Mallorca

Leche con morfina y control extremo: así abusó un hombre del hijo de su amiga durante años en Mallorca

El tribunal revela una trama calculada de sometimiento, silencio y control: el hombre drogaba al niño con morfina para anular su voluntad y mantener los abusos durante años

La leche es un producto dentro de los lácteos, esencial para mantener una buena salud y con múltiples beneficios y nutrientes, tal y como recuerda la OCU
La leche es un producto dentro de los lácteos, esencial para mantener una buena salud y con múltiples beneficios y nutrientes, tal y como recuerda la OCUDreamstime

La Audiencia Provincial de Palma ha emitido una sentencia firme que condena a un hombre de 42 años a catorce años de prisión por abusar sexualmente, de manera continuada y sistemática, del hijo de una amiga. Los hechos, que han sacudido a la opinión pública por su crudeza y perversión, se remontan al año 2018, cuando el menor tenía apenas 11 años.

El agresor se aprovechó de la estrecha relación de confianza con la madre del menor, consolidada durante la pandemia, para convivir en el mismo domicilio. Durante ese período, el condenado se erigió en una figura autoritaria, manipulando emocionalmente al niño y sometiéndolo mediante técnicas cuidadosamente calculadas. Entre ellas, según consta en la sentencia, administraba al menor leche mezclada con un medicamento opioide con base de morfina, que él mismo tomaba para tratar dolores crónicos de espalda. Esto alteraba significativamente el estado de conciencia y vulnerabilidad del niño, reduciendo su capacidad para defenderse o entender lo que sucedía.

Manipulación y control

Según los jueces, el agresor construyó un entorno de control extremo, basado en el miedo y la sumisión, con el fin de perpetuar el abuso y garantizar el silencio de la víctima. La sentencia señala que llegó a intervenir en las comunicaciones del menor, limitando su capacidad de pedir ayuda o de revelar lo sucedido.

El tribunal también destacó el impacto psicológico que este control tuvo no solo sobre el niño, sino sobre su entorno familiar, impidiendo que se detectaran los abusos durante años. El testimonio del menor fue fundamental para esclarecer el caso: “sentía un terror profundo que me paralizaba”, expresó durante el juicio, en referencia al prolongado silencio que mantuvo por temor a represalias.