Dulces
Las palmeras de hojaldres más grandes y sabrosas del mundo solo se pueden comprar aquí: en Cantabria
Pesan un kilo y hay tres versiones: tradicional, de yema y de chocolate
Cantabria cuenta con muchísimos postres y dulces típicos que son propios y que han traspasado sus fronteras porque las delicias de la tierruca calman las ganas de dulce de quienes viven fuera de Cantabria.
Sobaos pasiegos, quesada, quesos cántabros, corbatas de Unquera, helado de mantecado... seguro que todos estos postres y dulces te suenan, pero hay otro que se ha ido ganando la fama poco a poco y que hoy se ha convertido en todo un clásico, de hecho, se trata de uno de los productos que más se compran en Cantabria para llevarlo como regalo cuando los turistas vienen a conocer esta región del norte que es una maravilla de naturaleza, gastronomía, nieve, paisajes y playas.
Se trata de las palmeras gigantes de hojaldre, un productos que no te podrás comer de una sentada porque son de tamaño XXL, y que son perfectas para una merienda con amigos o para un desayuno. Tienes tres versiones: la tradicional, la de yema y la de chocolate. Todas pesan 1 kilo, con lo que ármate de valor para poder parar de comerlas porque el hojaldre es tan esponjoso y está tan bien traído que casi te va a resultar complicado dejar de darle un mordisco tras otro.
Las puedes compra en la cafetería El Pindal, en Unquera, en el límite entre Asturias y Cantabria, en un lugar que ya era famosos por sus corbatas y que desde hace algunos años ha sumado a sus especialidades estas palmeras, que son un clásico para acompañar un café o un chocolate.
Si prefieres opciones más pequeñas también se venden en cajas de diferentes unidades con un tamaño "más normal", pero si eres un apasionado del dulce te recomendamos que pruebes las gigantes.
Hacer una parada en este lugar que queda de paso y al lado de la carretera, te servirá para tomar aire y descansar y también para probar las delicias de la gastronomía de Cantabria, sobre todo de sus dulces. El hojaldre es una masa de manteca que requiere mucho trabajo y paciencia para lograr que tenga muchas láminas y que quede hueco entre ellas, hasta convertirlo en un bocado delicioso y suave.