Opinión

España, el vecino “lento” de la UE

“Es del todo necesario que tanto el Ejecutivo como el Legislativo tomen conciencia de la realidad y sepan aplicar políticas capaces de revestir esta situación”

En estos meses de final de año estamos evidenciando que la economía española crece a un ritmo más lento que la del resto de nuestros vecinos de la Unión Europea, con 6.6 puntos por debajo del nivel previo a la crisis de la Covid19.

Son muchas las afirmaciones que se estimaban sobre si la recuperación primero iba a ser en forma de “V”, donde habría un momento que tocaría suelo para rebotar y comenzar un crecimiento rápido; por otro lado se dijo que la recuperación sería como una “lámpara de Aladino”, donde al final la economía y su recuperación se mantendría constante, aunque los datos confirman ahora que las previsiones no san tan halagüeñas como se consideraron en un primer momento, con una serie de revisiones a la baja por parte de diversos organismos como son el FMI, quien ha catalogado a España con la mayor rebaja de Europa en sus estimaciones de crecimiento, el Banco de España, la Airef o el Consejo de Economistas.

Con un pie cerca de 2022, el PIB solo ha crecido alrededor de un 2% en el tercer trimestre, muy lejos de prosperar en sus objetivos, lo que obligaría a crecer el doble en este último trimestre del año, puesto que los estudios revelan que para este 2021 la previsión de crecimiento se reducirá alrededor de 9 décimas y para 2022 en unas 5 décimas. A todo ello se le debe de sumar el dato de la inflación, situada en un 5,5%, lo que lleva a que las economías familiares vean aumentado su coste de la vida en ese porcentaje respecto del año anterior.

Sin olvidar que España es el país De estas revisiones destaca la publicada por la Comisión Europea, cuya estimación de crecimiento del PIB se ha reducido en 1,6 puntos respecto de su anterior pronóstico. que más cayó durante 2020, donde su PIB se hundió un 10,8% frente al 5,9% de la media, y que nuevamente crecerá muy por debajo de la media de la UE, por lo que la economía española no va a recuperar los niveles previos a la crisis durante el 2022, algo que, por otro lado, ya advirtieron las variables del Servicio de Estudios Económicos de Castilla y León (ECOVAEstudios) durante la presentación de su Observatorio Económico correspondiente al segundo trimestre al trasladar la recuperación a finales de 2023 e, incluso, principios de 2024.

Bien es cierto que estos datos no dejan de sorprendernos, ya que España supo aguantar el golpe del Coronavirus resistiendo a su impacto el año pasado y que, actualmente, todos los trabajadores que vieron suspendidos sus contratos están prácticamente reincorporados, por lo que el mercado de trabajo está muy próximo a recuperar sus niveles precrisis.

Todo ello no arroja una respuesta fácil a estas rebajas en las previsiones, algo que podría deberse a que el empleo público ha crecido más que el privado, la bajada de la productividad nacional, así como la mala gestión de los fondos europeos.

Para poder combatir estos datos y que las previsiones se corrijan a la alza, es del todo necesario que tanto el Ejecutivo como el Legislativo tomen conciencia de la realidad y sepan aplicar políticas capaces de revestir esta situación basadas en el apoyo monetario y fiscal; reformas de calado que nos permitan cumplir con los objetivos marcados por Europa, así como el apoyo a PyMES con planes de contingencia y a las economías familiares más perjudicadas por el aumento de la inflación, ya que, como es de sobra conocidos por todos, el consumidor es el motor de la economía y requiere certidumbre para poder tener “alegría” en sus decisiones de compra.