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El impuesto de Sucesiones y Donaciones ya es historia

Las Cortes de Castilla y León aprueban su modificación y el presidente Fernández Mañueco anuncia nuevas bajadas impositivas

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, entre al hemiciclo de las Cortes momentos antes de intervenir en el Pleno
El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, entre al hemiciclo de las Cortes momentos antes de intervenir en el PlenoLeticia PérezIcal

El Impuesto de Sucesiones y Donaciones ya es historia en Castilla y León. Con los votos favorables de PP, Ciudadanos, Vox, UPL y Por Ávila, suficientes para superar la oposición de PSOE, Podemos y la procuradora no adscrita, María Montero, ex de la formación naranja, as Cortes regionales han aprobado este miércoles la modificación del proyecto de Ley que regula los tributos propios y cedidos de la Comunidad para suprimir este impuesto de Sucesiones y Donaciones que se bonifica al 99 por cien del mismo entre cónyuges y familiares directos por lo que significa su práctica supresión, cuantificada anualmente por la Junta en unos 35 millones de euros.

El presidente de la Comunidad, Alfonso Fernández Mañueco, defendía desde el atril del hemiciclo del parlamento autonómico esta medida que, además de cumplir con un compromiso de legislatura, dará futuro a muchos jóvenes, modernizará la actividad productiva y ayudará a mantener y crear empleo.

Además, durante su intervención, el presidente reafirmaba su apuesta por una fiscalidad amable y positiva hacia el medio rural, las familias y los autónomos y empresas, y por ello avanzaba que la supresión de este “injusto” impuesto no será la última bajada impositiva que llevará a cabo su Gobierno en esta legislatura, ya que se ha comprometido a seguir con las bonificaciones planteadas en el pacto de cien puntos que el PP alcanzaba con Ciudadanos para la gobernabilidad de esta Comunidad en los cuatro años de mandato, sobre todo en lo que se refiere a la fiscalidad rural para favorecer el reto demográfico.

Una vez aprobada la supresión en las Cortes cuando se publique en el Boletín oficial de Castilla y León (Bocyl) esta medida supondrá su práctica supresión para familiares directos, cónyuges, ascendentes y descendientes o adoptados, y también para miembros de uniones de hecho con convivencia estable de al menos dos años.

Se trata de una bajada tributaria que establece un sistema fiscal favorable entre parientes directos y evitará grabar bienes que ya han tributado anteriormente. El jefe del Ejecutivo autonómico destacaba que esta medida beneficia a todos los castellanos y leoneses, y supone un ahorro anual de 35 millones al año para entre 5.000 y 15.000 contribuyentes.

Sin embargo, se mantiene la actual reducción variable por parentesco de 400.000 euros en la base imponible para “no perjudicar” las adquisiciones de familiares directos hasta esa cuantía, pues, si se suprimiera, pasarían de no tributar a hacerlo al 1 por 100.

Fernández Mañueco insistía en su intervención que este impuesto es “injusto” y “penaliza” el esfuerzo y que su eliminación tiene varios objetivos: crear puestos de trabajo, dar oportunidades y promover la actividad económica además de favorecer el relevo generacional de muchas empresas “porque elimina trabas”. En este sentido, ponía como ejemplo a un joven de familia agraria que herede una finca rústica, maquinaria que ahora lo tendrá más fácil para dar continuidad a la explotación.

Además, el presidente de la Junta defendía que la situación ahora será más ajustada a la equidad en una Comunidad como la de Castilla y León en la que el ahorro tiene un peso importante, ya que se favorece la entrega anticipada de una herencia o donación por lo que la ayuda llegará en vida a muchas personas.

El jefe del Ejecutivo regional insistía en que la eliminación de este impuesto de Sucesiones y Donaciones será beneficiosa para la Comunidad ya que conseguirá estimular la demanda interna, “porque habrá una mayor disponibilidad de rentas, más inversión y un mayor consumo, lo que redundará también en una mayor recaudación a través de otras figuras impositivas”.

“Este es nuestro modelo, el de bajar impuestos para conseguir más recursos públicos sin ahogar a los ciudadanos, que además está demostrado que funciona”, apuntaba Fernández Mañueco, al compararlo con el modelo que pretende subir los impuestos y que defiende el PSOE y Podemos, “y que también ha demostrado que deprime el consumo, la inversión y destruye empleo provocando una caída de la recaudación”.

Tras la defensa de Fernández Mañueco de la medida comenzaba el debate parlamentario de los grupos para fijar posición, que fue acalorado, especialmente entre la socialista Rosa Rubio, que acusaba a la Junta de gobernar para los ricos, y el popular Raúl de la Hoz, para quien “la izquierda radical” de esta Comunidad quiere que los castellanos y leoneses tengan la tributación más alta en sucesiones y donaciones de la España autonómica.

La procuradora del PSOE iba más allá en su exposición cuando llamaba más o menos que corrupto al PP por respaldar con esta medida lo que ocurre en Madrid, en referencia una supuesta simulación del marido de Esperanza Aguirre en el impuesto de donaciones, lo que provocaba quejas y abucheos desde la bancada popular hacia la socialista.

“No beneficia al conjunto de los ciudadanos, sólo a los ricos, a los que más tienen, a sus amigos”, se quejaba Rubio en alusión a que la propia Junta plantea que se verán beneficiados directamente por esta bajada entre 5.000 y 15.000 contribuyentes.

de la Hoz, por su parte, aseguraba que este miércoles 28 de abril es un día “histórico” para Castilla y León “porque ha salido adelante una Ley pedida y deseada por los castellanos y leoneses”, frente a una “izquierda desquiciada”, y apuntaba que con esta medida es la tercera vez en un mes que los ciudadanos de esta Comunidad “derrotan a Pedro Sánchez y a lo peor del Sanchismo aquí representado”, en referencia a la moción de censura fallida contra el Gobierno de PP y Cs, a la sentenciade ayer del Tribunal Supremo que obliga al Estado a devolver 182 millones de euros de la liquidación del IVA de 2017 y la supresión del impuesto de Sucesiones y Donaciones aprobada hoy.

Modelo fiscal progresivo de la izquierda

También era muy crítico, como era de esperar, el portavoz de Podemos, Pablo Fernández, quien decía sentirse “muy orgulloso” de que le digan que representa a la izquierda radical porque lucha por un mundo mejor y porque haya Justicia social. El dirigente morado denunciaba que la propuesta de PP y Cs beneficia a un 0,2 por ciento y perjudica al 98 por ciento y por ello defendía el pacto firmado con los sindicatos prima un modelo progresivo que ganó las elecciones en Castilla y León.

Desde Ciudadanos, el parlamentario Miguel Ángel González reivindicaba que con esta supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones se pone de manifiesto el compromiso de su partido con la moderación fiscal e insistía en que este impuesto castiga a los que fruto de su trabajo dejan una herencia a sus hijos, e impide que los más pobres puedan heredar.

En Por Ávila, Pedro Pascual explicaba su apoyo a la medida porque cree que esta supresión puede “contribuir a la recuperación económica de familias afectadas” por la crisis del coronavirus, mientras que desde Vox, Fátima Pinacho también votaba sí a su eliminación porque, en su opinión, es “injusto” y ha provocado que la renuncia a las herencias se hayan multiplicado hasta por cuatro en la Comunidad en los últimos años. renuncias a las herencias “se multipliquen por cuatro”. Además, la portavoz de la formación que lidera Santiago Abascal aprovechaba su explicación del voto para reclamar a la Junta que en lugar de aplicar esta supresión desde las próximas semanas, lo haga con carácter retroactivo con fecha de 1 de enero de 2020.