todo apunta a que Iboshim fue una ciudad próspera y bien integrada en las redes comerciales del Mediterráneo.

La llegada de los romanos

Con la llegada de los romanos en el año 123 a.C., la influencia púnica fue diluyéndose, aunque no desapareció por completo. Muchas costumbres, nombres y prácticas religiosas sobrevivieron durante siglos, fusionándose con las nuevas culturas dominantes. De hecho, hoy en día, el patrimonio arqueológico púnico de Ibiza está reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial, lo que permite preservar y estudiar este pasado remoto que aún pervive bajo el suelo de la isla.

Los púnicos no solo fundaron una ciudad; sentaron las bases de una Ibiza que, más de dos mil años después, sigue fascinando por su historia y su capacidad para mezclar culturas.