Crónica política

El hombre tranquilo

Emiliano García-Page y su entorno están satisfechos tras una de las intervenciones políticas más complicadas de su carrera

García Page
Emiliano García-Page, jefe del Ejecutivo de Castilla-La ManchaDavid Jar

«No, no, en absoluto me siento solo, se habla con tranquilidad y libertad. Yo me hubiera sentido muy mal si no me hubiesen dejado intervenir; pero, al contrario, creo sinceramente que me han escuchado con una atención extraordinaria».

Así resumía Emiliano García-Page su paso por el Comité Federal del pasado sábado en Madrid, donde por vez primera Pedro Sánchez habló abiertamente de la amnistía, «de la que discrepo abiertamente y voy a trabajar para que no haya divorcio entre la opinión que hay hacia dentro del partido, con la opinión de toda la gente que nos apoya».

Y es que las posiciones del presidente de Castilla-La Mancha son más que conocidas. Ha sido la voz más crítica dentro del PSOE con la política que Sánchez ha llevado a cabo en Cataluña y que, por el momento, podría resumirse en tres actos: concesión de los indultos, reforma de los delitos de sedición y malversación y ahora, la amnistía.

«Los límites no son sólo la Constitución. Dentro de la Constitución también cabe Vox y precisamente en las generales se votó para que no saliera Vox, esto es evidente. De manera que hay muchas cosas que caben en la Constitución, que no casan con los ideales, los valores, los principios de fondo del Partido Socialista. Por tanto, yo, mi límite, al menos el mío, está en la Constitución, por supuesto, pero también en nuestro proyecto, en nuestros valores y en nuestra propia coherencia», indicó García-Page el sábado.

El presidente de Castilla-La Mancha es el dirigente socialista más crítico con la amnistía

Emiliano cambió su intensa agenda como presidente del Gobierno de la Junta para estar en la cita del Comité Federal, entendiendo que se trataba de un momento importante para escuchar y ser escuchado. Dejó la Asamblea de Regiones Vitivinícolas, de la que es presidente en Europa y llegó a la calle Ferraz rodeado de una nube de periodistas.

Fue el más crítico, como viene siendo costumbre y habitual, secundado por otras voces minoritarias pero que en absoluto tienen el peso que él guarda dentro del partido. Es el único dirigente socialista que gobierna una comunidad autónoma con mayoría absoluta. Una mayoría conseguida en Castilla-La Mancha precisamente por lo que mostró el sábado, su oposición a los postulados de Pedro Sánchez que no casan con una tierra y sus ciudadanos, que perciben claramente la desigualdad.

Sin embargo, si la posición del presidente de Castilla-La Mancha es minoritaria dentro del Partido Socialista, no parece que lo sea en el exterior, donde la pasada semana pudimos asistir a una curiosa anécdota durante la entrega de los premios que los empresarios de Castilla-La Mancha realizaron en el Teatro de Rojas de Toledo.

Se disponía a hablar el presidente de Cepyme, la patronal de la pequeña y mediana empresa de España. Gerardo Cuerva atacó su discurso con un «venía yo hacia Toledo pensando que hablaría con el presidente del Gobierno… de Castilla-La Mancha».

[[H3:«Voy a trabajar para que no haya divorcio entre la opinión del partido y la de quienes nos apoyan»]]

En la pausa que deliberadamente hizo para marcar las diferencias que existen en las relaciones que la patronal mantiene con un ejecutivo –el de España- y otro –el de Castilla-La Mancha-, el público rompió a reír y en aplausos. Page es percibido en el sector empresarial como un dirigente moderado, dialogante y con el que puede llegarse a acuerdos de una manera sencilla y cordial.

Él siempre manifestó cuando le preguntaron que nunca le gustó ser un político «frentista». En una de sus últimas entrevistas antes de la cita electoral de mayo, Emiliano García-Page señaló que «en honor a mis padres jamás me permitiría ser un político frentista». Aunque pudiese parecer un llanero solitario, él sigue remando en ese sentido. Y fuera siente el cariño y apoyo de múltiples capas sociales.

Uno de los argumentos que el jefe del Ejecutivo regional utilizó en el Comité Federal fue precisamente el alto coste que había supuesto para el partido en los comicios de mayo los pactos con el independentismo. Curiosamente lo hacía frente a otros muchos dirigentes que, a diferencia de él, no habían conseguido revalidar mandato y, sin embargo, continúan apoyando a Sánchez.

«Miren, llevo mucho tiempo en política y no será la primera vez que se aprueba casi por unanimidad una cosa y a la vuelta de un tiempo se piensa por casi unanimidad lo contrario. De manera que esta capacidad de adaptarnos a las circunstancias seguramente nos hace encontrarnos dentro de poco con una opinión muy contraria». Quien tenga oídos, que oiga.